“La educación no se mide como la inflación”


El experto en educación Emilio Tenti Fanfani fue crítico con el operativo Aprender 2016, desarrollado en los últimos días por el Gobierno nacional. Con argumentos pedagógicos y su experiencia como consultor de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) en la Universidad Pedagógica de la provincia de Buenos Aires (UNIPE), advirtió que “los sindicatos y los actores sociales tienen razones para sospechar”.

En ese marco, apuntó que en el país “hay mucha información acumulada” y que, de acuerdo con la Ley nacional de Educación, debería haberse convocado a un consejo nacional de calidad educativa para llevar a cabo una nueva evaluación. “¿Por qué no se implementó un dispositivo que está en la ley actual de educación?”, cuestionó en diálogo con este medio.

“La llamada Ley Nacional de Educación de 2006 establece un Consejo Nacional de Calidad de la Educación en el artículo 98, que dice que será conformado por miembros de la comunidad académica, científica, de reconocida trayectoria en la materia, representantes del Ministerio, del Consejo Federal de Educación, del Congreso Nacional, las asociaciones del trabajo y la producción y las organizaciones gremiales docentes con personería nacional. Yo fui miembro de esa comisión que se reunió dos o tres veces nada más. Debe funcionar como organismo asesor”, explicó el también titular de Sociología de la Educación en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.



“Puede tener usos virtuosos o perversos”. Según el especialista, un operativo de este tipo, “complejo y que da lugar a suspicacias”, requiere de “legitimidad” y “consenso”. “El Gobierno dice que hay información pero que no es válida o es defectuosa o que los operativos anteriores fueron mal hechos. Y esa es una simple opinión. Si tenían dudas, hubiesen hecho como se hace en los países serios: convocar a una comisión de expertos, científicos, tenemos excelentes escuelas de estadísticas en el país, con los mejores especialistas en estadística educativa y que valoren el estado de la situación”, señaló y advirtió que, tal como se está realizando, “es la opinión política de un funcionario que está en contra de la opinión política del que estaba antes”.

En ese marco, advirtió que el método empleado en el Aprender 2016 “tiene historia en otros países del mundo”. “En México, por ejemplo, está en el centro de la agenda política, para evaluar a los maestros”, destacó y advirtió que la el instrumento “puede tener usos virtuosos o perversos”. “Se dice que es para conocer los problemas y abordarlos, pero en otras partes del mundo se ha utilizado para etiquetar escuelas, institucionalizar jerarquías y territorios. Van a hacer ranking con esto, estigmatización y control y un sistema de premios y castigos para fomentar la competencia entre establecimientos. Ese es uno de los argumentos, y en todo el mundo ha sido así”, acusó.

En ese sentido, resaltó que “hay gente que está en contra de que no se hagan públicos los promedios de los establecimiento porque creen que hay que estimular la competencia”. “Entonces, los sindicatos y los actores sociales tienen razones para sospechar”, señaló y avaló, así, la fuerte resistencia que generó la iniciativa entre sindicatos docentes y centros de estudiantes.

Fue aún más lejos al señalar que el verdadero fin de la medida es “introducir un mecanismo de competencia”. “Creen que la competencia entre establecimientos es sana, aunque mejor es fomentar la cooperación. También impulsar la competencia entre los docentes y pagarle más al que saca mejor resultado, como están haciendo en Chile y otros países. No es arbitraria la sospecha de los sindicatos”, insistió.

“Esto no aporta”: los argumentos. En otro orden, indicó que el argumento empleado por las autoridades para realizar el balance “es de sentido común”. “Efectivamente para tomar decisiones acertadas una de las condiciones es tener información. Esa es una obviedad. Pero creo que en el caso del Ministerio de Educación ese famoso estado de situación o diagnóstico ya lo tenemos”, aseguró.

“Este operativo es uno más de los que se vienen haciendo en el país desde 1994. Pero después se institucionalizó, con la Ley Federal de Educación, un sistema nacional de evaluación de la calidad de la educación. Se hicieron censos, muestras, el país participó en estudios internacionales como el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA) y la Unesco. Hay mucha información acumulada en las computadoras del Ministerio”, detalló.

Y cuestionó: “¿Vamos a saber con esto quienes aprenden más y quienes aprenden menos, si los rurales o los urbanos, los de las públicas o las privadas, los pobres o los ricos? ¿En contenidos qué novedad puede haber? La educación no se mide como la inflación, que cambia mes a mes”.

Si bien no coincidió con la crítica respecto de que la prueba sea estandarizada y no contemple los contextos sociales o económicos, resaltó no conocer cómo se van a contextualizar los datos. “No imagino cómo van a contextualizar esto. Porque es medio débil que le pregunten a los chicos de qué trabaja el padre o qué bienes tienen en su hogar. No sé cómo van a medir el nivel socio económico de los chicos”, indicó.

A su vez, criticó la “baja capacidad de hacer uso de la información existente” y cercioró que la técnica del muestreo hubiese sido más eficiente que la censal. “Si se quiere tener un panorama nacional, según contexto, se tiene la técnica del muestreo, que es más barata, más ágil y da un panorama general, de radiografía”, apuntó.

Respuesta a Bullrich. Luego de que el ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich atribuyera la resistencia de los docentes a “prejuicios ideológicos”, Tenti Fanfani indicó: “Él sabe que esta desconfianza existe”.

¿Por qué salir a condenar la calidad de la información existente en el Ministerio sin ningún tipo de argumento técnico? con dos o tres frases que dice alguien que ni siquiera es especialista”, disparó y volvió a cuestionar: "¿Por qué no se convocó a los actores si está el dispositivo institucionalizado en la ley?"

“En todo el mundo los sindicatos han sospechado de estos operativos porque tienden a jerarquizar. Menos mal que no se les ha ocurrido tomarles examen a los docentes. Hay un frenesí evaluacionista en ciertos polos de centro derecha, en espacios políticos de este tipo, que es absurdo. La manía de la evaluación. Todo se resuelve evaluando. Nos pasamos tomando la fiebre. ¿Por qué no usamos la información que tenemos si ya sabemos dónde están los problemas? Entonces, hay derecho a sospechar”, resumió.

Cintia Vespasiani