Testigos clave complicaron a David Ayala


La tercera audiencia del juicio por los asesinatos de Ezequiel Galarza y Johanna García, que tuvieron lugar en las inmediaciones del boliche Petrus el 1 de abril de 2013, se llevó a cabo en la sala del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 9 de los Tribunales de Lomas de Zamora.

Los procesados son Nicolás Ayala y Jonathan Enriquez, acusados de “homicidio agravado” y “encubrimiento agravado”, respectivamente. Ambos viajaban en un Ford Sierra aquella noche junto a Emanuel González, Brian y David Enriquez, que fueron sobreseídos con el correr de la investigación.

Los testigos que se presentaron ayer fueron ocho: la tercera persona que resultó herida aquella noche, Daniel Maximiliano Galeano; el teniente que condujo el patrullero que persiguió al auto luego del hecho, Enrique Yacura; el hermano de Johanna, Juan José García; un amigo de Ezequiel, Juan Ivan Lencina; David y Brian Enriquez; la novia de este último, Valeria Ayala y la madre de los tres hermanos, Lidia Alejandra Ávila.

Un testimonio clave. El primer testigo fue Daniel Maximiliano Galeano, alias “Lupe”. En su declaración, el muchacho reconoció haber sido amigo de Ayala durante su infancia. La relación entre los dos era conflictiva desde aquel momento y, según manifestó, cuando dejaron la escuela “se trasladó al barrio”. El problema era que “a uno no le gustaba como era el otro”, expresó.

Galeano declaró que durante la noche del 1 de abril de 2013, estaba en la esquina de Petrus con Johanna –de quien era amigo- esperando para ingresar. “De repente se escuchó un coche que frenó”, dijo. Lo siguiente que hizo fue reconocer que el auto era un Ford Sierra e indicó como estaban ubicados los que viajaban en él: Jonathan iba al volante, González iba en el asiento del acompañante y atrás estaban David –del lado del conductor-, Ayala –en el medio- y Brian –del otro lado-.

En el momento en que frenó el vehículo, Galeano se dio vuelta y pudo ver cómo una persona sacaba su brazo por la ventanilla trasera del lado del conductor y efectuó “entre cuatro y seis disparos” a la multitud. La pregunta que vino después fue si pudo reconocer a esa persona, y dijo que se trataba de Nicolás Ayala.

La palabra de los hermanos Enriquez. Los otros dos testimonios relevantes fueron los de David y Brian Enriquez, que también viajaban en el Ford Sierra.

El primero contó que esa noche estaban los cuatro –él, su hermano Jonathan, González y Ayala- “haciendo un asado” en la vereda de su casa, tomaron “como dos botellas de vino” y la madre les pidió si podían ir a buscar a Brian a la casa de su novia Valeria. Cuando recogieron al joven, en vez de volver a su casa, decidieron “salir a dar una vuelta”.

Cuando llegaron a la esquina donde ocurrió el crimen, David confesó haber visto cómo Ayala sacó el arma, cruzó el brazo adelante suyo, lo sacó por la ventana y disparó. El testigo añadió que “quedó shockeado” ante la maniobra y después vio cuando el agresor se deshizo del arma arrojándola por la ventanilla que estaba del lado de Brian. Cuando fue el turno de éste para declarar, manifestó que no vio a Ayala disparar pero “dedujo” que había sido él cuando “descartó” el revólver. Además, reconoció el arma “era un 32”.

Ambos hermanos coincidieron en que no sabían que Ayala llevaba el arma consigo esa noche y no escucharon los disparos “porque la música del auto estaba muy fuerte”. También coincidieron en que después del episodio y hasta el momento en que fueron detenidos por la Policía –es decir, durante la persecución- “no se habló” de lo que había sucedido.

“La acusación se reafirmó”. El abogado de la familia de Ezequiel Galarza, Gustavo Mendieta, evaluó la audiencia de ayer como “culminante”. En este sentido, señaló que “la acusación de Ayala que lo ubica como responsable de los disparos y la de Enriquez como quien prestó ayuda para la escapatoria quedaron reafirmadas”.

Y en cuanto a las declaraciones de los hermanos que reconocieron a Ayala como quien sacó el arma y gatilló, pero no alcanzaron a escuchar las explosiones, Mendieta manifestó que “lo único que tratan de hacer es dejar afuera a los que ya están afuera”. Y completó: “Independientemente de lo que digan los testigos, lo que es seguro es que Ayala fue quien disparó”.

El juicio sigue. La próxima audiencia será el miércoles a las 10.30 en la sala del TOC 9 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora y declararán los últimos tres testigos.