Apelan a la tecnología para darle seguridad al barrio


A raíz de la oferta de nuevos sistemas de monitoreo que pueden ser administrados por los propios vecinos y debido al auge de los smartphones -que alentaron la comunicación vía WhatsApp- en la región se divisan nuevas formas de prevenir el delito: de un tiempo a esta parte, la seguridad del barrio ya no queda en manos de empresas privadas, sino de los propios residentes.

El fenómeno comenzó a expandirse en la zona a principios de año. Son cada vez más los vecinos que optan por ser ellos los encargados de vigilar su cuadra a través de artefactos suministrados por compañías que vienen a ocupar un nicho de mercado que compite de forma directa con empresas de seguridad privada y sistemas de monitoreo satelital, dos opciones a las que no todos tienen acceso.

Los paquetes más completos incluyen sirena, iluminación y botón antipánico, aunque varían según la compañía. “El de nuestra cuadra está instalado en un poste. Todos los vecinos tenemos un llavero que tiene dos botones. Uno suena una sola vez y es para aviso, en el caso de que haya alguna situación sospechosa. Si alguien está prestando atención, contesta con el mismo sonido. El otro suena permanentemente, y es para casos más graves, como robos”, afirmó Hernán, vecino de José Mármol.

Según el precio (que se prorratea entre los vecinos de la cuadra) los sistemas ofrecen diferentes servicios: algunos sólo aviso de sirena y botón de alarma, mientras que otros también suman luces con sensor de movimiento y un sistema de numeración que permite identificar a las casas para dar el alerta ante cualquier movimiento extraño en la propiedad.

“El control permite encender las luces de la cuadra cuando llegás a tu casa y una pantalla donde figura el número que te fue asignado cuando hay movimientos extraños en tu casa, para que los vecinos puedan advertir a la policía”, agrega Liliana, de la misma localidad. “Si yo observo que se enciende el número de una casa y alguien aprieta el botón de alarma, llamo al 911 o al comisario, que nos dio su celular”, cuenta.

Similar es el sistema que poseen casi todos los vecinos de la calle Boedo, entre Mentruyt y Baliña, a metros de la plaza Libertad de Lomas de Zamora. Allí los residentes se pusieron de acuerdo para rotar la administración de un dispositivo central al que llegan las notificaciones de alerta cada vez que alguno de los vecinos utiliza el llavero.

“Nosotros tenemos cuatro llaveros, que a su vez tienen tres botones”, explicó Natalia a Info Región. Sucede que al apretar uno de ellos se le da un aviso “de emergencia” al vecino “vigilante” de turno, mientras que otro activa las sirenas y el tercero tiene como función encender cuatro luces ubicadas a lo largo de la cuadra.

En Avellaneda también se registran instalaciones de este tipo, principalmente en los barrios que se emplazan en torno a la estación de ferrocarriles de la Línea General Roca, tanto del lado este como del oeste. “Hace dos años comenzaron a instalarlos en Crucecita, mi barrio. Me acuerdo que la decisión se tomó después de un par de robos, porque a veces también juega la cuestión mediática y la gente se pone un poco paranoica”, cuenta Flavio.

“Es positivo, porque unifica a los vecinos y hay un mejor manejo de la información sobre hechos delictivos, pero tiene la desventaja de que ese sentido de alerta se sobrepasa, porque ante el más mínimo indicio de que algo puede llegar a pasar se activa la alarma, además de que a veces se activa por error”, explicó el vecino de Avellaneda a este medio.



Cambio de paradigma. Autoridades de foros de seguridad locales ven con buenos ojos la popularidad que adquirieron estos aparatos, a la vez que diagnosticaron una merma en la contratación de personal de seguridad privada.

“Eso insume un precio al que no todos los vecinos pueden acceder”, consideró el vicepresidente del Foro de Seguridad de Banfield, Luis D´amico, quien reveló que en la localidad una de las alarmas instaladas incluye a representes del foro, quienes poseen una lista de códigos equivalentes a cada una de las viviendas que integran el radio de 180 metros a la redonda que cubre el servicio. “Cuando suena la alarma se visualiza un código a través del aparato, con el cual identificamos al vecino afectado y nos dirigimos hacia allí”, explicó D´amico a Info Región.

“Para algunos es mucho más seguro que una garita”, afirmó el presidente del Foro de Seguridad de Temperley, Eduardo Fuentes, y sostuvo que para legalizar los sistemas comunitarios “hay que realizar un trámite municipal que autoriza la instalación de alarmas y luces” en los postes, que poseen jurisdicción municipal.



Alerta 2.0. Otra de las modalidades en auge es la de vecinos que se comunican mediante la aplicación de mensajería instantánea para celulares con el sistema operativo Android, WhatsApp, la cual es cada vez más utilizada para alertar sobre movimientos sospechosos en la cuadra. Muchos de ellos no sólo tienen entre sus contactos a integrantes de los foros de seguridad locales, sino que en algunos casos se incluye en la conversación a subcomisarios y comisarios de las dependencias correspondientes.

En ese sentido, Fuentes afirmó que está “permanentemente conectado” con los vecinos, así como también posee una cuenta de Facebook donde recibe quejas y cuadros de situación.

En diálogo con Info Región, el subcomisario del Destacamento de Banfield Oeste, Ricardo Reynoso, señaló: “A veces los vecinos desean conversar y me escriben por Whatsapp o entre dos o tres acumulan sus consultas y me las envían o directamente me llaman”.