Se realizó la segunda marcha de “Ni Una Menos”


La marcha fue en reclamo a los poderes estatales nacionales, provinciales y comunales de políticas públicas preventivas, de asistencia a las víctimas y de la “pérdida automática de responsabilidad parental del femicida condenado".

La organización La Casa del Encuentro -presidida por las coordinadoras Fabiana Túñez y Ada Rico, y que difundió ayer que fueron 233 los femicidios ocurridos en los primeros diez meses del año- encabezó una de las columnas en un esquina del Congreso Nacional, reclamando nuevas normativas.

"Los femicidios son un problema de derechos humanos: necesitamos cuidar a las hijas e hijos de las mujeres asesinadas, por eso reclamamos que el Congreso trate los anteproyectos de ley en los que pedimos la pérdida automática de responsabilidad parental del femicida condenado", dijeron las dirigentes sociales.

Además, los anteproyectos consideran un "reconocimiento económico para esos niños huérfanos por la violencia machista, hasta la mayoría de edad".

También el periodismo se movilizó contra las violencias hacia las mujeres. El Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) recordó durante la marcha a la trabajadora de prensa en Página 12 y militante trans, Diana Sacayan, asesinada el mes pasado, cuya imagen portada por familiares y amigos acompañó a los manifestantes.

"Si logramos erradicar de nuestros discursos mediáticos la estigmatización, los estereotipos y la cosificación de las mujeres y del colectivo LGBTI, estamos colaborando a evitar las violencias", analizó Carla Gaudensi, dirigente del gremio.

La Red Internacional de Periodistas con Visión de Género en Argentina coincidió con el reclamo del sindicato y sumó "la importancia de visibilizar las violencias que sufren las colegas dentro de algunas redacciones".

Las Católicas por el Derecho a Decidir hicieron oir su reclamo contra "la violencia ejercida contra las libertades reproductivas, una de las tantas desgarradoras formas en que las mujeres somos objeto de múltiples avasallamientos sobre nuestros cuerpos,la que no resulta contemplada en acciones y políticas efectivas de protección".

"El aborto clandestino es una realidad en la vida de miles de mujeres y por ello, seguimos demandando el tratamiento inmediato del proyecto de Ley sobre Interrupción Voluntaria del Embarazo: hoy, más que nunca, decimos 'ni una sola mujer menos por aborto clandestino'", clamaron las dirigentes.

Marta Alanis, dirigente de Católicas por el Derecho a Decidir, planteó que espera “que el nuevo Congreso dé el debate, finalmente, sobre el derecho al aborto”.

La marcha #NiUna Menos se realiza en coincidencia con el día internacional contra la violencia hacia las mujeres, en memoria de las hermanas Mirabal, tres jóvenes dominicanas que fueron masacradas por la dictadura de Rafael Trujillo, en 1960, constituyéndose el crimen en un emblemático femicidio condenado mundialmente.

Entre la importante concurrencia, que tapiza unas cuatro cuadras por Avenida Rivadavia desde el Congreso, se cuentan familiares de víctimas de violencia de género con carteles reclamando justicia.

Es el caso de Sara Carvalhaes, hermana de Suhene, quien falleció el pasado marzo: “La pareja, Damián Lokotek, la golpeó en julio del año pasado, lo que le provocó un coágulo que le causó la muerte”, contó.

Lokotek “está acusado por lesiones graves pero en libertad, y pedimos que se recaratule la causa como violencia de género”, reclamó Sara.

También participó la hermana de la jujeña Marisel Zambrano, Miriam, quien pidió que el femicida condenado por el crimen -José Zerda, que ya está libre- “deje de tener visitas ordenadas por la justicia a su hija, que ya tiene ocho años”, y por entonces quedó al lado del cuerpo sin vida de su madre durante horas.

El caso, que inspiró el nombre de la organización que registra el reporte de casos de femicidios, motiva el anteproyecto de ley de cese de responsabilidad parental para los femicidas condenados.

Agrupaciones políticas y gremios participaron de la manifestación en la que no faltaron intervenciones artísticas, como la Marcha de las Putas para denunciar las distintas violencias, desde 'trata' hasta ejecuciones públicas en algunos países musulmanes; o el grafiteado de las mujeres de Arte Tomar, además de monólogos y teatro callejero.

El grupo de percusión de mujeres Batuka puso música y color a la plaza para expresar que, más allá del dolor por las víctimas, “la alegría no está reñida con el reclamo”.

El Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de las Mujeres solicitó "la efectiva articulación entre las instituciones responsables de las políticas públicas y la incorporación transversal de la perspectiva de género a todas las políticas de Estado".