Cuatro hechos violentos en diez días a bordo de colectivos


Hace una semana, choferes de las líneas 514 y 160 cortaban la avenida Espora, en Adrogué, bajo un reclamo desesperado: justicia por Carlos Sánchez y seguridad en los recorridos. En ese marco, recordaban a René Ruíz, otro conductor de la 514 que hace tres años también perdió la vida en un hecho de inseguridad.

“Lo de Carlitos es la segunda vez que nos pasa. Pedimos respuestas no sólo por los choferes, sino también por el bien de los pasajeros porque sufrimos robos constantes”, había apuntado a Info Región Gabriel Carabajal, delegado de la 160. “No puede quedar en vano esto. Que al menos sirva para que no pase de nuevo. Porque también roban y golpean a los pasajeros”, había indicado en el marco de un paro, que se extendió por 24 horas, de todos los colectivos que recorren la zona sur del Conurbano.

En una reunión que mantuvieron con el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, los choferes recibieron la promesa de que se iba a incrementar la vigilancia en los recorridos, con requisas sorpresivas y la colocación de cámaras.

No obstante, después de la tragedia que le puso fin a la vida de Sánchez, que quedó en medio de una balacera durante un intento de robo en Claypole, acontecieron tres hechos más en menos de diez días.

El lunes, un colectivero de la línea 620 sufrió heridas en la cabeza al ser asaltado en la localidad de Virrey del Pino, La Matanza. Ocurrió a la altura del kilómetro 48 de la ruta nacional 3, en Camino de Cintura, cuando el último pasajero del colectivo amenazó con un arma al chofer.

Tras asaltarlo, lo golpeó varias veces en la cabeza con la culata del arma hasta provocarle heridas cortantes y luego escapó.

El miércoles, a una semana exacta de la muerte de Sánchez, otro colectivero fue víctima de la violencia en la región. El hecho tuvo lugar en Monte Grande, cuando un chofer de la 165 fue golpeado por un grupo que subió a la unidad y pretendía viajar sin abonar el boleto.

Como no los quiso dejar pasar sin pagar, comenzaron a agredirlo”, precisó a Info Región el delegado de Expreso Lomas, Patricio Alomo. En repudio a lo sucedido, los choferes de la 165, la 122 y 243, que pertenecen a esa empresa, hicieron un cese de actividades hasta las 10 de la mañana.

Alomo denunció ante este medio que las situaciones de violencia “son normales” a bordo de las unidades. “Suelen viajar personas con la línea para ir a comprar paco y cocaína. En este caso, subieron en Zuviría y Vernet y no quisieron pagar boleto. Discutieron con el chofer y, como no los quiso dejar pasar, comenzaron a agredirlo”, detalló.

“El chofer por suerte está bien, fue sólo un susto”, explicaron desde la empresa, cuyas líneas unen el sur del Conurbano con Capital Federal.

También señalaron que el recorrido que realizan por Monte Grande es uno de los “lugares más picantes” del itinerario. “En esa zona y en El Zaizar es donde tenemos más problemas”, expresó.

A instancias de una nueva reunión con la Provincia, otro hecho puso en alerta a los choferes del transporte público. Es que ayer un conductor de la línea 111 se salvó de milagro cuando un delincuente comenzó a los escopetazos arriba de la unidad con el objetivo de robarle a él y a los pasajeros presentes.

Uno de los disparos impactó en el tablero del chofer, que si bien resultó ileso debió ser hospitalizado por sufrir un ataque de nervios.

Como consecuencia de lo ocurrido, las líneas 78, 87,111 y 127 realizaron un cese de actividades en reclamo de seguridad, replicando la misma situación que se vivía la semana pasada y que esperan no volver a sufrir.

Cintia Vespasiani