Lange: “Tocamos el cielo con las manos”


Santiago Lange y Cecilia Carranza Saroli, velistas de la clase Nacra 17 Mixto, se llevaron una de las tres medallas doradas conseguidas por la delegación argentina en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

El regatista argentino puntualizó en el contexto de lo vivido en Brasil, luego de haber superado una dura enfermedad (cáncer de pulmón): “Fue una experiencia inigualable, muy emocionante. Lo sentí aún más especial después de todo lo que me tocó vivir, no sólo por el hecho de haber ganado el oro, sino también por compartirlo con un equipo lindísimo. Me quedo corto si intento describirlo con palabras”.

El oriundo de San Isidro remarcó el hecho de haber vivido la competencia con sus hijos (Yago y Klauss), quienes compitieron en la clase 49er y lograron el diploma olímpico: “No es casualidad que, a lo largo de la historia, muy poca gente se pudo dar el lujo de competir en el mismo Juego con los hijos, así que lo disfrute muchísimo”.

“Ellos hicieron una gran tarea. Estábamos cada uno en su concentración y valorábamos los minutos que teníamos para compartir, ya sea un café a la mañana o, cada tanto, una cena. Pero nuestro deporte lleva muchas horas de trabajo, por lo que es muy difícil compaginarlas con el tiempo libre”, indicó Lange.

Jornada de oro

El dúo argentino llegó en la primera posición a la regata decisiva, aunque en la misma sufrió una penalización que complicó sus aspiraciones: “No sentí nervios en la Medal Race, sino hubiese sido imposible darla vuelta, tras la sanción. Al ser tan corta se vuelve prácticamente imposible recuperar, pero estábamos muy tranquilos y focalizados en lo que teníamos que hacer. Por suerte se dio la chance de pasar a los otros barcos”.

“Sentíamos mucha injusticia, pero en nuestro deporte estamos educados así: al juez no se le puede recriminar nada. Te ponen la penalidad y tenés que aguantártela para remontar la situación. Rápidamente pensamos en cómo recuperarlo, no hubo tiempo de tener bronca ni de discutir con el juez, entonces miramos sólo para adelante”, explicó el deportista de 54 años.

Luego de haber tenido una Medal Race con complicaciones, los velistas nacionales no esperaban el resultado histórico que lograron. “Cuando nos avisaron que ganamos el oro, tocamos el cielo con las manos. Pensaba que habíamos perdido las medallas, así que fue una sorpresa increíble y algo grandioso, inmenso”, destacó el doble medallista de bronce en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y Beijing 2008.

Futuro

Las tres preseas olímpicas en su poder generan la ilusión de observar al velista en los Juegos de Tokyo 2020, aunque él no tiene una decisión tomada: “Lo más importante es que tenemos un muy buen equipo. Después hay que ver si se dan muchas más cosas, como por ejemplo que me aguanten las rodillas, la espalda, que tenga ganas de dejar tanto de lado como para competir. Lo decidiré más adelante”.

Tal como sucede con muchos deportes sin una gran popularidad en Argentina, una medalla produce el acercamiento del público a la disciplina, algo que se buscará con la Vela. “Está claro que para promocionar se buscan ejemplos y, con mucha humildad, nosotros hoy lo somos. Pero va más allá de eso, lo importante es lo que siente la gente, que nos saluda con respeto y sin exitismo”, concluyó Lange, en charla con este medio.

GR de la redacción de Info Región.