Las combis, entre el buen servicio y las malas maniobras


Viajar cómodamente a Capital Federal resulta una odisea. Colectivos y trenes colmados de gente, remises a precios irrisorios y la sugerencia oficial, desde la Agencia de Seguridad Vial, de evitar hacerlo a bordo de vehículos para disminuir los embotellamientos y accidentes. En ese marco, desde hace poco más de una década la irrupción de las combis vino a cambiar el panorama. Si bien conductores y pasajeros elogiaron el servicio que prestan, fueron críticos respecto de su desempeño vial.

Entre cinco y siete mil personas ingresan y egresan de la Capital Federal a bordo de los minibuses, que cuentan con comodidades dignas de un micro de larga distancia. Cuentan con butacas cómodas, calefacción por si hace frío y aire acondicionado por si hace calor; incluso algunas poseen TV o servicio de WIFI.

No obstante, su desempeño en las calles algunas veces deja mucho que desear. “Hace unas semanas tuve que pelearme con un conductor de esas combis porque había muchísimo tránsito y encima se estacionó en doble fila para que suba gente. Eso está mal, molesta y enoja a otros conductores que tienen el mismo derecho de circular”, planteó Mariano R..



Los inconvenientes. Aunque el servicio es bueno y más económico que el del remís, el hecho de no contar con paradas definidas para subir a los pasajeros genera complicaciones viales y quejas por parte de los conductores particulares. “Que existan las combis para la gente que puede pagarlas y quiere viajar más cómoda, no me parece mal. Pero que se paren en cualquier lugar de la calle, que a veces no utilicen las luces de giro o las valizas o que hagan caso omiso de las reglas de tránsito, me parece terrible”, cuestiona Hernán F.

Desde las empresas, en tanto, admitieron que no cuentan con paradas fijas, pero lejos de considerarlo un problema, lo percibieron como “una ventaja”. “Les facilita a las personas saber que en cada esquina pueden tomar una ‘combi’”, justificaron.

“Si bien no hay problemas muy seguido, por ahí surge algún inconveniente porque algunas veces pasa que, por el hecho de que un pasajero levanta la mano para parar una, el chofer tiene que maniobrar para levantarla, y puede generar un inconveniente para los que van detrás. Por eso, suelen venir por el lado del cordón, justamente para evitar esa situación”, explicaron desde una reconocida empresa de minibuses de Lomas.

No obstante, admitieron que el hecho de cada vez viaje más gente en los minibuses, “facilita un poco” el congestionamiento de las calles, por lo que “obliga” a que las empresas inauguren nuevas rutas.



Un servicio que “conviene”, pero que no es para todos los días. Así lo advirtieron tres pasajeros mientras esperaban a subirse a una combi en la esquina de Hipólito Yrigoyen y Boedo, en Lomas de Zamora.

Joaquín opinó que “el servicio es de gran utilidad, bueno y accesible, si se analiza que uno viaja cómodo y con aire acondicionado”. No obstante, Marianela indicó que no es una pasajera “habitual” por “una cuestión económica”. “Es barato si viajas una o dos veces al mes, pero si lo hacés más seguido, el presupuesto queda corto”, señaló.

Por su parte, Rosa reconoció usar “poco” el servicio pero indicó que, “dentro de todo”, es “aceptable”. “Por ahí es medio caro, y se complica si querés tomarla más seguido”, agregó.



¿Cómo surgieron las “combis”? Desde una de las empresas más conocidas indicaron que nacieron como respuesta a “ una necesidad real de los pasajeros”.

“Muchos se cansaron de viajar incómodos en el colectivo o en el tren, o por lo caro que es viajar hasta Capital en un remis o en un taxi. Nosotros brindamos la posibilidad de que la gente no tenga que ir hasta la estación y pueda llegar a su trabajo de mejor manera”, apuntaron.



La opinión desde las remiserías. Desde varias empresas de remises aseguraron “entender” que se utilice a los minibuses como medio de transporte “habitual” porque la tarifa cuesta 30 pesos. Mientras que en remis el valor es tres o cuatro veces más.

“Cada tanto hay algún que otro altercado por maniobras bruscas o frenadas a destiempo por el tema de las paradas, pero son los mismos problemas que tienen los choferes con otros conductores de cualquier auto, moto, colectivo o camión”, explicaron desde una remisería de la zona.