Dos engranajes del mismo sistema


Desde 2010, la salud pública en el Conurbano cuenta con dos modelos que confluyen dentro de un mismo sistema. Sobre la base de este contraste que pintan las Unidades de Pronta Atención (UPA) y los hospitales es que se busca dar respuesta desde el Estado a las necesidades sanitarias de la zona más poblada del país.

Hace ya cinco años que comenzaron a funcionar, con estreno en la región, las UPA 24, iniciativa que el Gobierno bonaerense puso en marcha con el objetivo de descongestionar las guardias de los hospitales estatales y acercar la atención a los barrios más alejados de estos establecimientos.

Según datos del Ministerio de Salud de la Provincia, las ocho UPA existentes ya asistieron a más de 1.500.000 personas desde que se inauguró la primera en Lomas de Zamora.

Allí, la semana pasada Viviana llevó a su hijo Joaquín a la guardia de pediatría y le mencionó a Info Región que “la atención es muy buena”. “Uno no tiene que esperar demasiado y siempre se va con una respuesta o una solución. Me parece algo práctico”, sostuvo la mujer, que también resaltó que “el lugar es muy limpio”.

Ramón, un vecino de 64 años que también esperaba ser atendido, consideró que la UPA “le hizo bien al barrio”. Para él, “es importante tener un lugar gratuito para atenderse y que sea de confianza”. “En diferencia quizás a un hospital, acá es más personalizado y muy bien organizado”, apuntó.

Pero mientras en las UPA la atención y la infraestructura son satisfactorias, ¿Cuál es la situación en los hospitales? ¿Se vieron beneficiados con su instalación?

El Hospital Gandulfo es el que trabaja coordinadamente con la UPA lomense y, aunque ya no desborda de pacientes, continúa siendo numerosa la cantidad de personas que se atienden allí.

Nancy Gaute, directora del centro de salud, hace una salvedad que da cuenta de la diferencia entre ambas realidades: “La UPA no tiene internación ni consultorios externos, entonces la cantidad de gente que deambula allí no tiene ni un mínimo de comparación con la masa de gente que se atiende acá”, sostiene.

Las UPA lograron descomprimir las guardias. Sin embargo, en los hospitales provinciales y municipales persisten los problemas para dar abasto con los insumos y los recursos humanos, así como con algunas falencias edilicias, debido a las características propias de establecimientos centenarios.



Dos modelos de atención.Por tratarse de centros de salud modernos, las UPA poseen ventajas en relación a los hospitales debido a que fueron concebidos recientemente y con una lógica totalmente distinta a la que se emplea en la construcción de hospitales u otros centros médicos. No obstante, con sus diferencias, ambos modelos forman parte del mismo sistema de atención.

Las UPA se crearon en función de colaborar con hospitales centenarios para darle, además, una impronta de renovación y practicidad a la salud provincial. No obstante, a diferencia de los hospitales, no tienen consultorios externos ni servicio de internación. Sólo cuentan con un sistema de guardias compuesto por médicos emergentólogos, generalistas y pediatras. Cuando un caso lo amerita, se deriva al centro de salud.

En la UPA 24 lomense, todo aquello que requiere intervenciones quirúrgicas es trasladado al Gandulfo. No obstante, todas las demás emergencias, como puede ser un accidente cerebro vascular, son tratadas en las UPA, ya que éstas están equipadas con terapias intensivas capaces de sostener por un tiempo prudencial al paciente, hasta que se le consiga cama o derivación.

En cuanto a las diferencias edilicias, en las UPA se apuntó a una construcción mediante bloques de chapa, aluminio, telgopor y plástico que conforman módulos; en contrapartida con las habituales estructuras antiguas de los hospitales, con paredes que concentran la humedad.

De esta forma, en los nuevos centros se obtiene mejor higiene, facilidad de mantenimiento y un costo menor, lo cual se hace imposible para hospitales con estructuras imponentes.

“Lo que sucede con los hospitales tradicionales es que tienen muchos años. El Gandulfo cumple este año 109, y en comparación con las UPA, las diferencias edilicias son notorias”, indica Alfredo Distéfano, secretario de Salud de Lomas de Zamora y ex director de la UPA lomense, ubicada en Recondo y Camino Negro.

No obstante, tanto el funcionario como el actual encargado de la UPA, Héctor Marchetta, explican que ambos centros “se complementan”. “Conviven de forma positiva ambas formas de suplir esta necesidad que es tan importante para todos, la salud. Se complementan, siempre en pos de que el vecino esté mejor atendido”, indica Distéfano.

