Un año “complicado” para los hogares de niños de la región


El 2017 que se va deja para los hogares un sabor agridulce: por un lado, destacan avances en materia judicial y en el cumplimiento de las becas por parte del Estado, pero por otro padecen los aumentos de tarifas, que se suman a los costos fijos.

“Ha sido un año bastante complicado porque no tenemos todos los servicios exceptuados a las subas”, puntualizó Anabella Pañart, cuidadora del hogar Pereyra, ubicado en Alvear 920. A pesar del “desafío” que significa poner en marcha todos los días un hogar en el que viven 35 chicos, Pañart aseguró que pudieron salir adelante.

Si bien el hogar cuenta con becas del Estado provincial, gran parte del apoyo económico depende de las donaciones y la ayuda de la comunidad. Lo mismo sucede con Casa M.A.N.U., en Monte Grande: durante este año sufrieron la falta de leche Sancor, que es la que toma la mayoría de los chicos, y dependieron de las campañas y donaciones de los vecinos para cubrir esa necesidad.

Desde hace alrededor de un año, Casa M.A.N.U. tiene tarifa social de luz. No obstante, aún no tienen subvención del gas, aunque ya presentaron todos los papeles ante el Centro Nacional de Organizaciones de la Comunidad (CENOC). “Así y todo, con la tarifa social de luz estamos pagando 4 mil pesos. El gasto fijo es enorme”, aseguró la directora del hogar, Silvia Casas.

Si bien los 21 niños que viven en Casa M.A.N.U. reciben las becas para menores institucionalizados, el gasto en pañales y leche maternizada, que se ajusta a las necesidades nutricionales de estos bebés -que en su mayoría no tienen más de dos años- “supera mucho el recurso económico” que tiene el hogar para “sobrellevar” el día a día.

Lo positivo es que este año hubo muchos egresos en ambos hogares debido a que, según Pañart, “se ha movilizado mucho más el tema judicial”. “Yo digo que trabajamos con cama caliente, porque se cubren las vacantes enseguida. Uno no tiene mucho tiempo para relajarse”, señaló Casas.

Muchas veces, sin embargo, deben negarse al pedido de ingresos porque los recursos económicos y humanos “no son tan fáciles” de conseguir, ya que la atención de los niños demanda mucho personal. En el caso del Pereyra, además, la cifra de niños no puede superar los 35 por un convenio con la Provincia, con lo cual muchos quedan afuera.

Según Casas, hay un “exceso de institucionalización” debido a que las causas judiciales se prolongan demasiado, por lo que muchos chicos pasan “demasiados años dentro del hogar sin poder ser adoptados”, lo que a su vez provoca que no puedan ingresar otros niños.

En relación a las expectativas para el año próximo, Casas reflexionó que “a veces uno tiene proyectos, pero dependen de lo que ingresa y de la situación de la comunidad, que es la que más ayuda”.

De todas maneras, el “anhelo” de Casa M.A.N.U. es construir un espacio multisensorial para que los chicos que llegan con problemas neuromadurativos y falta de estímulo puedan recibir la estimulación inmediata y “necesaria” para afrontar esas dificultades.



MJ de la Redacción de Info Región