Cristina: “No utilicen más la causa AMIA”


Ante la Asamblea Legislativa, la jefa de Estado comenzó a hablar sobre los atentados a la AMIA y la Embajada de Israel cuando los diputados Claudio Lozano (Unidad Popular) y Berta Arenas (Compromiso Federal) mostraron carteles en los que pedían una comisión investigadora: "No necesito carteles para hablar de AMIA. Hablo desde 1994 denunciando encubrimiento de (el ex juez federal Juan José) Galeano y pidiendo justicia".

Y agregó: "No hay ni un solo preso por AMIA. No necesito carteles. Yo puedo ir con carteles al frente de la AMIA para decirles también que un ex presidente de la DAIA, Rubén Beraja, es un encubridor y vaciador de bancos. Traicionó a su religión y a su asociación. Así que no me vengan a hablar a mí de la AMIA".

En ese contexto, la jefa de Estado denunció: “La utilización política de la causa AMIA donde hay 85 víctimas que piden justicia asquea, porque la utilizaron y la siguen utilizando desde afuera y desde adentro para hacer geopolítica”.

“No nos trasladen conflictos internacionales”. En su mensaje de apertura de las sesiones ordinarias, Cristina recordó en forma encendida su intervención en la causa AMIA desde 1994 a la cual calificó como “un tablero de operaciones políticas, un tablero de ajedrez de la política nacional e internacional”.

Luego de explicar la geopolítica en Medio Oriente en los primeros años de los 90 cuando explotó la Embajada de Israel y la AMIA, al citar las negociaciones por la paz entre Israel y Palestina en la que intervenía Siria y Estados Unidos, la mandataria volvió a sentenciar: “No nos trasladen conflictos internacionales”.

“La AMIA no explotó durante nuestro gobierno y hace 21 años que las víctimas y los familiares vienen reclamando justicia”, fustigó la mandataria, quien afirmó que “si hay demoras en el juicio por encubrimiento de la investigación -AMIA 2-, miren para otro lado” y no al Ejecutivo, al sugerir la responsabilidad del Poder Judicial, porque la Corte Suprema habría pautado que antes que ese juicio oral se realice el de la tragedia ferroviaria de Once.

“¿Sabe alguien cuál es el resultado de la investigación que llevó adelante la Corte sobre el atentado a la Embajada de Israel?”, se preguntó Cristina y agregó: “¿Por qué el Estado de Israel reclama por la AMIA y no por la voladura de su propia embajada?”.

Sobre Nisman. En ese contexto, la Presidenta se refirió al fallecido fiscal Alberto Nisman: "Lamento su muerte como la de cualquier argentino, cualquier ser humano, pero también quiero decir que leí profundamente tanto la denuncia como la sentencia del juez (Daniel) Rafecas, que habla por sí sola", enfatizó.

"¿Con cuál Nisman me quedo? ¿Con el que me acusa de encubrimiento o con el que se dirige a mí reconociéndome todo lo que habíamos hecho y dicho para que yo me presente ante el Consejo de Seguridad?", se preguntó la jefa de Estado.

Además, sostuvo que la denuncia del fiscal federal debió haberse llamado "Nisman versus Nisman" por las contradicciones que figuran en "dos documentos de puño y letra firmado por el doctor Nisman, uno fechado en diciembre del 2014 y el otro en enero de 2015" que dicen "exactamente lo contrario a lo que dijo luego en su denuncia".

Contra el “Partido Judicial”. Cuando repasó la gestión de la cartera de Justicia y Derechos Humanos, en tanto, la mandataria lamentó que la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual fuera "frenada por un sector del poder judicial que se ha convertido en un partido".

Allí la mandataria se refirió a la presunta independencia de la justicia del Poder Judicial respecto de la política y de algunos sectores del poder económico pero lamentó que "el Partido Judicial" se haya "independizado de la Constitución".

Malvinas. La Presidenta, por otra parte, impulsó a los ex combatientes de Malvinas para que recurran a la Corte Interamericana de Derechos Humanos y reclamen en ese órgano internacional por los maltratos y vejámenes que sufrieron de parte de sus superiores durante el conflicto armado que Argentina mantuvo con el Reino Unido en 1982, luego de que la Corte Suprema de Justicia desestimara la semana pasada esa causa.

“Vayan y reclamen ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos”, dijo Cristina y aseveró que se sentía “muy sensibilizada” por este reclamo.

