Ibuprofeno inhalable: “No conocemos un solo paciente que no haya respondido positivamente”


Guillermo García fue el pionero en la producción de ibuprofeno inhalable

Una mañana de agosto escuchó a un médico cordobés describir los beneficios del ibuprofeno para nebulizar en los pacientes con Covid-19 y conjeturó que se trataba de una reacción ácido base, como aquellas que tantas veces había llevado a cabo. Esa misma tarde, en el laboratorio de su farmacia de San Nicolás, Guillermo García ya había logrado desarrollar tres reacciones distintas para producir ibuprofeno inhalable. Y a partir de ahí todo fue vértigo. En cuestión de días se desató una sucesión de hechos que hoy involucran a cientos colegas farmacéuticos, médicos, y enfermos con coronavirus en la Argentina, a muchos de los cuales han contribuido a salvadarles la vida.

Hoy son siete las provincias argentinas que cuentan con autorización del Ministerio de Salud local para el uso compasivo de Ibuprofeno sódico en solución hipertónica nebulizable: Jujuy, Santa Fe, La Rioja, Salta, Tucumán y Mendoza, mientras que en Neuquén trabajan en un proyecto para aprobarlo. En el resto del país, si bien no está prohibido, su uso como tratamiento compasivo contra el coronavirus depende de la información y la decisión individual del médico y la aprobación del paciente o de su familia.

El punto es que, aún cuando un médico acepte recetarlo, la presentación inhalable del Ibuprofeno aún no existe comercialmente en Argentina ni en ningún país del mundo, por lo que la única forma de conseguirlo legalmente es a través de un farmacéutico formulista que esté dispuesto a elaborar esa solución nebulizable partiendo de la base de una de las drogas más difundidas y probadas del mundo.

La clave es la red

En ese punto de la historia es donde entra García y el grupo de farmacéuticos elaboradores que conforman la red Magistral Mente. A ese colectivo de casi medio millar de profesionales García les entregó su fórmula y su reciente experiencia en la elaboración de Ibuprofenato de sodio, promoviendo e impulsando la elaboración de esta fórmula magistral en casi todo el territorio nacional, “como modo de cooperar con el médico aportando una herramienta más para el tratamiento de los pacientes”, según sus propias palabras.

En paralelo, las historias de éxito en pacientes concretos les daban fuerza a una iniciativa que, aunque cueste creerlo, no tiene un móvil económico. Y ahí radica el segundo gran mérito de esta historia: la decisión de los farmacéuticos elaboradores es no vender el producto, sino entregarlo gratuitamente a quien lo requiera bajo prescripción médica.

“A fin de agosto, un amigo médico me pregunta si yo podía preparar una receta y ese terminó siendo el primer preparado magistral que por su intermedio llegó a manos de una médica terapista en San Pedro, la doctora Romina Savoy. Al día siguiente de recibirlo me mandó un mensaje en el que me contaba que un paciente al que debía haber intubado por las condiciones en que se encontraban sus pulmones le suministró el ibuprofeno inhalable y no necesitó respirador”, cuenta García con entusiasmo en una extensa entrevista con InfoRegión, y confiesa que en aquel momento se quebró: “La verdad es que me emocioné muchísimo porque no es fácil jugarse por producir algo así en medio de la emergencia nacional que vivimos, por más que lo prescriba un médico. Hay cierta exposición que implica un riesgo”, reconoce.

El rol del ANMAT

García se enoja cuando le recuerdan que algunos cuestionan la falta de autorización del ANMAT porque asegura que se trata de una trampa argumental con la que quieren desalentar el uso de un producto que hace bien, que “salva vidas”. Ocurre que los farmacéuticos elaboradores no necesitan autorización del organismo que regula la producción industrial de alimentos y medicamentos en la Argentina. Pueden atender recetas médicas con sustancias que no existen comercialmente como óvulos de vitamina C o sildenafil en dosis pediátricas para tratar edemas pulmonares en los niños, o preparados para tratar enfermedades poco frecuentes que encuadran dentro de lo que ellos llaman “formulaciones huérfanas”. Para eso se capacitaron, para eso están autorizados por ley.

Entonces ¿a qué viene tanto revuelo con la presentación inhalable del ibuprofeno? La respuesta inevitablemente avanza por el camino de la desinfromación, la codicia o la mala fe. “No necesitamos autorización del ANMAT para eso, son los médicos los que deben decidir si lo aplican o no. Nosotros lo proveemos, nada más”, insiste García. Pero repite ante quien quiera escucharlo que cuentan con “mucha evidencia basada en los testimonios de los médicos y pacientes” sobre experiencias clínicas exitosas con el suministro de este medicamento y está dispuesto a poner en juego su prestigio y su pellejo para defender el derecho de él y sus colegas a producirlo. No por plata, porque como se dijo, no se vende, sino por solidaridad y compromiso con un “pueblo castigado” que “merece una caricia”.

