El ‘lenguaje inclusivo’ y el plan de D’s


El lingüista ruso Valentín Voloshinov sostenía que aquello que se quiere decir por parte de un grupo está ligado a sus intereses y que estos intereses tienen diferentes acentuaciones valorativas por parte de los otros grupos con otros intereses.

Es por eso que afirmaba que el signo lingüístico, es decir la palabra, es decir el decir, es ése espacio simbólico en el que se cruzan los intereses concretos y los acentos valorativos que pretenden legitimarlo: es una zona de disputa por el sentido y lo comparaba con “la arena de la lucha de clases”, al ser el espacio de tensión donde todos hablamos la misma lengua pero con distintos acentos resultantes de nuestra historicidad. De las relaciones históricas entre estas clases saldrá la capacidad de imponer el sentido dominante de cada signo.

“El carácter multiacentuado del signo ideológico es su aspecto más importante. En realidad, es tan sólo gracias a este cruce de acentos que el signo permanece vivo, móvil y capaz de evolucionar. […] Cualquier injuria puede llegar a ser elogio, cualquier verdad viva inevitablemente puede llegar a ser para muchos la mentira más grande. En las condiciones normales de vida social esta contradicción implícita en cada signo ideológico no puede manifestarse plenamente, porque un signo ideológico es, dentro de la ideología dominante, algo reaccionario y trata de estabilizar el momento inmediatamente anterior en la dialéctica del proceso generativo social, pretendiendo acentuar la verdad de ayer como si fuera la de hoy”, escribía el soviético.

Particularmente, y sin abundar en los porqués, el lenguaje inclusivo me parece más una moda o una intervención política que una construcción social real. Una construcción virtual que se expande en este vehículo de alta intensidad que son las redes pero que sería interesante verla en la vida analógica.

Sin embargo, es difícil ver el océano en medio del mar, así que habrá que ver cómo evoluciona y qué deja.

Casualmente encontré una cita del libro de los Hechos de los Apóstoles que dice que cuando en una de las reuniones del sanedrín, se discutió sobre qué hacer con los cristianos y había quienes impulsaban su exterminio el rabino Gamaliel, nieto de Hillel, dijo: “Desentendeos de estos hombres y dejadlos. Porque si esta idea o esta obra es de hombres, se destruirá; pero, si es de D’s, no conseguiréis destruirlos. No sea que os encontréis luchando contra D’s.”

Donde dice D’s pongamos historia y creo que queda claro.