Edificios históricos que vuelven a brillar


Centros culturales, la Universidad Nacional de Almirante Brown, el Concejo Deliberante y el Polo Judicial de Esteban Echeverría son ejemplos cabales de que nada se pierde, todo se transforma. Viejas casonas que supieron robarse todas las miradas en épocas pasadas vuelven a ser admiradas por propios y ajenos.

Muchas veces, los vecinos pasean por la calle y sienten pena al ver “venidas abajo” propiedades admirables, imponentes y con diseños majestuosos. En sus paredes se puede leer la historia y los pisos albergan miles de anécdotas de sus mejores épocas, pero también de la desidia y el olvido. Frente a esto, la recuperación de un inmueble de este tipo se convierte en motivo de celebración.

El Padilla (Temperley,) La Casa Borges (Adrogué), la ex Casa de España (Lanús), la quintas Roca (Burzaco) y Barceló (Monte Grande) y la casa “María Lola” (Monte Grande) son algunas de las propiedades históricas que en los últimos tiempos fueron revalorizadas por vecinos y el Estado para que sirvan de estructura edilicia de organismos, entidades y espacios tan variados como centros culturales, una universidad, un polo judicial y un Concejo Deliberante.



Un espacio recuperado para la cultura en Lanús. Sobre 9 de Julio al 1100, en Lanús Este, a mediados de la década del 40 un grupo de inmigrantes españoles que residía en aquel partido construyó la que sería una de las sedes más concurridas por los nativos del país ibérico que se habían instalado en la zona.

Inmersa en los últimos coletazos del segundo y concluyente gran flujo inmigratorio de europeos que tuvo lugar en nuestro país debido a los horrores que generó la Segunda Guerra Mundial en el antiguo continente, la Casa de España de Lanús fue sede de innumerables actos, reuniones y celebraciones de la comunidad española. Pero todo se ennegrecería durante la dictadura cívico-militar. El lugar no sólo fue clausurado en repetidas ocasiones sino que sus puertas nunca volvieron a “abrirse del todo”.

“Los viejos socios cuentan que fueron etapas muy cortas en las que la Casa funcionó del todo”, relata Ezequiel Berrueco, quien desde hace cinco años trabaja -junto a su hermana (militante del espacio peronista Proyecto Nacional) Belén, otros militantes, integrantes de la comisión directiva y nietos de los fundadores de la difunta Casa de España- en la restauración del lugar, que la semana pasada una nueva etapa como Centro Cultural Padre Mugica, que antes funcionaba en la calle Hipólito Yrigoyen, del lado Oeste del distrito.

“El lugar nunca logró llevarse a una lógica de puertas abiertas a la comunidad. Era más bien una casa de juegos para una élite de Lanús”, detalló Berrueco, quien adelantó que en el lugar –que cuenta con dos pisos de 200 metros cuadrados cada uno– ya comenzaron las inscripciones para talleres de bachata, folclore, tango, guitarra, armónica y percusión, entre otras prácticas artísticas. “Queremos plantear la difusión de la cultura y su acceso en Lanús, porque la cultura arroja luz donde hay oscuridad”, valoró.



El Padilla de Temperley. Padilla Hermanos fue una firma creada a principios del Siglo XX por una de las familias pioneras de la localidad, cuyos hermanos compraron en 1915 un predio ubicado en la avenida Meeks al 1000, donde establecieron un depósito para la venta de forrajes con el que comenzaron a abastecer a las comisarías, los destacamentos de bomberos y otras dependencias públicas, como así también a los dueños de las grandes mansiones de la zona. Así, la forrajería “Padilla” proveía de alimentos a gran parte de la caballería local, además de ofrecer a los vecinos la leña necesaria para calefaccionar sus casas y de esa forma protegerse de los temibles inviernos.

“La firma funcionó de forma continua hasta el 2000 y de manera intermitente hasta 2006, cuando falleció uno de los propietarios. Así, el lugar quedó cerrado, como detenido en la historia”, cuenta Carlos Vietti, quien a mediados de 2013 emprendió junto a su familia y amigos la restauración del lugar, con el fin de crear allí un espacio cultural.

Así fue como, conservando la estética de época, se remodelaron techos, pisos y paredes del edificio, que consta de un galpón principal, una casa en la planta baja y otra en la planta alta, que también cuenta con terraza. “Teníamos este proyecto desde hace mucho tiempo, y el Padilla resultó ser el lugar ideal”, admitió.

A mediados de este año, el Centro Cultural “El Padilla” abrió sus puertas para deslumbrar a todos con el objetivo de “generar una oferta cultural y gastronómica que constituya una bocanada de aire fresco en la zona”. “Queremos que esto se convierta en un polo cultural, un lugar para la recreación de todo tipo de actividades y donde también se pueda traer espectáculos que normalmente se ven sólo en la Capital Federal; es decir, que sea un lugar en zona sur en el que se pueda brindar ese mismo servicio”, detalló Vietti.



