Profesionales, versátiles y emprendedoras: mujeres que avanzan dentro y fuera del hogar


Se levanta temprano, prepara a los chicos para ir al colegio y comienza un día cargado de tareas y decisiones importantes. Mientras la pared de su despacho exhibe sus títulos e inspira respeto en quienes la rodean, ella aprovecha cada minuto libre para armar la lista del supermercado, adonde irá a parar una vez cumplidas las metas laborales. Pero allí no termina la jornada. Ir a buscar a los chicos, arreglar el hogar, pensar en la cena, prever reuniones de trabajo para el día siguiente, la lista se torna interminable… La mujer de hoy no se agota de demostrar su capacidad para tomar las riendas en cualquier ámbito. Ellas, simplemente, pueden.

Sucede que la mujer ha ganado una posición relevante en el mundo profesional, pero sin perder nunca de vista otras responsabilidades. Así, aprendió a dividir sus horas entre el mercado laboral, la maternidad y el hogar.

Cosechando logros en todas las áreas, las mujeres del siglo XXI suelen destacarse por ser emprendedoras naturales. Innovan en la vida doméstica y son creativas en los ámbitos académicos, avanzando en el mercado de trabajo y ocupando lugares tan importantes como los hombres.

De hecho, según datos del último Censo, por primera vez en la historia del país las mujeres profesionales son más que los hombres graduados (ver infografía).

De esta manera, en la actualidad el género femenino hace pie en diferentes áreas y ámbitos de la sociedad, donde logró abrirse paso para imponer su impronta. En este día que las homenajea, Info Región propone resaltar a varias mujeres de la región que se destacan por sus proyectos. Líderes naturales que se han puesto a la cabeza de grandes objetivos pero que no dejan de lado aquello que también las completa como mujeres.



A paso firme. Aunque siguen siendo las que guían el hogar y, en casos, las más atentas a los quehaceres domésticos, las mujeres también han logrado en el último tiempo avanzar de forma clara entre los nuevos profesionales. Prosperan con cada paso que dan en los diferentes caminos que deciden recorrer. No obstante, la tarea no les fue tan fácil.

Este es el caso de Graciela Tonon, licenciada en Trabajo Social que ya cuenta treinta años de trabajo en el sistema universitario argentino y veinticuatro en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ). “Siendo mujer, en mi generación me fue muy difícil desarrollarme profesionalmente y avanzar de manera seria y honesta. Tuve todas las dificultades que se pueden imaginar, pero siempre luché y las fui superando”, cuenta la actual directora del programa Universidad-Comunidad (UNICOM), que funciona desde 2011 en la Facultad de Ciencias Sociales y se dedica a la investigación y el desarrollo en Latinoamérica.

“Empecé a trabajar a los 18 años, al día siguiente de que egresé de la Escuela secundaria, y a los 22 años me recibí de Licenciada en Trabajo Social”, relata a Info Región la profesional, que también cuenta en su haber con un magister y un doctorado en Ciencias Políticas.

A nivel internacional, además, ocupa cargos en tres redes de investigación: Information Officer en la Human Development and Capability Association, vicepresidenta de Asuntos Exteriores en la International Society for Quality of Life Studies y miembro de la Mesa directiva de Childwatch International Research Network.

“Como también les ha pasado a otros profesionales, logré reconocimiento en otros escenarios antes que en el propio, pero sosteniendo un trabajo sistemático, sin perder la voluntad y la esperanza, pude desarrollarme en mi país y especialmente en esta Facultad, a la cual siempre le estaré agradecida por el respeto y el afecto que recibo”, expresa Tonon a Info Región.

Además de tener a una especialista en investigación social, la región también cuenta con representantes femeninas que ocupan roles de gran importancia en el ámbito de la salud. Una de ellas es Nancy Gaute, que hace dos años dirige uno de los hospitales más importantes de la zona: el Luisa C. Gandulfo.

Mientras aún estudiaba para recibirse en la carrera de Obstetricia, en 1990, comenzó como concurrente en el Hospital Penna, de Parque Patricios.

Su carrera continuó con la realización de guardias en las unidades sanitarias de la Villa 21, de Barracas, mientras también trabajaba como asesora en el Concejo Deliberante de Lomas de Zamora. Años después, logró empezar a trabajar a cuatro cuadras de su casa, en el Hospital Alende de Ingeniero Budge.

