La familia de Roxana espera que la sentencia quede firme


Se cumplieron ayer cuatro años de la desaparición seguida de muerte de Roxana Núñez, quien había venido a la Argentina para visitar a su familia en Ezeiza. La familia sigue a la espera de que la sentencia para los condenados quede firme, y mantienen vivas las esperanzas de poder localizar sus restos para darle cristiana sepultura.

Roxana fue asesinada por Néstor Leguiza, Marcela Dante y Juan Zárate en 2009, según determinó la Justicia al condenarlo por el crimen. Ya pasaron cuatro años, pero el cuerpo de la joven aún no apareció. Tampoco está firme la condena. Es que presentaron una apelación en la Cámara de Casación y todavía no hay respuesta.

“Ellos ahora reclaman, tienen derechos los imputados y reclaman beneficios. Mi hermana también tenía derechos, por lo menos a una cristiana sepultura y ni de eso pudo gozar”, se quejó la hermana de Roxana, Adriana Núñez. Vale remarcar que los condenados nunca precisaron donde quedaron los restos de Roxana y se inculparon uno al otro-.

Frente a la esperanza de encontrarlos algún día, la hermana de Roxana manifestó que hay “ánimos pendulares”. “A veces pienso que sí y a veces que no. Las esperanzas son muy escasas y cada vez son menos porque pasó mucho tiempo”, lamentó.

De todos modos, la esperanza no está perdida y Adriana confía en que “quizá alguien sepa dónde están los restos y lo pueda decir sin ser perjudicado”. Y celebró, en ese sentido, que aún esté vigente la recompensa anunciada por el Ministerio de Justicia de la provincia de Buenos Aires para quien aporte datos sobre el crimen.

“Nosotros estamos muy conformes con la Justicia”, remarcó Adriana. “Gracias a Dios, los jueces fueron muy rectos y escucharon uno por uno a los testigos”, celebró, al tiempo que señaló: “Esperamos la sentencia firme; a pesar de todo, creo en la justicia… pese a todo los que nos pasó y todos los vaivenes de la investigación”.

Roxana Núñez desapareció el 1 de marzo de 2009 de la puerta de la casa de sus padres, situada en la intersección de las calles Natta y Güemes, en la localidad de Tristán Suárez, Ezeiza. La joven vivía con su hermana en España, donde trabajaba como artesana, y había venido de visita a pasar unos días con su familia en Buenos Aires. Ese día, salió de su hogar tras una discusión con su madre, y nadie supo más de ella.

Si bien se barajaron muchas hipótesis respecto de su ausencia, un año después Zárate reconoció haberle entregado una manta a Leguiza y su concubina, Danze para que “envolvieran el cadáver de Núñez”. En ese momento, desde la Justicia manejaban dos posibles móviles del supuesto crimen: la primera estaría vinculada a un brote de celos que habría tenido Danze -sospechando una relación de Roxana con su pareja-; y la segunda, y más viable entonces para los investigadores, que los imputados pensaron que Núñez era policía y los denunciaría por venta de drogas. Esta es la hipótesis a la que adhiere la familia.