Alvarez Agis: “Acuerdan libre comercio sólo para lo que le conviene a Europa”

El economista cuestionó la fijacón de cuotas para la exportación de alimentos y advirtió sobre el riesgo de destruir empleo.

Emmanuel Alvarez Agis, uno de los economistas de consulta de Alberto Fernández, pidió hacer un acuerdo inteligente con la Unión Europea, con una estrategia clara que determine qué sectores de la economía argentina se van a proteger para impulsar el crecimiento, el empleo y el ingreso de divisas, ante el temor de que el entendimiento anunciado por el Gobierno provoque una apertura indiscriminada a la importación de productos industriales y el mantenimiento de cuotas de exportación de productos primarios ahogue a la economía argentina y dispare el desempleo.

El consultor apeló a su paso por la función pública como viceministro de Economía del último gobierno para recordar que el acuerdo no había avanzado en casi veinte años de negociación fundamentalmente porque “la UE tenía una posición muy dura” en la que se negaba a abrir su mercado para la exportación de productos alimenticios del Mercosur, y señaló que “Europa es el continente en donde el campo y la producción de alimentos reciben más subsidios estatales”.

Antecedentes del acuerdo

“El acuerdo no se firmaba no porque estuviéramos en contra de la apertura sino porque la posición Europa era básicamente discutir todo, pero dejar el tema de los bienes primarios para el final, y eso era justamente lo que a nosotros nos interesaba discutir”, explicó el economista, que además recordó que “todos los informes de impacto que se hicieron hasta ahora, en 2013, 2014 y 2015, dan como resultado un impacto negativo” tanto para Argentina como para Brasil.

De acuerdo con los datos de Agis, Argentina reclamaba la posibilidad de exportar 400 mil toneladas de carne vacuna a Europa como condición para la apertura de su mercado a las manufacturas del viejo continente, y ahora, “según trascendidos, Europa autorizó 99 mil”.

“Entonces, donde tenemos el sector más competitivo, que es el campo, no nos permiten competir por precio y calidad, sino que te fijan un límite. El control más férreo que podés tener en comercio internacional son las cuotas (límites a la cantidad de productos comercializados). De este modo, el acuerdo sería de libre comercio, menos para lo que no le conviene a Europa, que es el sector primario”, protestó el consultor.

Una mirada crítica

Dentro de los fundamentos para lo que él definió como su “mirada negativa” de, al menos, lo que se conoce hasta ahora del acuerdo Mercosur – Unión Europea, Agis mencionó dos aspectos centrales: incluir al sector textil, marroquinería y calzado que antes estaba excluido porque era un sector muy sensible; y la fijación de cuotas para la exportación de productos primarios, un aspecto en el que “Europa parece haber aflojado bastante poco”, según su interpretación.

Por otra parte, respecto del impacto a largo plazo de tratado de este tipo, precisó que “los acuerdos comerciales se miden en general en dos resultados: dólares y empleo”, dos variables que pueden resultar positivas o negativas con independencia una de otra. Es decir, podría ser positivo el balance comercial y elevar el ingreso de dólares, pero destruir empleo interno, o viceversa.

“En el mejor de los casos, si con este acuerdo nos fuera bien en dólares -aunque creo que el impacto en ese aspecto puede ser marginal- nos iría mal en términos de empleo, porque si Argentina gana mercados lo hace para su exportación primaria (que genera poca demanda de mano de obra) y pierde mercado a manos de importaciones de manufacturas (con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo). En este sentido me parece que puede ser un muy mal acuerdo”, enfatizó.

Apertura sí, inteligente

En su prédica en favor de una apertura “inteligente” Agis criticó la política desplegada por el gobierno en el rubro calzado y la mencionó como ejemplo de lo que no se debe hacer. Según el economista el gobierno propuso abrir la importación de zapatillas y que se reconvierta el sector en otra actividad más competitiva. Sin embargo, “el resultado fue que el precio de las zapatillas no bajó y perdimos 9 mil empleos” que sólo “se reconvirtieron en desocupados”.

“Hoy nadie piensa que el país se puede desarrollar mediante sustitución de importaciones o promoción de exportaciones en todos los sectores. Lo que tenemos que hacer es decidir inteligentemente en qué sectores nos vamos a insertar internacionalmente, que pueden ser 4, 5, 7, pero no todos”, consideró Agis, antes de remarcar que “esos sectores se deben elegir en función de dos factores: demanda de dólares y generación de empleo”.

Y aventuró que en este acuerdo no hubo sectores en los que el gobierno haya dicho ‘con esto no se jode porque acá está el futuro de la Argentina’, como hizo Europa con su producción alimenticia. “Si nos dijeran que defendieron, por ejemplo, la industria química, la automotriz y la de los fideos, sería interesantísimo para analizar”, pero es no ocurrió.

“Lo que veo es que es un acuerdo de libre comercio en el que no protegemos nada. Arrancamos desde un lugar complicado. Tenemos 50 puntos de inflación y ellos 2. Tenemos una tasa de interés del 62% y hoy el Banco Central Europeo discute si poner una tasa negativa. Mi punto entonces no es de rechazo al libre comercio, sino que se establezca algún tipo de estrategia”, remarcó.