La Universidad de Almirante Brown. El 7 de octubre el Senado aprobó la creación de la Universidad Nacional de Almirante Brown, que se emplazará en la casa Quinta Rocca de la localidad de Burzaco, ubicada en Espora al 4200.

La directora del Área de Prensa de la Secretaría de Educación, Cultura y Derechos Humanos de Almirante Brown, Nancy Figueroa, reveló que “a partir de 2016” se trabajará con la planificación de los contenidos de las carreras que se dictarán. “No serán carreras tradicionales, sino que estarán enfocadas en lo cultural y en lo productivo asociado al Parque Industrial de Almirante Brown”, precisó.

Frente a la posibilidad de la Casa de Altos Estudios, vecinos había solicitado que se cuida la flora que hoy puede verse en el predio, además de la estructura de la propiedad.



El hogar de una de las glorias de las letras argentinas abre sus puertas para todos en Adrogué. En la diagonal Plaza Brown 301 se encuentra la casa en la que vivió sus jóvenes años el escritor Jorge Luis Borges. Todo indicaba que el lugar sería demolido, ya que un grupo inmobiliario había firmado un boleto de compra-venta para erigir allí un edificio, pero el destino se torció y fue recuperado. “Para evitar que parte del patrimonio histórico y cultural del distrito como lo era esa casa se perdiese, por decisión del Gobierno Municipal se expropió de forma privada y se dispuso la creación de ´la Casa Borges´”, explicó la secretaria de Educación, Cultura y Derechos Humanos de Almirante Brown.

Es que desde el 19 de octubre del año pasado –y tras la inauguración simbólica por parte de la ex esposa del escritor, María Kodama– el lugar se puede visitar de forma gratuita, para así conocer más de la vida y obra del reconocido autor por aquellos pagos. “Esto se transformó en un centro de atracción cultural, no sólo en el distrito sino en la Región y en el país, porque cada vez son más los turistas que, en su paso por Buenos Aires, vienen atraídos por la iniciativa”, ponderó Figueroa en diálogo con Info Región.



Protección del patrimonio en Echeverría. El Polo Judicial de Esteban Echeverría está emplazado en la Quinta Barceló de Monte Grande, cuya puesta en valor demandó una inversión de 1.500.000 pesos y tres etapas de obra: los trabajos de nivelación del terreno, remodelaciones de habitaciones y el reforzado de los cimientos del viejo edificio.

La historia cuenta que Alberto Barceló llegó en la década del 30 a Monte Grande e hizo construir la quinta que lleva su nombre, pero que era conocida en ese entonces como La María Elena en honor a su hija, quien tenía tuberculosis y necesitaba del aire puro.

Luego de décadas de abandono, la propiedad fue adquirida por dos bancos, primero el BIR y luego el Platense. Tiempo después, volvió a caer en el olvido y hace algunos años, el Estado lo recuperó y lo puso en funcionamiento con el objetivo de descentralizar la justicia.

El nuevo Concejo de Echeverría también funciona en un edificio histórico. Por iniciativa de la asociación “Preservando el Patrimonio Echeverriano” y con el objetivo de no perder la tradicional casa ubicada en la calle Sarmiento 213, Monte Grande, el Municipio determinó que allí funcionar el Concejo Deliberante, que se inauguró el 1 de abril. “La dueña la iba a vender y ya sabemos lo que pasa con las casa viejas, las demuelen”, había comentado Miriam Orlando, referente de la asociación a este medio.

Gustavo Di Leo, referente de Fuenteovejuna, celebró “las políticas de recuperación de cualquier edificio histórico” porque “es un paso más para la concientización de que la Región tiene elementos para preservar de cara a las generaciones futuras”.

“La recuperación y el uso de estos espacios, como la quinta Barceló o mismo la casa María Lola, indica que se concientiza a la gente sobre elementos que son históricos y están más allá de la especulación inmobiliaria, porque hasta hace poco tiempo, cualquier gran predio que se miraba era para analizar qué explotación inmobiliaria se le podía dar”, remarcó, al tiempo que consideró que “ver esta corriente conservacionista, significa que la gente y las autoridades han tomado conciencia sobre el real valor de conservar la historia de un edificio o un predio, en cualquier zona”.

Recuperar la historia, mantenerla viva, conservar y no derrumbar, resignificar y revalorar son los pilares de estas iniciativas que permiten hacer funcional un edificio que había caído en el olvido. Rescatar los ladrillos, la historia y el patrimonio cultural es la iniciativa que se multiplica en la Región.