Cristina, que recordó que siendo senadora impulsó la pensión que hoy reciben los ex combatientes de Malvinas, consideró que en la Corte Interamericana “seguramente” escucharán su reclamo.

“Dejo un país cómodo para la gente”. Cristina utilizó para cerrar su último discurso ante la Asamblea Legislativa una frase con la que ensayó un balance de su gestión y a través de la cual dejó abierto un desafío para quienes aspiran a sucederla: "Yo no dejo un país cómodo para los dirigentes, dejo un país cómodo para la gente. Va a ser muy incómodo si piensan recortar derechos".

Al referirse a "los que quieren cambiar", la mandataria pidió que quienes aspiran a ocupar el sillón presidencial evidencien qué piensan hacer con políticas impulsadas por su gobierno como la recuperación por parte del Estado de empresas como Aerolíneas Argentinas e YPF o, en otro ámbito, la sistematización de las negociaciones paritarias, todos temas abordados.

Presencias. Funcionarios nacionales, gobernadores, intendentes, representantes de organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos, de la justicia y de las Fuerzas Armadas concurrieron al Congreso para escuchar el discurso que pronunció la Presidenta.

Los ministros, mandatarios provinciales y miembros del cuerpo diplomático, como del Poder Judicial y de las Fuerzas Armadas, se sentaron en los palcos ubicados a los costados del estrado central, desde donde Cristina dirigió su octavo mensaje para habilitar las sesiones ordinarias.

En cambio, la madre de la Presidenta, Ofelia Wilhelm, se sentó en el palco superior ubicado frente al estrado central, junto su hija Giselle, y las titulares de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini.

Allí, en los palcos superiores, estuvieron también el secretario de Derechos Humanos, Martín Fresneda; el titular de la Anses, Diego Bossio; y los secretarios generales de la CGT, Antonio Caló, y de la CTA, Hugo Yasky.

En los palcos de invitados se pudo observar a los gobernadores de Buenos Aires, Daniel Scioli; de Entre Ríos, Sergio Urribarri; y de Salta, Juan Manuel Urtubey. También se encontraban los mandatarios de Jujuy, Eduardo Fellner; de Chubut, Martín Buzzi; de la Rioja, Luis Beder Herrera; de San Juan, José Luis Gioja; de Catamarca, Lucía Corpacci; y de Santiago del Estero, Claudia Abdala.

Además, el presidente de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti junto a la Procuradora Alejandra Gils Carbó; el jefe del Ejército César Milani, y el titular de la CGT, Antonio Caló.

También estuvieron presentes el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y los ministros del Interior y Transporte, Florencio Randazzo; de Economía, Axel Kicillof; de Planificación, Julio de Vido; de Desarrollo Social, Alicia Kirchner; y los secretarios General de la Presidencia, Eduardo "Wado" de Pedro; Legal y Técnico, Carlos Zannini; y de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro; y de Inteligencia Oscar Parrilli.

También asistieron los ministros de Justicia, Julio Alak; de Educación, Alberto Sileoni; de Defensa, Agustín Rossi; de Seguridad, María Cecilia Rodríguez; de Relaciones Exteriores, Héctor Timerman; de Ciencia, Lino Barañao; de Trabajo, Carlos Tomada; de Salud, Daniel Gollán; de Turismo, Enrique Meyer; de Agricultura, Carlos Casaquimela; y de Cultura, Teresa Parodi.

También estuvieron en la ceremonia de apertura los titulares de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde; y de la AFSCA, Martín Sabbatella.

Además, asistieron numerosos representantes del mundo de la cultura, entre ellos los actores Pablo Echarri, junto a su esposa Nancy Duplaa, Mex Urtizberea, Fernán Mirás, Paola Barrientos, Luis Machín y Juan Minujín.

Plaza colmada. Más de 400.000 personas se apostaron frente al Congreso para seguir el discurso de Cristina.

Desde las primeras horas de la mañana, compactas columnas de manifestantes se movilizaron hacia el Congreso con una fuerte presencia de jóvenes organizados en La Cámpora, Kolina y el Movimiento Evita, entre otras agrupaciones.

A ellos se sumaron trabajadores de sindicatos como UOCRA, UOM, Vialidad Nacional, Smata, Suterh y muchos provenientes de las intendencias del Conurbano.