UNLZ: cuarenta años de conquistas y logros académicos


En 1969 comenzó como un sueño de pocos, y 40 años después es una realidad de muchos alumnos que pasaron y pasan por sus aulas con la esperanza de construir un futuro mejor. La mención es para la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ), que cumple hoy cuatro décadas desde su fundación y que sigue abrazando como institución el mismo objetivo con el cual la impulsaron: acercar educación pública del más alto nivel a los habitantes de la región, en el marco de una misión que aspira a “la inclusión, la extensión, el desarrollo, la calidad y los valores”.

Fundada el 13 de octubre de 1972, uno de los principales logros de la UNLZ es haberse convertido en una de las instituciones académicas más importantes de la Argentina, con reconocimientos a nivel nacional e internacional.

Su oferta académica incluye 38 carreras de pre grado, grado y post grado, entre licenciaturas, tecnicaturas, profesorados, maestrías y especializaciones. Dentro de sus instalaciones funciona, además, el Programa Universidad para la Tercera Edad (UniTE), un espacio de inclusión para los adultos mayores.

Por este desarrollo, lejos del número de 3 mil estudiantes que confiaron en ella en el primer año que abrió sus puertas, hoy tiene 45 mil alumnos regulares, más de 9 mil inscriptos por año, un plantel de alrededor de 2 mil docentes y miles de profesionales que se graduaron en su seno y en la actualidad prestan servicios a la comunidad.

Además de sus logros académicos, la Casa de Altos estudios refleja su crecimiento también a través de su expansión edilicia. En su campus de Juan XXIII y Camino de Cintura funcionan las facultades de Ingeniería, Ciencias Sociales, Ciencias Económicas y Derecho; la Biblioteca Central, el Laboratorio de Medios y el flamante edificio del Rectorado, que fue inaugurado el año pasado. También está en marcha la construcción del nuevo edificio de la Facultad de Ciencias Agrarias y una ampliación de Ingeniería, donde también funciona una Escuela de Educación Técnica.



De inicios, de historias y de conquistas



La historia de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora comenzó a escribirse en 1969, cuando motivado por el Plan de Nuevas Universidades que impulsaba el médico e investigador Alberto Taquini, un grupo de habitantes de la región se permitieron soñar con una Casa de Altos estudios que acerque a los vecinos del distrito y de sus alrededores a la educación superior.

El objetivo del “Plan Taquini”, como se lo conoció, buscaba mejorar la oferta en educación universitaria adaptándola el crecimiento demográfico que había tenido el país. En ese momento, en la provincia, la Universidad de Buenos Aires y la Universidad de La Plata eran las únicas dos instituciones de altos estudios que había, y el objetivo era descomprimirlas.

El primer paso para que el sueño de la universidad propia se concrete se dio en 1971, cuando el entonces intendente de Lomas de Zamora, Enrique Roig, y los ingenieros agrónomos Néstor Vinelli y Luis Mazotti constituyeron la Comisión Pro Universidad, y decidieron luego proponer la cesión de 100 hectáreas de los terrenos de Santa Catalina para su construcción.

Meses más tarde llegó el momento: el 13 de octubre de 1972 por fin se firmó el decreto 19.888/72, que fue el fundacional y que habilitó a poner la rueda en marcha.

La noticia fue bien recibida por la comunidad de Lomas de Zamora, tomó estado público y se extendió: el 15 de octubre, dos días después, el diario Clarín publicaba un artículo que daba la primicia: el mismo día en que se inauguró el Departamento Judicial de Lomas de Zamora se anunció la creación de la Universidad. El deseo de la comunidad local pudo expresarse en ese acto: había jóvenes con carteles que pedían una Casa de Altos Estudios en la región, hecho que para muchos implicaba poder acceder a la educación superior, dado que acortaba distancias y costos.

Sentadas las bases, Vinelli fue el rector organizador. Los hechos, luego, se fueron sucediendo: cinco meses más tarde, el 2 de marzo de 1976, se firmó otro decreto mediante el cual se aprobó la estructura orgánica de la UNLZ, que arrancó con tres facultades: la de Ingeniería y Ciencias Agrarias, que en ese entonces funcionaban juntas, la de Ciencias Económicas y la de Ciencias Sociales.

En ese entonces, el gran campus integrado que tiene la UNLZ en la actualidad era todavía sólo un proyecto. Por esos años, el Rectorado, las secretarías, los decanatos y las oficinas administrativas; así como la Biblioteca y los departamentos de Publicaciones y Salud funcionaban en dos edificios situados sobre la avenida Hipólito Yrigoyen, en la zona céntrica de distrito.

