Abuso en fiesta privada: “Hay pruebas suficientes”


Ciro Annichiarico explicó -en dialogo con Info Región- que la causa “va a ir a juicio a menos que se lleve a cabo un juicio abreviado en el que ellos (los acusados) reconozcan su responsabilidad y se establezca una forma de reparación”.

Y aseguró que aunque “todavía no hay fecha de juicio”, esa instancia va a llegar porque “hay suficientes pruebas para que, eventualmente, terminen los dos condenados”.

Los acusados. Son dos los jóvenes procesados de los seis alumnos del colegio Balmoral, que integraban la agrupación conocida como “La Gloriosa” y formaron parte –según denunciaron las jóvenes de entonces 15 y 16 años- de los abusos que tuvieron lugar en una fiesta privada en Banfield, en 2013.

El abogado defensor informo qué “uno de ellos es mayor, pero como el hecho ocurrió durante la minoría de edad sigue aplicándose el procedimiento penal juvenil”.

En la investigación, la fiscal Cristina Luzuriaga llevó adelante un trabajo para “individualizar” a los acusados “a través de las redes sociales porque estos chicos publicaban sus ‘aventuras’ ahí”, detalló el letrado. A su vez, aclaró que “no hubo un reconocimiento directo de las chicas, sino que fue por esta vía y por medio de otros que estaban presentes en aquel cumpleaños, se pudo reconocer a los acusados”.

El caso. Dos jóvenes de 15 y 16 años denunciaron haber sido abusadas -el 5 de octubre del 2013- en una fiesta privada de Banfield por un grupo de alumnos del colegio Balmoral.

Según lo que expresaron, una de las chicas había ingresado a la habitación para recuperar su teléfono celular que había sido sustraído por uno de los integrantes del grupo. Allí se encontró con otra joven llorando.

El padre de una de las chicas, Daniel Cruz, contó a este medio que su hija fue maltratada en más de una ocasión después de aquella noche. Tal fue el caso de cuando le gritaron “puta violada” al cruzársela en un boliche, o cuando –según Cruz- recibió “llamadas intimidatorias” para que no continuara con la denuncia.

Luego de que la defensa interpusiera recursos para impedir el juicio y realizaran algunas audiencias conciliatorias “para pedir perdón falsamente”, tanto la querella como la fiscalía coincidieron en que las pruebas eran “suficientes” para elevar la causa a juicio.