Según Fiel, habrá recesión al menos hasta marzo

Juan Luis Bour, economista en jefe de FIEL, realizó un duro diagnóstico sobre la situación económica y anticipó varios meses de crisis.

El pesimismo respecto del futuro económico argentino de corto plazo no es un patrimonio exclusivo del kirchnerismo o del peronismo federal, ni siquiera de economistas heterodoxos o keynesianos. Desde el liberalismo más ortodoxo, que mira con simpatía el ajuste del gasto anunciado por el Gobierno, también pronostican varios meses de recesión, con una salida del túnel, en el mejor de los casos, a partir de marzo de 2019.

Juan Luis Bour, economista en jefe de FIEL -un centro de estudios fundado por la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la Cámara Argentina de Comercio, la Sociedad Rural Argentina y la Unión Industrial Argentina-, realizó un duro diagnóstico sobre la situación económica y anticipó varios meses de crisis.

Estamos en el medio de una recesión que empezó en el segundo trimestre, con una caída pronunciada de la actividad, en parte por una cuestión climática pero luego por estos ajustes (que está implementando el Gobierno), y esto va a seguir por lo menos dos o tres trimestres. Quizás tres trimestres”, anticipó Bour, que también prevé una inflación para el segundo semestre del año “más cerca del 32% que por debajo del 30”.

Respecto de las condiciones que generaron este presente económico, Bour señaló que “estamos en un proceso de ajuste de precios relativos desde hace 2 años” y recordó que al comienzo solo se corrigieron tarifas, “pero ahora se sumó la devaluación a la corrección de precios”, lo que “nos lleva a que tenemos un período de recesión económica producto de estos ajustes”.

“Al mismo tiempo esto pone mucha presión sobre los precios. La inflación en el segundo semestre del año está más cerca del 32% que por debajo del 30”, remarcó.

A pesar de las perspectivas negativas, Bour consideró que “esta corrección” tiene como objetivo “reducir el desequilibrio fiscal y externo” ya que el país “tiene fuertes desequilibrios en ambos frentes”.

En cuanto a las posibilidades de financiar esos desajustes, recordó que “el mundo está en una situación diferente a hace dos años y presta menos plata a países emergentes”.

“No tenemos forma de financiar esos desequilibrios y entonces nos vemos obligados a ir mucho más rápido en este proceso de re balancear nuestras cuentas”, indicó.

Respecto de la demora para observar una recuperación de la economía, explicó que se basa en que “vamos a tener tasas de interés altas por bastante tiempo” y a que “no hay factores que nos permitan salir muy rápido”, como podría ser una recuperación de la economía brasileña o la suba de los precios de las commodities agropecuarios.

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No obstante el panorama sombrío, opinó que lo que está ocurriendo es un “proceso de correcciones, a la espera que la economía pueda repuntar a partir de la mejora del agro y de las condiciones que todo esto (en referencia al ajuste) genera”.

En cuanto a las medidas concretas para instrumentar el ajuste, respaldó la decisión del Gobierno nacional de congelar las vacantes en el Estado porque implica una caída de empleo público del orden del 3 por ciento anual “por una cuestión generacional”, sin embargo indicó que de los 4 millones de empleados públicos que hay en la Argentina, sólo 700 mil pertenecen al Estado nacional, el resto son de provincias y municipios, por lo que reclamó que en esos niveles de la administración adhieran al congelamiento. También admitió que no se puede ajustar el gasto en jubilaciones y rechazó que se suspenda la baja en las retenciones a la soja, al menos hasta 2019, cuando se sepa si el recorte del gasto fue suficiente para contener el déficit. “Ese es un tema para ver el año que viene”, opinó.