El clásico rosarino fue para Central


El delantero Franco Niell, artífice del triunfo en el Parque de la Independencia el torneo pasado, y Nery Domínguez marcaron los goles a los 28 y 36 minutos del primer tiempo.

El delantero de Newell's Ignacio Scocco fue expulsado a los 29 minutos del segundo período luego tratar de "ladrón" con gestos al árbitro Patricio Loustau en el reclamo de un penal por una supuesta falta en el área. Y en el descuento, Leandro Figueroa también vio la tarjeta roja en el equipo visitante.

Central, vencedor de los tres clásicos desde su regreso a la máxima categoría, amplió a seis la diferencia a su favor en el historial de enfrentamientos, que ahora refleja 48 éxitos del "canalla", 42 festejos de Newell's y 73 empates.

El estado de gracia también se mantuvo para el DT Miguel Angel Russo, que de nueve veces que enfrentó al máximo rival se impuso en cinco oportunidades e igualó las cuatro restantes.

El juego tuvo una diferencia de actitud que se expresó antes del primer minuto cuando el local ya había forzado la amonestación del zaguero Leandro Fernández en un vertiginoso ataque por el costado derecho de la defensa ñulista.

Con menor tenencia de balón pero con una eficaz marca para interceptar el primer pase de cada intento ofensivo rival, Central elaboró un resultado que estuvo cerca de la goleada y que controló a voluntad desde muy temprano.

La proyección de sus laterales, la dinámica de sus mediocampistas, la movilidad de Niell (pese a una molestia muscular) y la inteligencia de Abreu fueron demasiado para un Newell's apático, que jamás tuvo la intensidad necesaria para jugar un clásico.

El partido. A los 28 minutos, Central le aplicó el primer golpe, ya determinante para el rumbo del partido, cuando Niell anticipó a los centrales y colocó un cabezazo en el segundo palo de Oscar Ustari, después de un centro preciso de Paulo Ferrari desde la derecha.

Newell's tuvo una inmediata reacción, acaso en el único momento de lucidez en el partido. En ese breve pasaje antes del segundo tanto, dispuso dos ocasiones para el empate, una de ellas clarísima con un disparo de Scocco en el palo, cuyo rebote fue desperdiciado por Maximiliano Rodríguez de frente al arco.

La otra chance sucedió a la salida de un tiro de esquina y terminó con una volea de Víctor López, que salió desviada cerca del poste izquierdo de Mauricio Caranta.

Enseguida, Central amplió la ventaja en una acción que generó polémica, pero que fue bien resuelta por el árbitro. Ustari, tras acusar un inexistente codazo de Abreu, dejó corto un despeje con los puños y Domínguez lo transformó en gol con un disparo desde afuera del área.

Con dominio psicológico y futbolístico, Central cerró una primera parte soñada y en la segunda, se dedicó a cuidar su arco con la expectativa de acertar en un contragolpe para redondear la goleada.

El colombiano José Valencia, sustituto de Niell, intentó esa posibilidad por todo el frente de ataque pero sin precisión para el golpe certero; mientras Newell's agotaba las variantes con la misión de descontar, lo que siempre estuvo lejos de conseguir.

Con la expulsión de Scocco, el clásico se transformó definitivamente en una fiesta del pueblo "canalla", que acompañó con un estruendoso "ole" cada toque de su equipo y terminó con cargadas para los "leprosos" y un juramento: "Que nacieron hijos nuestros, hijos nuestros morirán".

Los goles.