Nilda, una madre que se recibió de abogada por los pibes de Cromañón


A once años de la tragedia que le arrebató la vida de su hijo, Mariano Benítez, y la de otros 193 pibes más, ella sigue de pie y no sólo eso: continúa batallando para que no existan más casos como el de Cromañon. Por eso el año pasado se recibió de abogada y hoy, como presidenta de la ONG “Familias por la vida”, colabora como mamá y como profesional del derecho con las familias de la masacre de Once y también en casos como el derrumbe del boliche Beara, de Palermo, y el incendio de “Kiss”, en Brasil.

Nilda Gómez es un ejemplo de persistencia y de coraje, pero no tiene poderes sobrenaturales. Reponerse, si es que es factible hacerlo en un cien por ciento, de la muerte de un hijo y seguir luchando para que lo que ocurrió con él no ocurra más, es posible sólo gracias a una de esas fuerzas que todo lo movilizan: el amor de madre.

“Cromañón me cambio la vida completamente. Yo ya estaba lista para dedicarme a mi familia, a mis hijos y a mi carrera, que era la docencia. Pero de repente me vi envuelta en lágrimas y en dolor. En un vacío que no se llena con nada. Y tuve que decidir. O me quedaba para siempre sentada esperando a reencontrarme con Mariano o me levantaba y daba pelea. Decidí luchar y no permitir que los asesinos de mi hijo y de los otros chicos quedaran impunes”, le cuenta entera a Info Región, en un 30 de diciembre que siempre le remueve las heridas pero también la empuja a seguir batallando.









Como aquel 17 de noviembre de 2014 en el que rindió su tesis de abogacía. “Decidí aprender Derecho porque había cosas que no se entendían, que no eran claras para mí. Yo quería aprender porque quería ir al fondo de todo, hasta el hueso”, le explica a este medio.

Por eso ya tramitó su jubilación como docente y ya ejerce en un consultorio jurídico gratuito del Colegio Público de Abogados de San Martín.



La vida después de Cromañón. Tras la muerte de Mariano, Nilda advirtió que el duelo, en casos, no tiene fin. Por eso es una de las que decidió calzarse la lucha al hombro.

Como presidente la ONG Familias por la Vida, hoy sigue firme en la lucha por la toma de conciencia para que casos como el de la masacre de Once no vuelvan a repetirse.

“En la ONG reunimos cada vez más familias porque se van agregando nuevas situaciones y problemas, como todas las familias del boliche Beara -de Palermo, donde el 10 de septiembre de 2010 murieron dos jóvenes por el derrumbe de un entrepiso- papás de otras luchas y de hijos muertos en circunstancias similares, como casos de violencia institucional, víctimas de corrupción o mala praxis”, explica.

Pero, desde su lugar y del de todos los que conforman la entidad sin fines de lucro, no sólo albergan a víctimas y familiares en Argentina, sino que también se hicieron eco de tragedias como las del boliche Kiss, en Brasil, donde murieron 232 chicos por un incendio y el más reciente en una disco de Rumania, donde también por fuegos artificiales en octubre fallecieron 27 personas.

“Tenemos una unión muy estrecha con los padres de Kiss. Estamos proponiendo una confederación o una suma de asociaciones de internacional porque entendemos que esto no sucede solamente en nuestro país”, advierte.



La lucha no es en vano. Está segura de eso y advierte que, a partir de la de ella, y las de otras asociaciones, “hay mayor toma de conciencia sobre la necesidad de cuidar a los jóvenes”. “Se entiende que los chicos no son peligrosos. Los chicos están en peligro justamente porque los adultos miran para otro lado, en lugar de hacer lo que corresponde. Todo esto lo venimos repitiendo todos los años y se va haciendo carne en la gente, que no se olvida de Cromañón”, asegura.

La parte más dura, dice, son las críticas de los jóvenes que siguen a la banda y proclaman su inocencia en la masacre. “Sé que es una banda de barrio que todos adoran y yo lo lamento en el alma, pero ellos son también responsables y están libres. Por eso voy a seguir exigiendo que vayan a la cárcel; ellos, los funcionarios y Raúl Villareal -mano derecha de Omar Chabán, fallecido entre rejas-. El resto ya cumplió algunos murieron mientras cumplían la condena. Voy a seguir hasta el fondo y, cuando no haya más que hacer en el plano jurídico por los chicos de Cromañón, seguiremos trabajando en la memoria e impulsando justicia por Ariana Lizárraga y Leticia Provedo, los chicos de Beara, y por otras causas que siguen sumándose a la ONG”, asegura.

“Seguiremos luchando hasta que realmente en algún momento se pueda decir Cromañón nunca más, Beara nunca más”, señaló.



Actos por los once años. Luego de un acto en la plaza de José C. Paz, donde familiares, amigos y allegados a la víctima colocaron una ofrenda floral con miembros de la comunidad y las autoridades municipales, la ONG se dirigirá a Plaza de Mayo.

“Estaremos a partir de las 14. Vamos a poner las zapatillas y los piecitos de los chicos en las escalinatas de la Catedral. Fue idea de la mamá de una sobreviviente”, señaló.



Otras actividades para hoy:





* 18 hs Misa en la catedral, oficiará Monseñor Lozano

* 19.30 hs Lectura de los nombres de las víctimas de CROMAÑON y del documento consensuado entre padres, familiares y sobrevivientes.

* 21 hs comienzo de la marcha hasta el Santuario

* 22.15 recibimiento de la marcha por sobrevivientes con música

* 22.30 proyección de imágenes de la lucha.

* 22.50 suelta de globos.





Por Cintia Vespasiani