Villa Galicia en la pluma de un vecino


Decorador de vidrieras de profesión y escritor y periodista en su tiempo libre. Pero sobre todo, amante de Lomas de Zamora. Roberto Vicchio presentará hoy su nuevo libro “Así era mi barrio. Villa Galicia, su historia, su gente”, una obra que recopila anécdotas, personajes y hechos de uno de los barrios más antiguos del distrito. La presentación será en el Centro de Jubilados de Villa Galicia, en Iriarte 1546, a partir de las 17:30.

En 2010 publicó “Lomas y su gente”, una obra que también habla sobre la localidad. ¿Por qué sus libros lo llevan al barrio?

-Nací en Flores, pero vine a Lomas de Zamora en 1949, con dos años de edad. Por entonces había mucho campo, estaba deshabitado. Había casas, pero no es como ahora. A mí me impactó el lugar. Era un nene, pero las vacas, los caballos, los eucaliptus y los aromos me impactaron. Me acuerdo del puentecito de hierro de Cerrito, que era el lugar que la gente usaba como punto de referencia para ir a la casa de algún vecino. Este barrio fue creciendo. Me crié en sus calles de barro, los potreros, la cava que había a unas cuadras de mi casa donde nos bañábamos. Uno hace su vida, después vuelve, siente nostalgia de todo: desde los juegos hasta las figuritas.

-¿Cómo fue el proceso de investigación para este libro?

-A los veinte años empecé a escribir sobre Lomas. A este libro lo vengo escribiendo desde hace 30 años. Recorría mi barrio, juntaba periódicos, fueron pasando los años y fui recolectando fotos y material. Juan Stoppini, un periodista muy querido y que fue mi maestro, me ayudó muchísimo. No soy periodista ni escritor, siempre fui un autodidacta que se anima a todo. Tenía pensado presentar este libro en 2011, cuando Villa Galicia cumplió 100 años pero antes salió “Lomas, ayer y hoy”.

-¿Qué tiene Villa Galicia que lo diferencia de los demás barrios de Lomas?

-Cada uno adopta al barrio como propio, tiene sus sentimientos y su infancia. Villa Galicia es mi terruño, mi patria chica, acá me voy a morir. Tiene sus cosas: casas bajas, gente humilde, trabajadora, muchos inmigrantes. Todavía quedan casonas viejas, con sus ladrillos a la vista, aunque ya no vemos ni los molinos ni los tanques australianos, que eran característicos de la zona. Villa Galicia no tiene una fecha de fundación, pero tomamos como base la fecha en la que se autorizaron los remates para venta: 26 de octubre de 1911. A partir de ahí y con la llegada del ferrocarril, la zona fue creciendo. Además, tenemos los festejos por la Virgen del Carmen, que es la patrona del barrio y se festeja todos los 16 de julio por las calles. Villa Galicia tiene eso: los pibes, las esquinas, los clubes, los barriletes, las casas de antes.

-Hay un proyecto presentado en el Concejo Deliberante para declarar al libro de “Interés Municipal” ¿Qué siente con ese tipo de reconocimientos?

-En mis años de trabajo como decorador de vidrieras trabajé con cientos de clientes. Pero nunca tuve la satisfacción en tan pocos años como la que tengo ahora. Con mi primer libro, con este y con los que vendrán. No tengo con qué pagar eso, es un sueño cumplido.