Sin respuestas salariales, ATE ratificó el paro de 48 horas


El secretario general de ATE bonaerense, Oscar De Isasi, precisó a Info Región que el paro de 48 horas previsto para el miércoles y jueves es impulsado por los gremios estatales de la CTA Autónoma de la provincia de Buenos Aires (ATE), la asociación judicial y CICOP, entre otros. Las jornadas incluirán una movilización, que comenzará a las 10.30 y partirá del Ministerio de Trabajo hasta la Casa de Gobierno, ubicada en La Plata.

“Entre los ejes de la medida está un enérgico repudio a la maniobra del gobierno provincial de cerrar la paritaria con una mayoría dudosa, y reiterando la necesidad de un aumento salarial que contemple la pérdida del poder adquisitivo”, precisó.

Indicó, también, que ratificarán el pedido para que se “reincorpore a los trabajadores despedidos en toda la esfera nacional y puntualmente en la provincia de Buenos Aires el inicio del pase a planta permanente de miles de trabajadores que están sin estabilidad”. La medida se da en sintonía con paros y movilizaciones que se llevarán adelante en todo el país con motivo de la medida dispuesta por ATE a nivel nacional, tal como confirmó a este medio su titular Hugo Godoy.

Un gobierno con corte “neoliberal”. De Isasi advirtió que “progresivamente, el Gobierno va defraudando las expectativaS de quienes lo votaron”. “Los han elegido para tener más trabajo y más salario, no menos. Lamentablemente, con mucha claridad se ve cómo están intentando transformar el sentido de una política para vivir mejor en un respaldo a políticas neoliberales típicas, tan rechazadas por el pueblo argentino”, enfatizó.

“Todos los presupuestos disminuyen en general las partidas de políticas sociales, como salud o educación, perjudicando a los que menos tienen. Sin embargo, lo que queda claro es que tanto el Gobierno nacional como provincial han tomado el camino de privilegiar a los grupos concentrados y descargar la crisis sobre los sectores populares. Uno ve como la pelea y la protesta social crece y aparece así el último término de la ecuación liberal: la criminalización y penalización de la protesta social”, advirtió.

Concluyó, en ese marco, que todas las organizaciones deben unirse más allá de los debates internos, y ponerse firmes "ante el ataque a los trabajadores".