Carne más cara: Carbap pone la lupa en la cadena de comercialización


En diálogo con Info Región, la dirigente ruralista reconoció que “las causas por las que se incrementaron los precios no se terminan de entender”. “La verdad es que en términos de hacienda, sí hubo un aumento, pero después los valores volvieron a los anteriores”, señaló.

Desestimó que la solución sea la intervención del Estado. “Creo que esta situación la modificará más la demanda del consumidor y su actitud frente a esto, que la posibilidad de que se intervenga el mercado por parte del Estado”, analizó.

Boicot a la carne. Algunas organizaciones de defensa al consumidor llamaron a que se deje de comprar carne debido a los altos precios. Urruty explicó que “es una medida correcta” para presionar y que los precios bajen.

“Si la iniciativa del boicot a la carne surge de los propios consumidores, es un instrumento legal que tienen para defenderse”, sostuvo la dirigente, aunque aclaró que si esta conducta es organizada con “una intencionalidad política”, la situación se puede volver “más riesgosa”.

Importación de carne. Urruty advirtió que si la situación no se regulariza, el Gobierno podría decidir “importar carne”, algo que “sería muy perjudicial para los productores y las economías regionales”. “Esta situación podría volverse bastante gravosa en caso de que se decidiera comprar carne al exterior”, enfatizó.

De todas formas, Urruty dejó en claro que cualquier medida que decida ser implementada, “tendrá que ser evaluada de acuerdo a su alcance”, pero remarcó que la situación del precio de la carne “es un tema de oferta y demanda”. Estimó, en ese marco, que si baja la demanda, “los valores indefectiblemente van a bajar”.

Luego de que desde la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra) alertaran, en su último informe, sobre “preocupantes señales de debilidad" en el consumo popular de carne vacuna, desde la Federación Agraria Argentina (FAA) responsabilizaron nuevamente a las cadenas de comercialización por el incremento en los precios y la baja en la demanda.

Los precios bajaron, pero no en las góndolas. “La baja en el consumo de carne tiene que ver con que disminuyó el precio del novillo, pero los valores de los cortes en las carnicerías no bajaron más”, señaló el vicepresidente 1° de la FAA, Ariel Toselli, a Info Región.

Y aseguró que, si bien a fin de año el novillo estuvo a 27 pesos en el Mercado de Liniers, luego el costo se derrumbó y eso no tuvo su correlato en la cadena de comercialización. “El novillo estuvo a 27 pesos en el Mercado de Liniers, después bajó a 22 pesos, es decir cayó un 20 por ciento, pero siguió estando igual de elevado en la carnicerías”, señaló y aseguró que el precio de Hacienda hoy ronda entre los 20 y 22 pesos, mientras que “el precio en las carnicerías sigue siendo de 140 el kilo de asado". "Acá hay un problema en la cadena de comercialización", insistió.