Antes de la Asamblea de la ONU, Mujica llamó a la paz internacional


El llamado fue dirigido a los líderes de las principales potencias del mundo, en vísperas del inicio de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU).

La petición del mandatario está contenida en un artículo para la revista "International Policy Journal", de próxima aparición, cuyo contenido fue difundido hoy por la Presidencia del Uruguay, en vísperas del inicio de las reuniones de alto nivel del 60 periodo de la Asamblea General de la ONU y en el año en el que se celebra el centenario del comienzo de la primera Guerra Mundial.

"Es hora. Los poderosos del mundo pueden y deben actuar ya para detener el aumento de la tensión internacional, para garantizar la paz y una gobernanza global que el mundo necesita como nunca, para fortalecer los mecanismos de diálogo, cooperación y acción común, a todos los niveles", destaca el presidente uruguayo en ese escrito, dirigido a los líderes de las principales potencias del mundo.

Para el mandatario uruguayo, los dirigentes de las principales potencias "pueden hacer posible que el mundo se concentre en las tareas urgentes y esenciales que tiene por delante", que son "proteger el ambiente y evitar que sigamos destruyéndolo en esta loca carrera al consumo; asegurar comida, salud y educación dignas para todos los habitantes del planeta y garantizar la autodeterminación de cada pueblo".

Además, Mujica considera prioritarias las tareas de "defender la libertad, la democracia y los derechos humanos dentro de cada país y construir un mundo de paz para nuestros contemporáneos y para las generaciones que les seguirán".

El mandatario izquierdista, que integró la organización guerrillera Tupamaros y está en el tramo final de su período presidencial, recuerda que quienes convivieron con la llamada Guerra Fría, se habituaron a vivir en ese clima de tensión y "lo que sufrió el mundo, y cuánto pagaron nuestros pueblos por esos enfrentamientos".

Sin embargo, destaca que así como antes se enfrentaban dos grandes potencias, pero "ahora tenemos, en el frente de batalla o detrás de bambalinas, a un grupo grande de nuevos aspirantes a ocupar los primeros lugares del poder global, todos con enorme poder político y económico y aspiraciones de seguir creciendo, casi todos con armamento nuclear a disposición".

Por ello, considera que el uno se arriesga a "una multiplicación de enfrentamientos sangrientos, de sanciones y de embargos, de limitación del comercio y de las políticas de desarrollo, de ulteriores retrasos en el cumplimiento de las metas básicas que garanticen una vida digna a todos los habitantes del planeta".