17 de noviembre: Día del Militante


Luego del forzado exilio y pasado dieciocho años ese reencuentro parecía improbable, lo que suponía para muchos una simple mensajería a la distancia entre el líder y el movimiento peronista proscripto y en constante ebullición, se cristalizó, en la destacable y digna labor militante, coronada el 17 de noviembre de 1972.

Las bases filosóficas y las realizaciones sirvieron de motor al movimiento político-social que reclamaba la restauración de un modelo de país pujante con la participación del pueblo, muy distinto de la realidad que se vivía y que luego mostrara toda su dureza durante la dictadura iniciada en 1976.

Día a día con el sueño intacto y el bastón de mariscal en la mochila, como en aquella gloriosa jornada del 17 de Octubre, los tiempos de la resistencia, el regreso del General, la sangrienta dictadura y esta joven democracia que va creciendo, por sobre las crisis, los militantes transitan el camino en pos de la justicia social sin bajar los brazos.

Quienes hemos tenido y tienen la oportunidad de cumplir el noble rol de representar a la ciudadanía, debemos el respeto alejándonos de las malas prácticas; de esta manera revalorizamos el trabajo de los compañeros que transmiten puerta a puerta el mensaje, para concretar un proyecto político, bajo el ideal de cambiar la realidad que nos circunda.

Los intérpretes de un tiempo pasado, anclados en antinomias, pretenden desmitificar las bases filosóficas que viven en los militantes, algo infructuoso, la entrega y el empeño puesto de manifiesto, no permite que se aísle la mente del corazón; el raciocinio puesto al servicio de causas humanistas, necesita del amor para brindarse sin esperar nada material a cambio.

El peronismo es fuente de la política en este nuevo siglo que emprendimos, por su comprobado acento en pos de la justicia social, y la militancia es llamada a hacer realidad ese mandato, en un mundo en constante cambio, pero que necesita del empuje de los hombres para alcanzar las utopías.

En definitiva un militante viene a dejar su alma, llena de sueños por una causa que cree justa; llega para honrar una historia de luchas, no viene “a buscar la suya”.