Los argumentos centrales que llevaron a la preventiva de Lagostena


Luego de que el Juzgado de Garantías Nº 8 Lomas de Zamora, a cargo del juez Gabriel Vitale, haya dictado la prisión preventiva a Daniel Lagostena por la causa que lo tiene como principal sospechoso del homicidio de Érica Soriano, Info Región accedió al dictamen.

En la resolución, el magistrado no hizo lugar al pedido de la defensa del imputado para que se le dictara la falta de mérito y la excarcelación, y dejó explícito que por la información recolectada el caso “debe enmarcarse en violencia de género” y no ser visto como una “desaparición común”. Motivo por el cual el único sospechoso del crimen quedó detenido acusado de "homicidio en concurso ideal con aborto en contexto de violencia de género" en perjuicio de Érica Soriano.

La medida destaca “como puntos de relevancia que la resolución dedica todo un acápite a la contextualización del hecho, resaltantado los testimonios de Brenda Soriano, Verónica Soriano, Mariela Colaccippo, Gabriela Kincaid, Maria Esther Romero, Lorena Caramello, Laura Rama, Hugo Roberto Ríos, Leonardo Di Napoli, Mauro Leonel Soriano y Alberto Iuliano”.

Es que, según se indica en la causa estos se contraponen a la declaración de Lagostena, “evidenciándose congruentes y lógicos entre sí; por ello, la dogmática los denomina como ‘testigos naturales’ otorgándoles una dimensión superlativa para dar cuenta del contexto en donde la damnificada trascurría diferentes situaciones de su vida cotidiana”.

Llamados, mensajes y rastros de una relación conflictiva. Si bien en su declaración Lagostena manifestó tener una buena relación con Érica, uno de los puntos por los cuales el juez Vitale decidió dictar la prisión preventiva es por la disociación entre lo dicho por el acusado y lo expresado por el resto de los testigos.

Según entendió el juez, el 20 de agosto de 2010 la pareja, tras visitar a un ginecólogo en Capital Federal, se dirigió a su domicilio en Lanús, donde ya se encontraba una persona no identificada hasta ahora, que utilizó el teléfono de línea para llamar a una pizzería a las 22.01.

"Este dato objetivo incorpora un elemento valioso en el análisis integral de la prueba: otra persona en la escena de la desaparición", advirtió el magistrado en la resolución a la que tuvo acceso este medio.

En base al estudio de otros llamados telefónicos, se estableció que a las 22.13 Soriano (30) habló con una amiga, quien luego declaró que se dio cuenta que en el viaje iba manteniendo una pelea con Lagostena. En este punto, distintos testigos aseguraron que entre ellos no había una buena relación, situación que se destaca en los siguientes textuales que fueron extraídos en la resolución: “El vínculo entre ellos era tormentoso; Daniel es sumamente celoso, controlador y manipulador, posesivo...”; “La noto demacrada, Lagostena no la dejaba en paz”; “Érica manifestó estar viviendo una pesadilla”; “Erica me dijo que estaba viviendo su peor pesadilla”. Incluso, dos de los testigos aseguraron haber oído por parte de Lagostena que si “Érica lo hacía infiel, él la mataba”.

Estas declaraciones se suman a la incorporación a la causa de los últimos correos electrónicos escritos por Erica Soriano, escasos días antes de desaparecer, coincidentes a la fecha de búsqueda de un inmueble en Villa Adelina, los cuales esbozan la delicada situación que estaba viviendo con su pareja.

Asimismo, la causa incluyó declaraciones de al menos tres ex parejas de Lagostena, en las cuales las mujeres coincidieron en destacar una “personalidad obsesiva, celosa y violenta” y aseguraron haber sido golpeadas.

De la pericia psicológica a Lagostena, en tanto, se desprende que "...se puede determinar que el entrevistado posee una personalidad inestable, con rasgos psicopáticos y denotación de mucha agresividad reprimida...De la Pericia Psiquiátrica se aprecia que "...Denigra el accionar policial, a la familia de Erica, a Erica y se posiciona como víctima del sistema judicial y policial..”.

En este sentido, Vitale da cuenta que “todos estos elementos marcan el contexto en el que se ha dado la misteriosa "desaparición" de Erica Soriano, siendo que con carácter previo a todo otro análisis debe destacarse que estamos ante un caso donde se ha hecho manifiesta, una vez más, un contexto de violencia de genero”.

La noche clave. Luego de haber visitado al ginecóloco, el imputado comenzó a intercambiar mensajes con su sobrino Brian Poublán (25), hijo de su hermana, con quien hasta entonces no tenía un trato cotidiano ni habitual.

Alrededor de las 5 del día siguiente, un teléfono celular a nombre de la madre del joven registró llamadas salientes en el centro porteño y la Costanera Norte, y luego se activó en Lanús, cerca de la casa del joven y su madre.

La intensidad de llamadas (seis entre las 5.05 y 5.53) llamaron la atención de los investigadores porque no era habitual el uso horario ni el patrón de comunicación. Una fuente judicial explicó que se cree que esas llamadas se dieron en el lapso durante el cual se hizo desaparecer el cuerpo de Soriano.

