Reclamos de justicia y seguridad en la despedida del colectivero asesinado


Unas mil personas despidieron ayer en la localidad bonaerense de González Catán los restos de Leandro Miguel Alcaraz, durante una procesión que acompañó el cortejo fúnebre en medio de reclamos de justicia por el crimen y mayor seguridad.

"Estamos hartos de que nos roben y de que nos maten", se lamentó Ángel Godoy, compañero de Leandro de la línea 620, al hacer declaraciones en la puerta de la cochería Casa Catalfo, donde agregó: "El dolor que siente la familia también lo sentimos nosotros, hoy somos todos uno".

Frente a carteles exigiendo justicia por el caso y con aplausos de fondo, Ángel y un numeroso grupo de colectiveros se abrazó en llantos al grito de "Leandro presente, ahora y siempre" antes de que partieran los vehículos que trasladaron a los familiares y al féretro hacia el cementerio Jardín de los Ceibos, ubicado a unas diez cuadras de allí, en la avenida Juan Manuel de Rosas 16629.

Detenidos. Dos jóvenes de 17 y 18 años quedaron detenidos por el crimen de Alcaraz, cometido el domingo en la localidad bonaerense de Virrey del Pino, luego de haber sido involucrados por al menos un testigo que señaló al mayor de ellos como el autor de los disparos, informaron fuentes policiales y judiciales.

A raíz del crimen del chofer, el lunes hubo un paro de colectivos en 26 líneas de la zona oeste del conurbano, cortes y marchas en reclamo de justicia, y una reunión con la gobernadora María Eugenia Vidal, quien se comprometió a “reforzar la seguridad” y colocar las cámaras de seguridad en todas las unidades que circulan de noche. Además, se propuso instalar botones antipánico.