Lo que sigue es una síntesis de la charla que García mantuvo con InfoRegión en la víspera del día del Farmacéutico (12 de octubre) desde su ciudad natal.

La clave: una reacción ácido base

– ¿Cómo comenzó la idea de producir ibuprofeno inhalable en Argentina cuando nadie lo estaba suministrando todavía?

– Fue una idea que se me ocurrió fundamentalmente luego de escuchar a un médico cordobés que lo estaba promocionando por sus potencialidades para tratar el coronavirus. Era un reportaje de radio donde él estaba hablando de los beneficios del producto. Imaginé que se trataba de una reacción ácido base.

– Entonces consideró la posibilidad de producirlo

– Sí. Empecé a hacerlo en el laboratorio de mi farmacia comunitaria de San Nicolás en agosto. Lo que intenté fue simplificar algo que es sencillo de realizar que es una reacción ácido base entre un ácido: el ibuprofeno, y una base con la que finalmente se forma una sal.

– ¿Cómo fue ese momento? ¿Enseguida pudo producirlo?

– Después de escuchar la entrevista me fui a mi laboratorio, hice tres reacciones distintas, la primera la hice con hidróxido de sodio y obtuve ibuprofenato de sodio. El problema de esa fórmula es que el hidróxido de sodio tiene restricciones en su comercialización por parte de la SEDRONAR (Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación), entonces pensé otras opciones, porque la idea básica de esto que estamos haciendo no es este producto en particular, sino la red de colegas Magistralmente que fuimos creando lentamente a lo largo de los años.

Económico y accesible

– Es decir que más importante que generar el producto era hacerlo fácilmente reproducible en todo el país

– Lo que buscaba es que fuera accesible. El objetivo era proponerles a todos los colegas de la red una fórmula que pudieran producirla de manera sencilla. Entonces la hice con otras bases, así de fácil. En agosto hice la reacción y la tuve en observación unas semanas sin usarla porque básicamente en San Nicolás en ese momento estaba todo bien, casi no había casos de coronavirus.

– ¿Y cuándo pudo poner a prueba este tratamiento?

– A fin de agosto, un amigo médico me pregunta si yo podía preparar una receta y ese terminó siendo el primer preparado magistral que por su intermedio llegó a manos de una médica terapista en San Pedro, la doctora Romina Savoy. Al día siguiente de recibirlo me mandó un mensaje en el que me contaba que un paciente al que debía haber intubado por las condiciones en que se encontraban sus pulmones le suministró el ibuprofeno inhalable y no necesitó respirador.

– ¿Y cómo fue su reacción? Imagino que aún esperando resultados positivos, la confirmación debe ser impactante

– La verdad es que me emocioné muchísimo porque estamos viviendo un momento muy difícil. Por más que lo prescriba un médico, hay cierta exposición que implica un riesgo. A partir de ahí se difundió la historia y se aceleró este proceso de difusión de la fórmula y del tratamiento.

El éxito en San Nicolás

– ¿Luego lo usaron también en San Nicolás?

– En cuanto comenzaron a producirse contagios la ciudad de San Nicolás, muchos médicos de la ciudad no tuvieron dudas de empezar a usarlo. Hoy se están haciendo cientos de tratamientos semanales con este producto y lo están usando en el Hospital regional, en la Clínica de la UOM y en otras clínicas privadas. Tuve que capacitar a tres colegas más de esta ciudad para poder atender todas las recetas que se estaban generando para abastecer a todos. Y luego se expandió y capacité a muchos otros farmacéuticos del resto del país.

– ¿Cómo es que pueden producir ibuprofeno inhalable si no tiene autorización de la ANMAT?

– Se ha generado mucha confusión en torno de este tema. Nosotros no necesitamos autorización para elaborar este tipo de productos. Por ejemplo, sildenafil es una droga que se usa para la disfunción eréctil, pero también se usa en niños para tratar un edema pulmonar, y esa es una formulación que hacemos habitualmente los farmacéuticos formulistas en dosis pediátricas. Lo mismo ocurre con el propanololol, el enalapril, el bicarbonato solución y muchas otras drogas.

– Es decir que pueden cambiar la presentación de cualquier droga

– De cualquier droga es un poco amplio, pero siempre que hablemos de drogas lícitas nosotros podemos adaptarlas en la medida en que se requieran mediante prescripción médica. Esa es nuestra función ancestral y para eso nos preparamos en la facultad. Por ejemplo, a una mujer le podemos producir un óvulo de vitamina C, o de ácido bórico, que no existe en la industria, y a nadie se le ocurre plantear por qué lo hacemos y si lo autorizó el ANMAT. Estas elaboraciones están encuadradas dentro de lo que llamamos formulaciones huérfanas.

Entre la industria y la relación interprofesional

– ¿Entonces se aplican criterios de aprobación distintos según quién lo produce?

