Los peligros del grooming


El cuerpo de Micaela Ortega fue encontrado el 29 de mayo, días antes de la movilización bajo la consigna "Ni Una Menos" y "Vivas las queremos". La Justicia accedió a las conversaciones que ella mantuvo en la red social Facebook. Allí dieron con Jonathan Luna y tras un allanamiento en el que encontraron la mochila de la nena, este confesó dónde estaba el cuerpo.

"La maté porque no quiso tener relaciones sexuales conmigo", confesó el hombre de 26 años en el momento en que el cuerpo fue descubierto. Luna había sido condenado por la Justicia rionegrina por "robo agravado" y en diciembre de 2014 violó el régimen de salidas transitorias.

En alguno de los días de abril, el acusado se hizo pasar por una nena de 12 años y contactó a Micaela. El caso no sólo impacta por la edad de la nena, o por la irresponsabilidad por parte de las autoridades que no encontraron a un hombre que estaba condenado, sino también porque se enmarca en un fenómeno creciente con la irrupción de las nuevas tecnologías: el grooming.

La violencia escondida en otras formas. Según explicó a Info Región Sonia Almada, directora de Aralma, un Centro de Asistencia, Formación e Investigación en Psicoanálisis, el grooming “es una nueva forma de acoso virtual con fines sexuales destinado a captar la atención de niños y adolescentes” y “se define como el conjunto de estrategias que una persona adulta desarrolla para ganarse la confianza del menor a través de sitios de internet, específicamente redes sociales con el fin de obtener satisfacción sexual”.

De esta manera, la violencia de género, los abusos y la misoginia se hace presente en otras capas y apunta a los más desprotegidos: los más chicos.

“El riesgo que corren los chicos es el riego de encontrarse con un perverso. Sea en la vida real o en la vida “On line” siempre es traumático. El perverso goza especialmente del poder que le da el sometimiento de la víctima. Por ello todo abuso sexual está sellado por un secreto que la mayor parte de las veces es un secreto guardado bajo amenaza por el menor. El pedófilo amenaza con contar, con culpar al menor de sus propias prácticas sexuales”, explicó Almada.

En este sentido, la psicóloga Marta Dávila apunta que los jóvenes afectados “generalmente, por vergüenza, guardan silencio y no lo comentan en familia”, por la culpa de una situación indeseable. “De pronto los síntomas frecuentes se traducen en no tener ganas de ir al colegio, pero también se ve reflejado en una baja del rendimiento escolar, pero también aislamiento y síntomas de stress. Entre ellos se pueden mencionar el hecho de pasar más tiempo en su cuarto, tener poco interés en recibir llamadas telefónicas de amigos, y también cuadros de ansiedad, irritabilidad, pesadillas”, agregó.

Almada, en tanto, explicó que “el groomer le pide al niño o adolescente fotos o videos, o le solicita que realice determinadas acciones frente a la cámara web y el individuo las utiliza para su propia satisfacción personal o se comercializa como pornografía infantil. El pederasta hoy logra a través de las redes llegar a más víctimas que el de antaño al mismo tiempo que puede unirse a grupos que se vinculan con el mismo fin el abuso sexual infantil, promoviendo “ el amor libre” hacia los menores”, enfatizó.

Si bien el caso de Micaela parece no haber llegado hasta estos extremos de contacto virtual, sí se tradujo en una mentira que derivó en un encuentro, que terminó siendo fatal. En este sentido, los especialistas -que reconocen un mayor aumento de consultas por parte de padres- recomiendan un “contacto fluido con los chicos y adolescentes” en los temas relacionados a la web y por sobre todas las cosas “estar atento a los cambios de hábitos y actitudes”.