En el primer año de funcionamiento, la oferta académica de la Universidad era todavía escasa, aunque atractiva porque rompía con el perfil tradicional de las carreras de grado que ofrecía la UBA o la UNLP: la Licenciatura en Administración, la Ingeniería Rural y Licenciatura en Comunicación Social pudieron captar la vocación de 3 mil estudiantes que le pusieron un voto de confianza a la nueva institución y conformaron así su primer grupo de alumnos.

Mientras su misión de formación de profesionales daba los primeros pasos, el desarrollo edilicio también comenzaba a ponerse en marcha. En 1974, por una resolución del Ministerio de Cultura y Educación de la Nación, se le cedieron a la joven UNLZ las hectáreas ubicadas en el Cruce de Lomas, donde ahora se erige con un campus modelo, que tiene su origen en un anteproyecto que se aprobó en 1975.

Un año después, en 1976, la UNLP le cede a la UNLZ la fracción de tierra donde hasta el año pasado funcionó el Rectorado, que ahora se integró al campus de Juan XXIII y Camino de Cintura.



Los años negros de la dictadura y el renacer en Democracia



A tan sólo cuatro años de haberse fundado, la Universidad Nacional de Lomas de Zamora padeció, como todo el resto de las instituciones del país, el golpe y el avasallo de la dictadura militar, que llegó para arrasar con el espíritu de libertad, igualdad e inclusión que le dio sentido a su creación.

Cuatro interventores militares se sucedieron en el mando y aplastaron las conquistas que había logrado la Reforma Universitaria de 1918, que tuvo su gen en la revolución que llevaron adelante los alumnos de la Universidad Nacional de Córdoba para exigir autonomía universitaria, cogobierno, extensión universitaria, periodicidad de las cátedras e ingreso irrestricto. Todo eso quedó eliminado.

En este periodo, las aulas siguieron abiertas, pero los textos y algunos docentes cambiaron junto a la ideología que el Gobierno de facto quiso imponer. El autoritarismo ocupó el sillón y el miedo los pasillos, hasta que en 1983 -en el mismo mes en que la Democracia llegó a través de las urnas- la UNLZ y el resto de las universidades del país comenzaron a atravesar un período de normalización, habilitado por un decreto del Gobierno de Raúl Alfonsín. Para ese entonces, se habían sumado a la oferta académica tres carreras más: Ingeniería Industrial, Derecho y Licenciatura en Letras.

A los poco meses, la Universidad pudo tener los claustros de docentes, alumnos y graduados para convocar a elecciones democráticas y así elegir sus autoridades. El primer rector normalizador, en 1983 fue el doctor Marcelo Arteaga, que falleció poco después de haber asumido y fue sucedido por el doctor Miguel Pujol. En 1985 asumió el ingeniero Eduardo Crnko. Durante ese período se aprobó el Estatuto de la UNLZ, luego de que se hubieran elegido los representantes de cada claustro y formalizado así la Asamblea Universitaria.

Crnko fue el primer rector elegido por la Asamblea Universitaria, en 1986, y lo siguieron en períodos de tres años el doctor Norberto Consani, el doctor Carlos Clerc, el ingeniero Carlos Petignat, el licenciado Omar Szulak y el licenciado Horacio Gegunde y el actual rector, el doctor Diego Molea.

Ya en Democracia, la Universidad Nacional de Lomas de Zamora se fue consolidando como una de las Casas de Altos Estudio más importantes de Argentina, que entiende a la educación “como un bien social que debe ser garantizado a todos los habitantes del país” y que sostiene su misión de “trabajar para convertir en realidad este precepto”.

Edificada en el corazón del Conurbano, desarrolla sus funciones atravesada por una realidad socio cultural diversa que impulsa a la inclusión como uno de sus objetivos principales. Por esta razón, “asegurar las condiciones de acceso a la universidad pública, libre y gratuita para garantizar la igualdad de oportunidades” es una de las metas por la cual trabaja día a día. En el mismo, acercarse a la comunidad en la cual está inserta es otro de sus propósitos, y lo procura a través de diversas actividades que buscan la interacción con su entorno.

Sumado al continuo desarrollo científico y a su ya consolidada calidad académica –que se expresa en su variada oferta de carreras de grado y de post grado- la UNLZ promueve valores que sostuvo a lo largo de sus 40 años de historia, entre ellos, “la igualdad, el respeto” y la “activa promoción y defensa de los Derechos Humanos, la Democracia, la Justicia y la Memoria histórica”.

Tal vez por eso, los pasillos de todas sus facultades se colman día a día de miles de estudiantes que confían en su trayectoria y siguen apostando al futuro.