Balance positivo en los hogares de niños de la Región


Desde Casa MANU, de Monte Grande, celebraron las mejoras que se hicieron en el hogar, mientras que desde el Leopoldo Pereyra, de Banfield, destacaron la solidaridad de la gente. Desde Pelota de Trapo, de Avellaneda, en tanto, plantearon desafíos a futuro.

En general, estas instituciones se mostraron “muy satisfechas” con lo que consiguieron en este 2014, sin embargo muchas sostuvieron que “siempre surgen cuestiones concretas” para poder mejorar, que se “transforman” en una meta para el año que está por comenzar en algunos días.

Casa MANU, balance y desafíos. Mucho Amor Nos Une (MANU) es un hogar para niños que conviven con el virus del VIH en su organismo. La institución, que tiene 12 años de trabajo, fue fundado por Silvia Casas, quien destacó que fueron reconocidos tanto en el país como “a nivel internacional”. “Somos el único hogar del Conurbano que alberga a chicos con VIH o Sida. Y el reconocimiento que tenemos lo logramos a partir de nuestra adherencia de los tratamientos de los chicos”, argumentó.

Casas calificó el año como “muy positivo”, ya que se realizaron “importantes” mejoras en el edificio que permitieron que los chicos residentes tengan un espacio que “mejore gradualmente”. “Ellos están en un lugar que, para el que transita dice, ‘no parece una institución’. Es una casa como la de cualquiera, con personas que cocinan, lavan, hacen tortas, y con los que los chicos están en permanente contacto: porque es gente que los cuidan”, comentó.

En materia de prevención, Casas aclaró que el tema está complicado. “Sería fenomenal que uno pudiera decir que ‘nos vamos a dedicar a otra cosa, porque no tenemos más niños con VIH’. Entonces sería una gran noticia. Pero eso no se ha podido lograr. Aunque la transmisión disminuye, siguen naciendo chicos con VIH. Y hay muchos otros que se encuentran en un estado psicosocial de vulneración total en cuanto a derechos. Entonces es ahí que nosotros tenemos que tomar medidas para que sean alojados en el hogar”, destacó.

Y los proyectos están al pie del cañón. “La idea es continuar con varias iniciativas. Tenemos planeado continuar con la capacitación sobre salud sexual y reproductiva, y VIH en las escuelas. Esos son proyectos que tenemos desde hace tiempo. Y el objeto es claro: Nosotros consideramos que cuantos más chicos, jóvenes y adolescentes sepan exactamente de lo que se tienen que cuidar, se van a dar cuenta que no se tienen que cuidar de la persona, sino que se tienen que proteger de un virus, que es algo completamente distinto”, señaló. “Quizás, por haber estado tanto tiempo cuidándonos de las personas, no nos cuidamos del virus y llegamos a esta situación”, alertó.

Hogar Leopoldo Pereyra. La institución está ubicada en la localidad de Banfield. Tiene más de 45 años de vida y actualmente alberga a 37 chicos, de entre 1 y 11 años. Tras un año 2013, en el que corrió peligro por cierre debido al atraso en las cuotas del subsidio por parte del Gobierno de la Provincia, este 2014 fue “bárbaro”, según pudo evaluar Jimena, una de las responsables del hogar.

“Se acercó mucha gente nueva; cada vez se interesan más en todas estas cuestiones de solidaridad y ayuda para los chicos. Siempre hay alguien que se interesa por darles la merienda a los chicos, leerles un cuento, traerles donaciones; este año pudimos hacer varias campañas en distintos lugares y colegios. Gracias a todo esto, fue un año realmente llevadero”, señaló. Y al igual que desde Casa MANU, destacó “la voluntad y la solidaridad de la gente”, causas principales de la “subsistencia” de la institución.

“El hogar sigue como siempre. Siempre es a voluntad de la gente y en todo lo que ella pueda aportar, donar y sumar. Nos sostenemos en un ochenta por ciento con lo que son donativos. Después están las becas que vienen desde La Plata, pero se suelen atrasar y por eso organizamos eventos aparte. Por suerte, tenemos que agradecer que la gente se siga sumando a nosotros, ahora también a través de las redes sociales”, concluyó Jimena.

Pelota de Trapo, en Avellaneda. La fundación tiene más de 30 años de vigencia y desarrolla programas gratuitos para niños y jóvenes que se encuentran en situaciones “límites”, tanto en el distrito de Avellaneda, como de Florencio Varela.

“Lo positivo de este año es que tenemos la posibilidad, como todos los años en general, de renovar los contenidos y herramientas que brindamos a través de los programas integradores. Tenemos los emprendimientos productivos donde los chicos aprenden un oficio y tratamos de brindarles una cultura del trabajo, porque creemos que es lo único que organiza la vida de un joven: sin trabajo no hay futuro”, explicó Darío.

Bregaron por trabajar por la infancia. “Nosotros vemos que más allá de las políticas sociales, la infancia y su situación posee varias variables, que no son solo la pobreza o la ausencia de un trabajo digno en el entorno familiar, sino también el entrecruzamiento con la droga, lo cual es un grito que tenemos que realizar para terminar con ese flagelo”, alegó.

Por eso enumeró también una serie de “desafíos” para intentar “corregir” ese rumbo. Pelota de Trapo tiene por claros objetivos, “devolver” la cultura del trabajo a los jóvenes, y para ello la cuenta con varios talleres productivos como una imprenta y una panadería. “Además, tenemos la Casa del Niño, donde se atienden de lunes a viernes más de doscientos chicos; también tenemos el hogar, donde hay chicos que bajo diferentes circunstancias no tienen un lugar donde quedarse; entre otros espacios en los que nos ocupamos de aquellos niños y adolescentes que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad social”, completó.