Nenas esclavizadas: piden el procesamiento de pareja umbanda


Poco más de un año pasó del momento en que las víctimas lograron escapar de su cautiverio. Según la denuncia, eran sometidas a maltrato, vejaciones y hasta las obligaban a mantener relaciones sexuales con hombres, en el marco de rituales umbanda.

Desde la Procuración General de la Nación señalaron que la Justicia comprobó los hechos, pero había realizado una imputación diferida, acusando sólo a la mujer por trata de personas. El fiscal de Lomas de Zamora, Leonel Gómez Barbella, en colaboración con DOVIC, Protex y el Programa de Género, solicitó que ambos fueran acusados por trata, “teniendo especial cuidado al relato de las víctimas, en función de su condición de menores de edad y de la violencia de género que sufrieron”.

Los acusados. Graciela Ledesma y Jorge Russo, una mai y pai umbanda, fueron detenidos el mismo domingo (20 de julio de 2014), luego de que la Policía conociera el hecho. Ambos estaban en la vivienda en la que mantenían cautivas a las nenas de 4, 12 y 13 años, ubicada en Bouchard al 4000 de Monte Chingolo, Lanús.

El hombre había quedado imputado por los delitos de abuso sexual reiterado, mientras que la mujer fue acusada por lesiones graves, reducción a la servidumbre, privación ilegal de la libertad agravada y trata de personas agravada. El juez de garantías señaló que no existía un grado de convicción suficiente para imputar a ambos el delito de corrupción de menores y explotación sexual. Luego, el juez provincial declinó su competencia a favor de la Justicia federal.

A partir de distintos testimonios brindados y pruebas recolectadas en la causa, Gómez Barbella sostuvo que quedaba claro que el imputado "no era ajeno a lo que acontecía en la vivienda en cuestión, sino por el contrario, que participaba de las maniobras que le fueron atribuidas y se aprovechaba de toda esa situación para abusar sexualmente de las menores". "Motivo suficiente, a criterio de este Ministerio Público Fiscal, para fundamentar el dictado de su procesamiento por el hecho por el cual fuera formalmente indagado”, es decir, el delito de trata de personas agravado, por el cual se imputó a la mujer.

El relato escalofriante. La Policía contó que fueron abusadas por la pareja que las mantenían cautivas y por otras personas, a partir de “sacrificios umbanda”. “La más chiquita tenía quemaduras hechas con un tenedor”, había explicado Sergio Gil, comisario a cargo del procedimiento. “Las dos más chicas tenían quemaduras en la cara y en el pecho", apuntó en ese momento. Además, había comentado que las golpeaban con palos con pinches y les propinaban patadas, y como castigo las obligaran a estar en cuclillas durante seis horas.

A la Policía le reiterarían que habían escapado de la casa de mujer imputada, donde las mayores eran sometidas a distintas prácticas sexuales, a la vez que eran continuamente golpeadas, maltratadas verbalmente, quemadas con cigarrillos y velas en rituales, mal alimentadas y sometidas a un encierro constante en una habitación sucia y fría que compartían con animales, señala la Procuraduría.



¿Cómo llegaron a la casa del horror? Informaron que la madre de las dos hermanas llegó a la vivienda porque tenía problemas con su pareja. La acusada le habría ofrecido ayuda, pero terminó por ser también víctima. “Enseguida la imputada la obligó a participar de los rituales, para lo cual la amenazaba diciéndole que si no lo hacía mataría a sus hijas. También le retuvo la documentación para evitar que se escapara. Luego, la obligaron a mantener relaciones sexuales con cinco hombres desconocidos frente a sus hijas y en el marco de los rituales religiosos”, precisa el informe.

La mujer logró escapar, pero sin sus hijas. A los dos meses volvió a reclamar por las nenas, pero la acusada se habría negado a entregárselas. A partir de ahí, el tormento relatado por las menores.

En el marco de los reiterados abusos y vejámenes, fue cuando apareció el otro imputado, por la fiscalía, tío de la imputada. El hombre “en reiteradas ocasiones aprovechó la situación de convivencia y la superioridad que ejercía sobre aquellas, dada el estado de vulnerabilidad en el que se encontraban”, para abusarlas sexualmente, relata Gómez Barbella en su dictamen.

El caso. Las nenas lograron escapar de su cautiverio el 20 de julio y se refugiaron en la casa de una vecina, quien luego de escuchar los tormentos que sufrieron los menores, alertó al 911. Desde la comisaría sexta de Lanús, los efectivos manifestaron que las chicas habían sido "vendidas" a la pareja umbanda, y recalcaron que en su cautiverio fueron sometidas “a sacrificios”, que implicaban desde quemaduras en varias partes del cuerpo hasta patadas y golpes con palos con pinches. Incluso, una de ellas habría sido entregada a otros hombres, que abusaban de ella.