Los griegos votan en un referéndum crucial


La consulta tiene a Europa en vilo, con el "sí" y el "no" cabeza a cabeza en los últimos sondeos. A tres horas del cierre de las mesas, el canal privado Mega TV informó de una participación marcadamente elevada, que al mediodía ya llegaba al 35%.

El primer ministro griego, el izquierdista Alexis Tsipras, quien puso en juego su gobierno de poco más de cinco meses con la apresurada convocatoria del referéndum, insistió hoy al votar en que un "no" a la propuesta mejorará la posición negociadora de Grecia frente a los acreedores y un "sí" implicará seguir capitulando ante su "chantaje".

Líderes opositores griegos y dirigentes y gobernantes europeos afirman que un voto por el "no" será equivalente a un rechazo al euro y han acusado a Tsipras de poner en peligro la permanencia de Grecia dentro del bloque de los 19 países que usan la moneda común, algo que el premier niega y que, dice, sólo busca meter miedo a la población.

"Hoy celebramos que la democracia está venciendo al miedo, y cuando la democracia vence al miedo es una redención", aseguró Tsipras tras votar esta mañana en un colegio primario del barrio Kypseli de Atenas.

"El pueblo griego está enviando un poderoso mensaje de dignidad y determinación", añadió el primer ministro heleno, quien reiteró que votando "no" Grecia quiere "un futuro mejor y permanecer en Europa", pero en "una Europa de iguales".

El referéndum. La propuesta sobre la que están llamados a decidir unos 10 millones de griegos, convocada por Tsipras como acto de resistencia que pretende abrir una grieta en la doctrina neoliberal hegemónica en la Unión Europea (UE), se refiere a la extensión de un plan de ayuda financiera que expiró el pasado martes.

Por esto, el referéndum se presenta más bien como un plebiscito sobre el propio Tsipras, asumido a fines de enero pasado con la promesa de poner fin a los ajustes, y su estrategia para sacar a Grecia de su espiral de crisis forzando a los líderes de la eurozona a aceptar una quita en la deuda griega y a imprimir un giro en las políticas de austeridad.