El cumplimiento de la ley de talles, y las quejas de siempre


- Me gusta este jean, ¿tenés un 46?

- No, en ese talle no me queda.

- ¿Y el mismo talle en otro modelo?

- No, no, no están entrando.

La adolescente sale del negocio con la idea de que si pesa un poco más de lo estipulado por los cánones de la moda, conseguir ropa que le guste y que “se use”, para ella, será imposible.

“Eso de los talles es mentira. Hay talles grandes si buscas ropa de señora, pero si queres un jean o una remera que estén buenas en las casas de marca, olvidate. No hay”, reclamó en diálogo con Info Región Mercedes, que tiene 23 años y asegura que sabe “lo que es caminar” para vestirse como le gusta –y a veces, no logra-.

La ley 12665, más conocida como “Ley de Talles” comenzó a regir en la provincia de Buenos Aire en 2005 y obliga todos los fabricantes de indumentaria femenina para adolescentes a tener en todas su prendas al menos seis talles, que son los que van del 38 al 48, intercalando de a dos. La norma también obliga a que cada prenda tenga una etiqueta donde figure el talle y su correspondiente traducción a medidas y prevé que a todo comerciante que no cumpla con estas medidas se lo multará. Si es reincidente en el incumplimiento, en tanto, se le podría clausurar el local hasta por cinco días.

En este marco, desde algunos comercios reconocen que no pueden mismo comercios reconocen que no pueden atenerse a la norma porque “son los fabricantes” los primeros que no lo hacen.

“Por más que nosotros quisiéramos vender todos los talles, la realidad es que cuando vas a comprar te encontrás con que tenés talles hasta el 42 en algunas prendas, entonces no podes asegurar ropa para todas las medidas”, señaló a este medio la encargada de un local de ropa femenina ubicado sobre la calle Esteban de Adrogué, en Arrogué.

Desde Lomas de Zamora, el presidente de la Cámara de Comercio, Alberto Kahale, señaló sin embargo que en los comercios “la ley se cumple”.

“En las tiendas respetan, compran todos los talles, pero es muy difícil tener durante la toda la temporada, todos los talles en stock”, argumentó.

“La ropa de moda se vende ni bien llega la reposición, una pantalón azul oscuro siempre va a estar en vidriera. Hay reclamos porque esas prendas no se pueden reponer, entonces no hay stock completo”, indicó.

Las versiones que emergen de las asociaciones de defensa de usuarios y consumidores, sin embargo, son contrarias a las emitidas por los comerciantes.

El titular de Defensa de Usuarios y Consumidores (ADDUC), Osvaldo Bassano, sostuvo que las normas “no se cumplen ni las hacen cumplir”.

“Nunca se encuentran los talles grandes y nosotros recibimos quejas constantemente”, indicó Bassano, que acusó que “la ley es una mentira”.

“Va cuando se hacen las prendas se hacen con talles distintos. A una etiqueta grande, le colocan un talle chico. Están mintiendo”, denunció.

“El apotegma de la chica flaca y anoréxica es lo único que fabrican las casas de moda, no hacen absolutamente nada que tenga que ver con la salud” agregó.

Según el titular de ADDUC, “la avaricia es uno de los problemas más graves que tenemos en el mercado porque con tal de hacer un negocio, se miente con la salud”.

Lo que denuncian tanto las asociaciones de defensa al consumidor como las entidades de lucha contra la bulimia y la anoréxica es que el hecho de “mentir con los talles” o de fabricar “pocos talles grandes” permite “invertir menos en tela”.

María Lucia Loto (21) frecuenta los locales de vestimenta de Lomas de Zamora y es una de las tantas jóvenes que opina que “debería haber más variedad de ropa para las chicas con más peso”. También ratificó la denuncia que hacen desde ADDUC: “Yo no sé ni que talle de pantalón tengo porque a veces es un 38 y otras un 40 o un 42”, acusó.

Jessica Arizaga (22), también frecuenta los locales de ropa y opinó que si bien las mujeres siempre quieren estar a la moda no les queda otra que adaptarse “a lo hay”.

“Siempre la moda está hecha para la más delgadas, nunca se piensa en la mujer un poco más robusta. La moda no está hechas para los talles grandes”, reclamó.

Según voces como la de la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (ALUBA) eliminar talles o caer en conductas de este estilo es empujar a miles de adolescentes a eventuales trastornos de alimentación. En este marco sostiene que “el mundo de la moda no es un factor determinante en la formación de los trastornos de la alimentación, aunque sí puede llegar a convertirse para un grupo de personas, en un factor disparador o de mantenimiento”.