Mientras que Marchetta describe el funcionamiento: “La UPA es un escalón intermedio entre la emergencia médica que pueda surgir en la vía pública, en una unidad sanitaria o en una vivienda, y el hospital, haciendo de escala antes del centro de salud de referencia, en este caso el Gandulfo, que es el que finalmente recibirá la derivación aportando los especialistas y la aparatología e instrumental que nosotros no tengamos. Es decir, cuando el caso supera nuestra capacidad operativa, por distintas razones, contamos con la recepción del Gandulfo”, describe y precisa que la UPA “es una unidad de atención médica no programada, es decir que la atención no se da por turnos previos, sino según demanda espontanea”.

El paciente llega por sus propios medios o traído por terceros con una eventual complicación médica que no puede esperar un turno programado en ningún hospital ni centro de salud. Una vez en la UPA, se le toman sus datos personales, se le confecciona una historia clínica y luego pasa por un consultorio de clasificación de pacientes llamado “Triage”, que de acuerdo a la urgencia o gravedad del caso prioriza la atención del mismo mediante colores: azul, verde, amarillo y rojo, de menos a más urgente respectivamente.

Según Marchetta, un punto a resaltar es que “el 98 por ciento de los casos que ingresan a la UPA son resueltos en el lugar y luego dados de alta o derivados a una consulta con un especialista, de manera programada con los centros de salud de la región”.

“El 1,9 por ciento, ya sea por la gravedad del caso o por la complejidad, es el que debe ser derivado, con previo aviso al hospital de referencia sobre el estado de salud de la persona, así se preparan y cuando el paciente llega cuentan con la mitad del trabajo hecho y estudiado”, agrega.

Los datos oficiales de la UPA lomense arrojan entre 200 y 300 personas atendidas a diario, lo que da, en promedio, en poco más de cuatro años, aproximadamente medio millón de pacientes.

Desde el Gandulfo, Gaute indica que la UPA, a diferencia del hospital, “brinda un soporte vital durante seis u ocho horas” para después derivar al paciente. “Acá tenemos más de 300 guardias por día y a eso le sumamos internación y consultorios externos”, compara y sostiene que “eso influye mucho”. “Son realidades distintas. Un servicio separado”, señala.



¿Cómo resulta la experiencia? Tal como se advierte, el trabajo en conjunto es la clave del éxito que trajeron consigo las UPA para con los hospitales públicos.

En ese sentido, Distéfano calificó a las UPA como “satélites” de los hospitales: “En Lomas dependen del Gandulfo, en Lanús del Evita, en Avellaneda del Perón, en Longchamps del Meléndez, etc”.

Para Marchetta, en tanto, “la inserción del sistema UPA es uno de los grandes aciertos en materia de salud del gobernador, Daniel Scioli”. “Contamos con un equipo idóneo, altamente entrenado, muy comprometido con la salud de los vecinos”, apuntó.

Desde el punto de vista de los hospitales, Gaute reconoce que “la ventaja es que el paciente llega en mejores condiciones que antes”. “Ahora si tiene que llegar medicado al hospital, viene medicado, con suero, puede agilizarse más ese proceso”, advierte.

No obstante, señala que la UPA lomense aún no ha logrado descomprimir la enorme cantidad de pacientes del Gandulfo. “Se encuentra ubicada en una zona geográfica diferente. Pudo haber descomprimido parte de la guardia del hospital Penna, de Capital y del Alende (municipal)”, evalúa.

“Acá viene gente de una parte de Fiorito y de Lanús, a la que le queda más cerca que el Evita, por una cuestión básicamente geográfica”, explicó la titular del Gandulfo.

Lo cierto es que, a su manera, las UPA lograron en estos cinco años perfeccionar y, sobre todo, agilizar el sistema de salud. “Las UPA realmente fortalecen las resoluciones de emergencias porque fundamentalmente están para eso, son unidades de pronta atención y desconcentran muchas consultas o acciones que antes se desarrollaban solamente en los hospitales”, considera el director de Región Sanitaria VI, Vicente Ierace.

“Ha sido positivo respecto a la coordinación con hospitales y tienen un sistema muy organizado de atención y planificación de pacientes”, asegura y destaca que las unidades “cuentan con laboratorio, servicio de radiología y un sector de observación para dejar al paciente incluso hasta 12 horas para ver cómo evoluciona”. “Son bastante completas y la experiencia en la región, con cuatro funcionando en Lomas, Lanús, Almirante Brown y Avellaneda, es muy buena”, destaca.

Mientras otras nueve UPA’s esperan a ser construidas en el Conurbano, desde los hospitales bonaerenses buscan coordinar el trabajo y recibir a los pacientes en mejores condiciones. Estos últimos, en tanto, cuentan ahora con dos opciones al momento de sufrir una emergencia.