El dramático relato del cuñado de Julieta Mena


El cuñado de la joven asesinada el domingo a golpes en su casa de Ramos Mejía, escuchó el momento en el que el novio de la víctima la golpeó durante varios minutos y aclaró que no llamó a la Policía porque estaba amenazado.

Mauro vive al lado de la casa en el que ocurrió el crimen de la joven de 23 años y por el que Marcos Andrés Mansilla (33) está detenido como único acusado.

El relato. "Fue muy desgarrador escuchar a Julieta pidiéndole por favor que deje de pegar. Por favor no me pegues más, basta, basta le gritaba", contó a la prensa.

El joven dijo que golpeó la pared lindante con la vivienda de Mansilla, quien le respondió con otro golpe y con una amenaza. "Me dice 'que me golpeas la pared, es mi casa, te voy a matar, pero este que se piensa'. Le decía (a Julieta) negra de mierda con cuantos me cagaste y le seguía pegando", relató Mauro.

Según el joven, en un momento quiso llamar a la Policía pero como "muchas veces pasa que uno denuncia y después la mujer por miedo dice que no pasa nada, después el problema está en la familia que denunció", no lo hizo. "Quise resguardar la seguridad de mi hijo y mi mujer que estaban durmiendo, no llamé a la Policía por eso. Seguía escuchando golpes, pensé que me estaba provocando", aseguró.

Una hora después, pasadas las 3, Mauro escuchó a Mansilla gritar y llorar, por lo que se levantó de la cama y se acercó a la pared nuevamente.

"Escucho que él llorando dice 'Juli por favor despertate, no me hagas esto' y ahí me di cuenta que no era una pelea más y en el momento dije la mató", señaló el muchacho.

El novio quedó detenido. Marcos Mansilla (33) fue encontrado ayer en la casa de su hermana, en González Catán, partido de La Matanza.

Cuando fue encontrado el cadáver de Julieta, efectivos de la Jefatura Departamental La Matanza pusieron en marcha un operativo de búsqueda de su pareja en los domicilios de sus familiares y allegados. Sin embargo, fue el propio cuñado de Mansilla quien se comunicó con la comisaría de Ramos Mejía para avisar que el prófugo acababa de llegar a su casa, situada en Conde al 3000, en la localidad de González Catán.

"Él vino a las ocho de la mañana y apenas vino llamamos a la comisaría. Pedí por favor que vayan, lo teníamos tomando mate", relató ayer Diego en declaraciones al canal C5N, quien agregó que Mansilla alcanzó a hablar con su madre antes de que llegaran las autoridades y le dijo "que él no fue" quien cometió el crimen, sino que "salió y cuando volvió vio todo eso, la quiso reanimar y nada más".

El acusado se encuentra a disposición de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) temática de homicidios del Departamento Judicial La Matanza, a cargo de Carlos Arribas, quien mañana le tomará declaración indagatoria.

La joven intentó defenderse. Tan pronto como fue detenido fue sometido a una revisión a cargo de un médico legista, quien constató que tenía "arañazos" y rasguños que se cree podrían haber sido provocados por Mena en un intento por defenderse.

Cuando se realizó la autopsia al cadáver de la joven se encontraron muestras de piel debajo de sus uñas y un cabello, que permitirán un cotejo de ADN con el perfil genético del acusado.

Otro elemento importante en contra de Mansilla es el relato del vecino colindante con la casa en la que ocurrió el crimen, quien manifestó que escuchó los gritos y golpes mientras peleaban, y ubicó sin dudas al ahora detenido en el lugar.

Autopsia. La necropsia reveló que la joven había sufrido gran cantidad de golpes en el cráneo, en el abdomen, en la zona genital y en la espalda, por lo que los investigadores creían que el agresor le había dado puñetazos y patadas mientras Julieta se encontraba en el suelo.

Los expertos creían que el atacante incluso tomó un trozo de vidrio roto durante la pelea y la agredió con él, ya que tenía un profundo corte en el cuero cabelludo y en el antebrazo, cuando aparentemente intentaba defenderse.

La madre de la víctima. La madre de Julieta, Marcela Morera, calificó a Mansilla como "una bestia" y pidió que se hiciera "justicia".

La mujer hizo declaraciones a los medios de comunicación reunidos en la puerta de la casa de sepelios, ubicada en el cruce de Eizaguirre y Arieta, de la localidad de San Justo, y dijo que sentía que Mansilla "no supo valorar a quien lo amaba", que el asesino "le destrozó la vida" y que ahora quería "justicia, que vaya preso, que sufra".

El hecho. El crimen de Mena ocurrió el domingo alrededor de las 2, en una vivienda situada en la calle Pasco 289, casi esquina Bolívar, en Ramos Mejía, partido de La Matanza, donde vivía Mansilla con su familia.

Fuentes policiales y judiciales informaron que Julieta vivía con su madre a pocas cuadras de ese inmueble pero pasaba la mayor parte del tiempo con el novio.

En esta ocasión, el hombre iba a concurrir con la joven y una pareja a un cumpleaños aunque finalmente no lo hicieron.

Los voceros agregaron que Morera llamó a su hija por teléfono y como no respondió fue hasta la vivienda del novio, aunque allí tampoco contestaron el timbre. Una tía del acusado que ya había regresado del cumpleaños ingresó a la casa a través de una escalera y encontró el cuerpo de su sobrina en el baño, por lo que llamaron al número de emergencias 911.

Efectivos del Comando de Prevención Comunitaria (CPC) de La Matanza arribaron al lugar y constataron que Julieta estaba muerta.

El resultado de la autopsia confirmó que Mena murió como consecuencia de la cantidad de golpes de puño y patadas que recibió en diversas partes del cuerpo, lo que le provocó el estallido del hígado y los riñones.