“En 2009 me ofrecieron la dirección del Alende. No quise aceptar porque quería seguir ejerciendo, y quedé como directora administrativa”, cuenta. En noviembre de 2010 asumió como directora asociada de la UPA de Lomas por decisión del ministro de Salud bonaerense, Alejandro Collia, quien al año siguiente le propuso la dirección ejecutiva del Gandulfo. “Tampoco quería saber nada porque lo mío no era la gestión, pero finalmente acepté y hace dos años que estoy como directora ejecutiva”, apunta.

“Al principio fue un gran desafío, pero después me empecé a desempeñar sobre la base de la experiencia de tantos años en la salud pública”, advierte, aunque admite que al principio su mayor problema fue por un tema de género: “Cuesta la aceptación porque dirigís y no sos hombre. Yo tenía que demostrar que siendo mujer podía”.

Es que la definición a partir del género y los vetustos prejuicios en torno al lugar que puede ocupar la mujer en sociedad parecen aún seguir en pie.

“Siempre que se hace algún tipo de juicio de valor sobre alguna mujer que ocupa un lugar de poder, ya sea en la vida política o empresarial, se alude a una cuestión más referida a lo psicológico que al hecho de que haya cometido errores o no en su desempeño”, resalta en diálogo con Info Región la socióloga de la UBA Ana Wortman.



Creativas y con proyectos. Una noticia que ocupó las páginas de los diarios locales el año pasado fue la reapertura del Museo de Malvinas en la Comisión de Enlace de Veteranos de Guerra de Lomas de Zamora. El proyecto fue posible gracias a la museóloga Margarita Casas, que fue quien se puso a cargo de la remodelación del lugar.

“Fue una gran emoción porque eso ya era un depósito, no un museo. Cuando me convocaron, sentí que se me estrujaba el corazón”, cuenta a este medio.

Casas inició su labor en 1975 en el Museo Americanista de Lomas de Zamora, antes de comenzar a estudiar la carrera. En 1996 ingresó a la Universidad de La Plata para estudiar Museología y, según menciona, “se hizo muy difícil”. “Mi marido estaba en navegación y yo no podía dejar a los chicos, por lo que tuve que dejar”, recuerda.

Eso no le impidió volver a intentarlo en 2008, esta vez en la Escuela Nacional de Museología. “Lo hice con mucho placer”, asegura.

Blanca Loria, por su parte, considera que ella pertenece a la generación de mujeres que empezó a salir a estudiar y trabajar. “Empecé a los 18 años, como maestra, y después a estudiar. Me recibí de psicóloga el día anterior a que naciera mi hijo y antes había hecho la carrera de maestra jardinera”, señala.

Actualmente, es la titular de la Comisión de Mujeres Empresarias y Profesionales de la Cámara de Comercio e Industria de Lomas de Zamora. “Si uno transita por el centro comercial ve que la mayoría de los comercios están atendidos por mujeres, pero antes se veían muchos hombres en los locales”, apunta Loria.

Asimismo, no ha dejado de trabajar como psicóloga, tras una carrera como docente y directora de escuela y colabora como psicóloga voluntaria en la Liga Argentina de Lucha Contra el Cáncer.



Y también ser madres. A ellas les sobra entusiasmo, amor propio y constancia para encarar múltiples roles en la vida. Es por eso que, además de sus respectivas responsabilidades, todas tuvieron o tienen una que es aún superior: criar a sus hijos.

“Siempre fui madre y profesional, así que comprendo lo difícil que es sostener el día a día, y por eso valoro mucho el esfuerzo que veo en mis estudiantes mujeres”, remarca Tonon.

Gaute, en tanto, debe afrontar sus responsabilidades al frente del Gandulfo junto con la crianza de su hijo de 9 años. “Me levanto todos los días muy temprano, mando al nene al colegio, me voy al Hospital y, más allá de mi gran cantidad de obligaciones, hago las cosas de una mujer normal”, asegura.

Por su parte, Loria recuerda que, en vísperas de recibirse, “sacaba los apuntes de la última materia del bolso y ponía los pañales”.



El rol de la mujer. Así, con obligaciones de toda índole, responsabilidades dentro y fuera de la casa, y el tiempo dividido en varios relojes, es que las mujeres avanzan a nivel social y cultural, abriéndose paso en ámbitos como la educación, la gestión, la política, el comercio y muchos otros.

Con una capacidad que pudieron comenzar a volcar en una sociedad más igualitaria y menos prejuiciosa, han logrado desembarazarse de la idea instalada que las colocaba sólo en el ámbito hogareño y las tareas domésticas para salir a demostrarle al mundo que ellas tienen mucho más para aportar sobre la base de su talento y fortaleza.