"Hay grupos que no quieren que se investigue el lavado"


La jefa del Ministerio Público Fiscal calificó ayer como “una causa armada” la que acusa al fiscal Carlos Gonella ya que “cuatro testigos, que son nada menos que los secretarios de la fiscalía de Guillermo Marijuán, declararon que no recibieron orden de Gonella de excluir a Lázaro Báez de ninguna imputación”.

“En base a la información producida también por Gonella fue que Marijuán luego pudo imputar a Báez”, indicó.

Gils Carbó enfatizó “el sesgo” de que “solo acusen a un fiscal y no a otro”, e hizo hincapié en que “se produce justo cuando se reforma el Código Procesal hacia un sistema acusatorio”.

“No es cualquier reforma: desconcentra el poder absoluto que tenía el juez de instrucción y se orienta a dar una total transparencia al proceso penal. Hasta hoy vivimos procesos oscuros y largos. En un sistema acusatorio el fiscal, el defensor y la víctima llevan sus pruebas y se muestran en una audiencia pública”, explicó.

No obstante, sostuvo que otra “hipótesis” es que “la persecución sea por la actividad del propio fiscal Gonella”, que investiga delitos de lavado de dinero, que incluyen “cuentas suizas, irregularidades en el BNP Paribas”, entre otras, como las investigaciones sobre “las cuevas y los delitos cambiarios que sirvieron a la manipulación del valor del dólar, que siempre fue un gran negocio para quienes quieren obtener ganancias sin producir”.

“Otra de sus investigaciones apuntó a las conexiones argentinas de José Luis Bárcenas, el ex tesorero del Partido Popular español que terminó preso. La denuncia de Gonella fue desestimada por el juez Marcelo Martínez de Giorgi”, agregó.

Los grupos de poder. “Algunos grupos de poder quieren disciplinar al que lucha contra el lavado de dinero para que no investigue más”, sentenció Gils Carbó, y citó como ejemplos de grandes estafas sin condena a “la entrega de recursos naturales no renovables, el vaciamiento de la aerolínea de bandera, el sobreendeudamiento del país con dólares que encima no vinieron para el desarrollo, el quiebre del sistema bancario, el vaciamiento del patrimonio social de la Argentina”.

Sobre ocupar un lugar en la Corte Suprema. Por otra parte, Gils Carbó se declaró en contra de la ley de integración del Máximo tribunal de Justicia y dio a entender que prefiere un "mayor número de miembros".

"La ley actual dice que tiene que ser de cinco, ¿no? Apenas se produzca una vacante debería cumplirse con la Constitución y con las disposiciones sobre transparencia e impugnaciones que establece el decreto 222. En general hay muchos modelos. Están las cortes de muchos miembros con varias salas, por ejemplo. Cinco, el número argentino, es una de las cifras más exiguas", aseveró y negó ser candidata a cubrir la vacante de Eugenio Zaffaroni, luego de su renuncia.