Dictadura: piden investigar delitos sexuales


El fiscal federal Federico Delgado pidió a la Justicia que indague a más de una decena de imputados por los delitos de lesa humanidad de índole sexual perpetrados contra 12 víctimas detenidas ilegalmente en dos centros clandestinos entre 1974 y 1978.

Centros clandestinos de detención señalados. Los casos surgieron de los testimonios de las sobrevivientes de los centros clandestinos de detención Cuatrerismo-Brigada Güemes (conocido como Protobanco) y Comisaría de Monte Grande, quienes dieron cuenta de los abusos y violaciones sufridas por otras dos víctimas que continúan desaparecidas, pero que llegaron a narrar lo sucedido cuando coincidieron en los centros.

"Protobanco" o "Cuatrerismo" están enmarcados en la megacausa que investiga el juez Daniel Rafecas por los crímenes cometidos bajo la órbita del Primer Cuerpo de Ejército durante la dictadura cívico militar.

Protobanco funcionó entre noviembre de 1974 y febrero de 1977 en Camino de Cintura y Ricchieri, en el conurbano bonaerense, en tanto la Comisaría de Monte Grande, ubicada en la calle Santamarina 474 de esa localidad, operó como centro clandestino desde julio de 1976 hasta octubre de 1978, además de llevar a cabo sus funciones regulares.

El dictamen. Delgado señaló que "el sometimiento sexual de las detenidas se tradujo en un modo de instrumentar el miedo, la degradación, el castigo y el aniquilamiento predispuesto para las mujeres en particular". "Entendemos que no existe margen de error al afirmar que la que nos convoca constituye una práctica habitual que formó parte del ataque generalizado contra la población civil diseñado por el gobierno de facto que usurpó el poder en 1976 y estableció un plan sistemático de represión estatal", dijo el representante del Ministerio Público en su dictamen, publicado por el portal Fiscales.gob.ar.

Agregó que estas agresiones "cometidas fundamentalmente contra las mujeres detenidas en los centros clandestinos implicaron un ataque generalizado y sistemático en la medida en la que fueron replicadas en todos y cada uno de los niveles de mando y ejecución del plan en todo el territorio nacional".

"Estas acciones dan cuenta que no se trató de algún hecho aislado o acción individual y excepcional producto lascivo de una persona, sino que fue una modalidad sistemática, uniforme, continua, reiterada y masiva establecida verticalmente, y que formaba parte del conjunto de prácticas criminales que integraron el dispositivo represivo", continuó el titular de la Fiscalía Federal N° 6.

Basó su argumentación en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional que entiende que los delitos sexuales son conductas delictivas independientes de la aplicación de tormentos.

"Seguir colocándolos dentro del rótulo genérico de tormentos implica continuar velando una parte de la historia que de ese modo se deja de contar", advirtió.