La familia de Érica asegura haber intentado comunicarse tanto con ella como con Lagostena, sin embargo en la causa consta que “la primera contestación de Lagostena a los llamados de la familia Soriano, la realiza a las 14:55 horas del 21 de agosto, por intermedio de un mensaje de texto, hacia el celular de Brenda Soriano, hermana de Erica, para luego, a las 15:05 hs. realizar una llamada al teléfono de Erica Soriano, el cual ya se encontraba apagado y nunca más se iba a encender ni ser encontrado”.

“Es decir desde el último contacto de Erica con su entorno (Laura Rama) hasta el primer contacto de Daniel Lagostena con la familia Soriano transcurrieron alrededor de 17 horas en las cuales se alteraron todos los patrones usuales de conducta destacando que el hombre también estuvo desconectado del entorno de la familia Soriano”, consideró Vitale.

Rastros en la casa. Otro dato valorado por los pesquisas fue que cuando la familia de Soriano concurrió a su casa con la Policía para saber sobre ella, encontró allí la ropa con la que Lagostena dijo que había salido hacia lo de su madre tras mantener una discusión con él, su cartera con todas sus pertenencias, excepto el celular, y el ácido fólico que tomaba por su embarazo.

Peritos que buscaron rastros en la casa hallaron, pese a que hacía 24 grados, la chimenea caliente y restos de poliéster que se correspondían con una bombacha, por lo que se presume que el imputado quemó allí la ropa de su pareja.

También se encontró una mancha de sangre debajo de una mesita ratona que fue detectada con el reactivo Luminol, pero como había sido lavada sólo se pudo determinar que era de mujer.

En este sentido, el dictamen señala que “resulta cuanto menos llamativo que luego de estar desconectado de su entorno -en el techo de su domicilio sin su celular- y momentos posteriores a que su pareja embarazada se retirase de su domicilio a raíz de una discusión- descendió alrededor de las 15:00 hs. aproximadamente y tomó conocimiento que Erica no llegó al domicilio de su madre y a pesar de ese escenario, habría decidido “cocinar” unas costillas o “quemar unas maderas” para luego limpiar todo el hogar sin dejar rastros”.

De ese hogar a leña, se procedió al secuestro de 8 muestras. Del peritaje de esas muestras, llevadas adelante por la Policía Científica de Gendarmería Nacional, “se concluyó, que una de ellas presenta fibras rojas de origen textil de tipo poliéster lo que se corrobora con la declaración de la familia de la causante, quienes afirmaron que Erica Soriano utilizaba ropa interior del color y fibras peritadas pero Lagostena afirma que enciende el fuego con ropa y por ello hay esas muestras”.

Esta prueba coincide con el testimonio de una testigo de identidad reservada que declaró que "el día del hecho Daniel y Erica discutieron y por tal motivo le pegó un 'sopapo', ella se cayó y se golpeó la cabeza contra una mesada".

"Erica murió y por esto Daniel llamó a un amigo, quien durante la madrugada fue a la casa y se llevó el cuerpo de Erica al crematorio de Lanús", aseguró.

En este sentido, los investigadores dan por acreditado que Lagostena tenía vínculos con propietarios y empleados del rubro funerario que lo podrían haber ayudado.

Lagostena y su falta de énfasis en encontrar a Érica. Por último, el dictamen destaca que “es interesante resaltar que el día que se produjo el allanamiento y detención en su domicilio se encontró gran cantidad de afiches en donde se buscaba a Erica Soriano. Varias declaraciones testimoniales ya habían cuestionado la falta de actitud del imputado de autos para dar con el paradero de Erica Soriano. Uno de los puntos comunes se traduce en la falta de distribución de los afiches como así también en la ausencia de algún teléfono de contacto ante cualquier novedad que se pudiera suceder”.

Esta situación es confirmada en la gran cantidad de afiches que Daniel Lagostena acopiaba en su domicilio, lo cual, según su declaración “conservó para utilizar como borradores, agenda, organizar su vida y trabajo o tomar notas”.

Consideraciones finales de la prisión preventiva. Según queda expresado en el documento, “desde el último signo de vida de Erica, han transcurrido casi seis años, no pudiendo presumir que la misma se haya sustraído por sus propios medios de todo su entorno. Su amplio núcleo familiar y social, que comprendía a su madre sus hermanos, su hija Florencia Sauco, su embarazo, el trabajo fijo y el fluido trato con sus amistades contraponen la idea del abandono”.

“No resulta razonable suponer que una persona con sus características, se sustraiga de su ámbito familiar, o que haya renunciado a todos sus derechos personalísimos, de identidad, de matria potestad, derechos patrimoniales y sucesorios. En el mismo sentido, no se registró ninguna operación con tarjetas de crédito, bancaria, ni de ningún otro tipo a nombre de la misma”, señala.

Y concluye: “La intimidad del hogar de Daniel Lagostena, pudo haber representado la oportunidad para cometer el hecho y el ámbito propicio para aguardar la ayuda de su entorno”.