Alegatos en el juicio por las denuncias de abuso


El juicio por las denuncias de abuso en una fiesta privada en Banfield, en 2013, entra en la etapa de alegatos.

Ayer se realizó la última audiencia de testigos y declararon chicos que participaron de la fiesta y una de las jóvenes que denunció el ataque de un grupo de estudiantes del Balmoral. Su declaración estuvo alineada con la de la otra joven, quien había prestado testimonio durante la primera audiencia del juicio que se desarrolla en el Juzgado de Responsabilidad Penal Juvenil de Banfield, ubicado en Talcahuano al 200 de Banfield.

En las jornadas previas declararon peritos que entrevistaron a las presuntas víctimas y a los dos acusados, familiares y jóvenes que participaron de la fiesta.

Momento de alegatos. Los alegatos se desarrollarán hoy desde las 10:30 en el Juzgado de Responsabilidad Penal Juvenil de Banfield.

Las partes expondrán el pedido de condena y las condiciones de las mismas, y la próxima instancia es el dictado de la sentencia para los jóvenes que llegan acusados de “abuso deshonesto agravado”.

La familia sólo quiere justicia. El entorno de las chicas llegó embanderando una lucha que debe ser apropiada por la sociedad entera y hoy, solamente espera que haya sentencia. La pretensión es la esperable: que los dos acusados sean condenados y deban realizar trabajaos comunitarias. “Eso ocurrirá en el mejor de los casos”, aseguró Daniel Cruz, padre de una de las chicas que denunció la embestida de al menos 10 personas.

Para el hombre, “lo importante” del juzgamiento es que “haya una pena mínima y una sentencia firme”. “Tiene que quedar claro que esto no se puede hacer. La sociedad y el Estado tienen que decir qué se puede hacer y qué no. Si no existe eso, estamos al descubierto y no nos puede defender nadie más”, analizó.



El hecho. Se remonta al domingo 13 de octubre de 2013, cuando dos adolescentes de 14 y 15 años denunciaron haber sido abusadas por un grupo de 10 menores, en el marco de una fiesta privada en una casa de Banfield.

Los jóvenes involucrados cursaban el sexto año del colegio Balmoral (tenían 16 y 17 años) y forman parte de un grupo de fútbol que se hace llamar "La Gloriosa". Sin embargo, sólo dos llegaron al banquillo de los acusados.

La madre de una de las chicas había explicado que su hija estaba sentada en el patio de la casa con su celular, cuando un chico se lo arrebató. Ella lo corrió para sacárselo y terminó encerrada en una habitación con un grupo chicos. Según el relato, le taparon la cabeza, la tiraron sobre una cama y la manosearon. A un costado, había otra chica que ya había pasado por esta situación y lloraba.

Una vez que las jóvenes lograron escapar de la casa en cuestión, se comunicaron con la línea de emergencias 911. Patrulleros del Municipio respondieron los llamados e intentaron ingresar al lugar de la fiesta, pero no fueron autorizados por los dueños de la casa y las chicas volvieron a sus casas por sus propios medios. En la comisaría, en tanto, les recomendaron a los familiares no hacer la denuncia sin certezas sobre la identidad de los atacantes.

Tras esa noche, continuó el acoso. De hecho, una de ellas fue increpada por un grupo de compañeros de los acusados y la señalaron como una “violada” en un boliche, según había comentado la familia de la nena. Este caso, motivó movilizaciones en contra del encubrimiento a este tipo de situaciones.