– Es que son dos cosas diferentes. Una es una relación interprofesional con la mirada siempre puesta en el paciente, y otra muy distinta es la elaboración masiva de un producto de características industriales.

– Sería una producción de medicamentos más adaptada a los requerimientos del médico y el paciente

– Sí, nuestras preparaciones magistrales o individualizadas como dicen en España, porque esto no es algo que exista sólo acá sino que es a nivel mundial, pueden ser más versátiles. El producto industrial está enlatado, se usa de una única manera. En cambio, a nosotros un médico nos puede pedir que hagamos ibuprofenato de sodio en agua, o en solución isotónica, o con más concentración, o en solución hipertónica, y nosotros podemos hacerlo porque para eso estudiamos y estamos habilitados.

– Desde el laboratorio argumentan que su producción, en caso de ser aprobada, sería de una solución estéril

– Está bien, pero eso no hace ninguna diferencia. Hay muchos medicamentos nebulizables que no son estériles. Por ejemplo, el salbutamol o una betametasona para nebulizar no son soluciones estériles, son conservadas, que es lo que hemos hecho nosotros. No es necesario que sea estéril. De hecho, no es estéril el nebulizador, el paciente no respira un aire estéril. No tiene sentido esa observación.

El surgimiento de la red

– ¿Cómo surgió este grupo de farmacéuticos formulistas que se comprometió con este proyecto?

– Arranca hace algunos años. Yo tengo un posgrado en suplementación nutricional para el alto rendimiento, que es un nicho que me interesa y creo que los farmacéuticos pueden aprovechar, y de lo que no se sabe demasiado. En los últimos dos años viajé mucho por el país capacitando en esta especialidad, y así surgieron poco a poco nexos con cientos de colegas con los que nos fuimos integrando en pequeños grupos de Whatsapp de asesoramiento gratuito hasta que nos unificamos en este grupo que se denomina Magistralmente y que integran unos quinientos farmacéuticos. Es un grupo horizontal donde todos colaboramos y compartimos conocimientos con todos, desinteresadamente.

– ¿Y que los lleva a ofrecer ibuprofeno inhalable gratuitamente?

– Creo que los argentinos estamos pasando por un momento de extrema gravedad, entonces decidimos que reciban de nosotros una caricia, un gesto. Además, no hacer negocio con esto en medio de la pandemia refuerza la idea de que este es un producto útil, en el que se puede confiar.

– Si bien no hay investigaciones formales, ¿qué experiencia clínica tienen de la aplicación de este tratamiento?

– No conocemos un solo caso de un paciente que no haya respondido positivamente a la nebulización. Un colega de Tucumán abrió una base de datos para que todos volquemos información suministrada por los médicos de los pacientes que reciben el tratamiento y ahí tenemos mucha información.

Pruebas del éxito

– ¿Qué dice esa información?

– Tenemos cientos de testimonios de médicos pacientes y familiares. Son todos reveladores.

– ¿Por qué no se expande más su uso entonces?

– Entiendo que hay falta de información y de legislación, tal vez por creencias equivocadas o intereses. Las autoridades de salud de Chaco están presionando a los colegas médicos y farmacéuticos impidiéndoles prescribir y elaborar ibuprofenato de sodio. Me pregunto qué pensarán las autoridades sobre las vidas de argentinos que se pierden.

– ¿Cómo puede hacer alguien que está enfermo o tiene un familiar enfermo para acceder al ibuprofeno para inhalar?

– En principio, el médico que lo trate debe prescribir la aplicación de este medicamento. Luego puede tomar contacto con algún farmacéutico formulista que de su localidad que esté capacitado para elaborarlo o comunicarse con nosotros a través de nuestro grupo en Facebook (https://www.facebook.com/magistralmenteok)


Quién es Guillermo García

Farmacéutico Comunitario y propietario de Farmacia García desde 1983 hasta hoy, Guillermo García tiene una amplia trayectoria en el ámbito profesional. Cuenta con un posgrado en Suplementación Nutricional para el Alto Rendimiento Deportivo, fue disertante en el primer, segundo y tercer Congreso Latinoamericano de Dolor, disertante Nacional sobre Suplementación Nutricional dirigido a Farmacéuticos Oficinales y disertante sobre Normas de Buenas Prácticas.

En cuanto a la actividad gremial profesional, fue miembro de la Comisión Asesora del Colegio de

Farmacéuticos de Provincia de Buenos Aires y miembro de la Comisión Federal de Buenas Prácticas son sede en Córdoba.

En el ámbito privado, además de su farmacia comunitaria, fue fundador y propietario de Laboratorio Arion SRL, de especialidades medicinales, donde desarrolló tres especialidades inexistentes en Argentina para el tratamiento del dolor crónico benigno y maligno.

También es creador del grupo Magistral Mente, formado por farmacéuticos comunitarios y hospitalarios de gran parte del país.