La Cámara escuchó argumentos pero aún no emitió fallo


La audiencia convocada por la Corte de Apelaciones del Segundo Distrito de Nueva York se extendió por espacio de una hora y cuarto, y finalizó sin que el tribunal de segunda instancia emitiera una definición en torno a la presentación formulada por Argentina y el Citibank respecto a la decisión del juez Thomas Griesa de autorizar el pago "por única vez" de bonos emitidos en moneda extranjera bajo legislación argentina.

En la audiencia, que se extendió más tiempo que los 35 minutos inicialmente previstos, el Citibank pidió a la Corte de Apelaciones un "stay" o amparo para poder pagar los próximos vencimientos a los bonistas con títulos reestructurados, mientras que la Argentina, por su parte, argumentó la imposibilidad de diferenciación de bonos pedida por Griesa, entre otras cuestiones.

La Corte de Apelaciones no tiene plazo para emitir un pronunciamiento al respecto, aunque se presume que será en el corto plazo debido a que el próximo vencimiento de deuda que debe abonar Argentina es el próximo 30 de septiembre.

El reclamo

En el encuentro, los abogados representantes de las partes buscarán demostrar la imposibilidad de cumplir con la orden emitida el 28 de julio por Griesa, y tratarán de demostrar que los bonos bajo ley argentina no fueron motivo del bloqueo del juez.

El propio Griesa admitió en la última audiencia que su verdadera intención era ir por los fondos depositados en el Bank of New York y no el resto, y que por eso liberó el pago de bonos bajo ley nacional: "Lo que yo estaba lidiando, y los procedimientos de este verano fueron bonos emitidos por la Argentina expresamente bajo ley argentina, algo completamente diferente de lo que era abarcado por el bloqueo, el mayor bloqueo, creo, del 23 de febrero de 2012".

Esa orden de Griesa estableció además que “para evitar futuras confusiones”, encontraran una forma de “distinguir” entre los bonos que fueron entregados a Repsol como parte del resarcimiento por la expropiación de la petrolera YPF y los títulos reestructurados en moneda extranjera, pero de legislación nacional, para ver la forma de bloquearlos a futuro.