“El Padilla” evita su demolición y se renueva


Si bien en la puerta hay un cartel que reza “1915”, el edificio emplazado en la avenida Meeks de Temperley tiene una historia data desde mediados del siglo XIX, cuando el ferrocarril daba sus primeros pasos.

Durante 90 años funcionó la forrajería que abasteció de paja, alfalfa y semillas en una zona donde no existía otra competencia similar. Sus puertas estuvieron abiertas hasta 2005, cuando ya se comercializaban “ramos generales”.

El proyecto para renovarlo y evitar su demolición lo encabezó la familia Vietti, quienes con el apoyo de amigos, se encargaron de recuperar el inmueble y limpiarlo para dejarlo “lo más parecido a como estaba originalmente”, según explica Mauricio Vietti.



“Para nosotros y para la zona, esta renovación es un orgullo. Hay tantos proyectos inmobiliarios en el que se tiran casas hermosas y antiguas para construir pajareras, por eso esto me pone muy contento y la recepción de los vecinos fue muy buena, ya que quieren mucho lo que es el espacio”, aseguró Mauricio, quien señaló que para el reciclado del edificio tuvieron que acercarse diferentes especialistas.

Aclaró que se va a “conservar” la maquinaria antigua que todavía se encuentran en su interior “para exponerlas en algún momento”. “Se han hecho muchísimas cosas para poder rearmar todo, lo más parecido a como estaba antes”, completó.



La alegría de Fuenteovejuna. Uno de los integrantes de la asociación vecinal que busca defender el patrimonio arquitectónico de Lomas de Zamora, Bruno Cariglino, se mostró “muy contento” por “la recuperación de un espacio tan importante”.

“Está buenísimo que El Padilla no se lo haya demolido y que se haya podido dar un nuevo uso. Porque la idea de respetar patrimonios como estos, es la posibilidad de darle vida nueva. Que la ciudad siga creciendo, pero respetando la identidad y los valores de un lugar”, sostuvo Cariglino, quien asegura que “sería muy bueno que esto se pueda aplicar a otros edificios emblemáticos”.

“Es obvio que cuando se va a reciclar algo, ese edificio no va a volver a ser lo que era, pero por lo menos es darle un nuevo valor a la actitud, a la intención de reciclar un edificio viejo que le da identidad a Lomas. El Padilla es un ejemplo de que algo viejo puede renovarse, para ser explotado y que tenga un nuevo uso para la gente”, destacó el asesor de Fuenteovejuna.



La feria de “El Padilla”. Una de las claves de la renovación que encabezaron los Vietti para este edificio, fue la idea de armar “un espacio multidisciplinario” para los artistas que quieran exponer sus obras, de cualquier rama: arte plástico, música, pintura y escultura suman un nuevo escenario en la Región.

“La feria apunta a los artistas ya consagrados, que quieren exponer su obra de pintura o escultura, y también a aquellos que recién arrancan en el arte, ya sea con artesanías o con manufacturas. Queremos darle un espacio a la música también. Esto es muy importante, porque se acercan cantantes que son conocidos o que recién comienzan y es interesante que puedan colaborar con el espacio o con otros que puedan presentarse en este espacio”, concluyó Mauricio Vietti.



La feria se realiza los segundos sábados de cada mes, en el horario es de 12 a 21. En el espacio se puede comer, “pasar un momento ameno”. La próxima feria abierta al público es el 12 de septiembre.