El juicio por las denuncias de abuso en una fiesta privada llega a su fin


Fiscalía, querella y defensa dieron ayer a conocer sus alegatos, en el marco de la anteúltima audiencia del juicio que se desarrolla en el Juzgado de Responsabilidad Penal Juvenil de Banfield. Dos jóvenes están acusados de “abuso deshonesto agravado”.

La Fiscalía solicitó condenas de seis años, la querella (representante de una de las víctimas) 4 años y seis meses y la defensa pidió la absolución de ambos acusados.

La última audiencia del juicio será la semana próxima. Es que el martes por la mañana el tribunal dará a conocer el fallo.

"Por todas las pruebas y todos los hechos tendría que existir una sentencia", afirmó Daniel, padre de una de las víctimas. "Esperemos que la sentencia sea justa. La importancia de esto pasa porque las chicas (por las víctimas) puedan creer un poco en la sociedad,. Hay cosas que están bien y cosas que están mal, y si no te lo pueden demostrar tus padres ,el Estado tiene que estar ahí para decirlo", reclamó.

El hecho. Se remonta al domingo 13 de octubre de 2013, cuando dos adolescentes de 14 y 15 años denunciaron haber sido abusadas por un grupo de 10 menores, en el marco de una fiesta privada en una casa de Banfield.

Los jóvenes involucrados cursaban el sexto año del colegio Balmoral (tenían 16 y 17 años) y forman parte de un grupo de fútbol que se hace llamar "La Gloriosa". Sin embargo, sólo dos llegaron al banquillo de los acusados.

La madre de una de las chicas había explicado que su hija estaba sentada en el patio de la casa con su celular, cuando un chico se lo arrebató. Ella lo corrió para sacárselo y terminó encerrada en una habitación con un grupo chicos. Según el relato, le taparon la cabeza, la tiraron sobre una cama y la manosearon. A un costado, había otra chica que ya había pasado por esta situación y lloraba.

Una vez que las jóvenes lograron escapar de la casa en cuestión, se comunicaron con la línea de emergencias 911. Patrulleros del Municipio respondieron los llamados e intentaron ingresar al lugar de la fiesta, pero no fueron autorizados por los dueños de la casa y las chicas volvieron a sus casas por sus propios medios. En la comisaría, en tanto, les recomendaron a los familiares no hacer la denuncia sin certezas sobre la identidad de los atacantes.

Tras esa noche, continuó el acoso. De hecho, una de ellas fue increpada por un grupo de compañeros de los acusados y la señalaron como una “violada” en un boliche, según había comentado la familia de la nena. Este caso, motivó movilizaciones en contra del encubrimiento a este tipo de situaciones.