Cristina encabezará la entrega del sable corvo de San Martín


El traslado comenzará a las 11 con un desfile patrio con la cureña que trasladará el sable en un recorrido por las calles Luis María Campos, Int. Bullrich, avenidas del Libertador, Leandro Alem, Rivadavia, Bolívar, Yrigoyen, Paseo Colón, hasta llegar a Parque Lezama. En medio del recorrido se realizará una parada en la Catedral Metropolitana, sitio donde descansan los restos del Libertador.

El sable. Es el arma que acompañó a San Martín durante la Guerra de la Independencia y que legó a Juan Manuel de Rosas, hasta que sus descendientes decidieron donarlo al Estado Nacional, en 1897, bajo custodia del Museo Histórico Nacional, donde durante casi siete décadas fue exhibida en una de sus salas.

Los agitados años 60 le devolvieron un protagonismo inesperado cuando -durante la proscripción del peronismo- el corvo fue apropiado en dos oportunidades por integrantes de la Resistencia Peronista, cuyo objetivo era el de marcar la línea histórica que unía a San Martín, Rosas y Perón, y recuperado en las dos ocasiones, hasta que en 1967 el dictador Juan Carlos Onganía quitó la custodia del sable al Museo.

Con su traslado al Museo Histórico Nacional, la espada podrá ser apreciada por todo el público en una sala especialmente diseñada con modernas medidas de seguridad y conservación.

El sable estará rodeado por las armas de Manuel Belgrano, Manuel Dorrego, Juan Manuel de Rosas y Guillermo Brown -entre otras- y el espacio estará custodiado por efectivos del Regimiento de Granaderos a Caballo, en homenaje al prócer.

Como antesala, una sala contigua exhibirá boleadoras, armas de fuego y puñales, las armas anónimas del pueblo, de aquellos que lucharon por la libertad.

Cristina lo recibe. La presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, encabezará el acto en el cual el Museo Histórico Nacional recibirá, luego de 48 años, el sable corvo del general José de San Martín que actualmente se encuentra en el Regimiento de Granaderos a Caballo.

Cristina saludó la beatificación de monseñor Romero. La Presidenta resaltó la "alegría" del pueblo argentino por la beatificación del obispo salvadoreño.

Afirmó que con ese hecho el papa Francisco hace caminar "una vez más" a la Iglesia "junto a los pobres y perseguidos". "Con alegría el pueblo argentino se suma a los pueblos del mundo para celebrar la beatificación del Obispo Oscar Arnulfo Romero", expresó la Presidenta en una carta dirigida al mandatario de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, que fue difundida ayer.

Cristina añadió: "Una vez más el Papa Francisco hace caminar a la Iglesia junto a los pobres y perseguidos, aquellos quienes con amor por su obispo lo bautizaron 'San Romero de América, pastor y martir nuestro'". "El 24 de marzo de 1980 -agregó la mandataria en su misiva- fue un día doblemente triste para el pueblo argentino, ya que mientras un sicario destruía el corazón del obispo salvadoreño, se cumplía en nuestro país el cuarto aniversario del inicio de la dictadura cívico-militar, enemiga del pueblo y de los curas que acompañaban el sufrimiento y la persecución de los más débiles y humildes".

Y recordó: "Fue duro reponerse de la muerte del Obispo Romero a quienes ya habíamos sufrido el asesinato de nuestro obispo, Monseñor Enrique Angelelli en 1976. Ambos derramaron su sangre por su apego a las enseñanzas del Evangelio. Pero antes, ambos supieron transmitir que la religión está vacía de sentido si no se llena de la lucha por un mundo más justo y más solidario". "La memoria del Obispo Romero nos indica el camino, y su vida y martirio nos comprometen a seguir trabajando con las enseñanzas que nos legó. Su sabiduría, su compromiso y su amor al prójimo me permite rescatar dos enseñanzas del Obispo para compartir con usted", agregó.