A siete años de la desaparición de Érica, elevaron la causa a juicio


Érica Soriano fue vista por última vez el 20 de agosto de 2010. Desde ese momento, la familia emprendió una búsqueda desesperada que no arrojó resultados positivos. En simultáneo, comenzó la investigación judicial, que desde un primer momento tuvo como único sospechoso a la entonces pareja de Érica, Daniel Lagostena. En víspera de la marcha #NiUnaMenos, la causa fue elevada juicio.

El camino fue arduo y hubo idas y vueltas. De hecho, Lagostena fue detenido y puesto en libertad, pero desde mayo del año pasado permanece recluido. La última detención fue a partir del hallazgo de nuevas pruebas, que permitieron también la elevación a juicio de la causa, ocurrida el viernes.

Los investigadores determinaron que en la tarde del 20 de agosto de 2010, se dio por probado que la pareja fue al ginecólogo y a las 22.13 Erica recibió el llamado de una amiga y le dijo que estaba yendo con su pareja hacia su casa en auto. Esta llamada telefónica fue el último contacto que se tuvo de la mujer con su entorno social en momentos que se encontraba en compañía de Lagostena.

Cerca de la medianoche, Lagostena comenzó a intercambiar mensajes con su sobrino. La intensidad de llamadas (seis entre las 5.05 y 5.53) llamaron la atención de los investigadores porque no era habitual el uso horario ni el patrón de comunicación, por eso creen que se dieron en el lapso durante el cual se hizo desaparecer el cuerpo de Erica.

Otra de las pruebas que resultó fundamental fue que la familia de Erica concurrió a su casa con la Policía para saber sobre ella, encontró allí la ropa con la que Lagostena dijo que había salido hacia lo de su madre tras mantener una discusión con él, su cartera con todas sus pertenencias, excepto el celular, y el ácido fólico que tomaba por su embarazo.

Más tarde, peritos que buscaron rastros en la casa hallaron la chimenea caliente y restos de poliéster que se correspondían con una bombacha, por lo que se presume que el imputado quemó allí la ropa de su pareja, dijo un vocero. También se encontró una mancha de sangre debajo de una mesita ratona que fue detectada con luminol, pero como había sido lavada sólo se pudo determinar que era de mujer.

En tanto, los investigadores tomaron como una prueba importante que Lagostena tenía vínculos con propietarios y empleados del rubro funerario que le podrían haber encargado la cremación del cadáver ya que en algunas oportunidades se han quemado cuerpos sin la documentación correspondiente, precisó un vocero. Al comienzo de la investigación, de hecho, se realizaron exhumaciones y procedimientos en la cochería, pero también búsquedas “puerta a puerta” en el barrio en el que la pareja residía, partido de Lanús.

Hoy, Lagostena permanece detenido y será juzgado por “homicidio en concurso ideal con aborto en contexto de violencia de género”. Si bien la causa ya fue elevada a juicio, aún no hay precisiones sobre la fecha en la cual se llevará a cabo ni la modalidad.

Erica Soriano, embarazada de dos meses y medio y madre de una adolescente, fue vista por última vez el 20 de agosto de 2010 y la versión de su pareja es que al día siguiente ella se fue a visitar a su madre a la localidad bonaerense de Villa Adelina, pero allí nunca llegó. El fiscal Loureyro y el juez Vitale no creyeron en esa declaración y sostienen que, a pesar de que nunca apareció el cadáver, Erica fue asesinada por Lagostena dentro de la casa que compartían por la mala relación que venían atravesando.

MDA de la Redacción de Info Región