El impacto del paro en la Región: corte y malestar


Las calles amanecieron diferentes. Sin el andar de colectivos ni ruidos de los trenes, los barrios mostraron poco movimiento durante la mañana, pero se reactivó hacia la tarde. A partir de la falta de transporte, la vida cotidiana se vio afectada.

Muchas personas tuvieron que faltar a sus trabajos por la imposibilidad de tomar un tren o un colectivo. Conseguir un remis se convirtió en una hazaña y muchos optaron por manejarse en bicicleta.

“No está mal lo que trabajamos. Es como un día normal, pero más tranquilo con el tráfico”, opinó Osvaldo, remisero de Lomas. “Al no haber GNC se nos complica a todos. Estoy andando a nafta, y ya es diferente. Se puede llegar a generar perdida”, lamentó el chofer en diálogo con Info Región.



Las estaciones de servicio permanecieron cerradas, con personal, pero sin cargar combustibles. Playeros pasaron el día sin recibir a clientes, que –algunos ofuscados- reclamaban por la necesidad de llenar el tanque. A partir de esta situación, muchas agencias de remis dejaron de brindar el servicio. “Te paran los colectivos y cierran las estaciones de servicio para que no puedas hacer nada y mostrar la adhesión al paro, pero es mentirosa”, aseguró una vecina de Llavallol.



Instituciones educativas abrieron sus puertas, pero la falta de transporte repercutió en la asistencia. “Yo no voy a mandarlo al colegio porque si bien vivo cerca, las docentes quizá no llegan. ¿Con quién se quedan los nenes?”, se preguntaba una madre en la víspera del paro. “De la salita de mi nene no va nadie, así que él no va a ir, lamentablemente”, apuntó la mujer cuyo hijo asiste a la sala de 2 años.

Comercios cerrados. En los centros comerciales se notaba la diferencia. Poca gente circulando por las calles, muchas persianas metálicas cerradas, empleados esperando a los clientes y malestar de comerciantes.

Kevin atiende en una verdulería ubicada en 29 de septiembre, lindera a la estación ferroviaria de Lanús. Tuvo que pagar un remis desde su casa en Monte Chingolo, que le costó lo mismo que su día de trabajo, 150 pesos. “Si no vengo no me pagan y aparte me suspenden. Igual, vine a hacer presencia porque no pasa nada. Hoy es peor que un feriado”, explicó el empleado a este medio.



El titular de la Cámara de Comercio e Industria de Lomas de Zamora, Alberto Kahale, respaldó los datos anunciados por la CAME. “Se pierde mucha plata, la gente no puede salir a comprar. Los comercios están abiertos, pero al no haber público que pueda llegar a comprar, empiezan a cerrar”, comentó a Info Región.



Malestar. “¿Cuántas personas pagan Ganancias? No tiene sentido este paro, los únicos perjudicados son los trabajadores que no pagan el impuesto ni tienen la posibilidad de comprarse un auto y se manejan con el transporte público”, analizó Martín, quien esperaba –en vano- el colectivo en la estación de Lomas de Zamora.

Kahale, en tanto, señaló que “el paro no es un éxito” porque “cortaron todos los medios de transporte para ir a trabajar”. “Han cortado los accesos en todos lados. La gente que quiere trabajar tiene que poder ir”, reclamó. Si bien consideró que el Impuesto a las Ganancias debería eliminarse, aclaró que este tipo de medidas de fuerza no llevan a ningún lado. Definió al gravamen como “impuesto al trabajo” y consideró que “el Gobierno tiene herramientas para cambiar la situación y modificar la situación tributaria”, dando cuenta de la cantidad de sectores que aún tienen trabajadores en negro.