Sigue la búsqueda de sobrevivientes, tras el hundimiento del buque


Las esperanzas de encontrar sobrevivientes tras el hundimiento del buque surcoreano Sewol, se desvanecieron ayer casi por completo ante el escaso progreso del rescate de la nave, cuyo casco quedó sumergido en su totalidad.

Los buzos continuaron intentando sin éxito por tercer día consecutivo penetrar en el transbordador, que permanece volcado sobre el fondo marino, al suroeste del país a 30 metros de profundidad, lo que prácticamente descarta la posibilidad de hallar adentro a algún pasajero con vida.

Los expertos calculan que, en caso de haber bolsas de aire en el interior del buque, podrían permitir la supervivencia hasta unas 72 horas.

Este tiempo ya transcurrió sin que las 176 embarcaciones, los 28 helicópteros y aviones y más de 650 buzos desplegados lograran operar su plan de rescate en el interior de la nave.

Al menos cuatro grúas esperan en los alrededores para recuperar el Sewol, pero no entraron en acción por miedo a que un movimiento brusco en el barco acabe con las vidas de posibles sobrevivientes que pudiera haber adentro.

En las primeras horas de ayer los buzos avistaron tres cuerpos a través de un cristal, pero no pudieron entrar para recuperarlos, y durante la tarde salieron a flote otros tres cadáveres, que eleva a 32 el número de muertos confirmados.

Entre tanto, el Sewol comenzó a perder combustible y dejó sobre la superficie del mar una mancha de 3.000 metros cuadrados, lo que dificultó aún más unas labores de rescate que tuvieron que ser suspendidas durante varias horas por el fuerte oleaje y las corrientes marinas.

A su vez, el pequeño fragmento del casco que se divisaba en la superficie los pasados días desapareció ayer bajo las aguas, lo que provocó escenas de angustia y desolación en el polideportivo de la localidad costera de Jindo, donde se concentran los familiares de los desaparecidos y desde donde se siguen por pantallas las labores de rescate.

La mayoría de los 270 pasajeros atrapados en el barco son estudiantes de 16 y 17 años que lo abordaron en el puerto de origen de Incheon (en el noroeste del país) con destino a la isla turística meridional de Jeju en un viaje escolar.

Sus padres se aferran, a pesar de las malas noticias, a las escasas posibilidades de que todavía respiren en una fortuita bolsa de aire formada dentro de la nave y plasmaron su desesperación en mensajes frente a las cámaras para pedir mayores esfuerzos en el rescate.

En el polideportivo de Jindo también se vivieron momentos de extrema tensión cuando algunos de los familiares increparon a las autoridades, a las que acusan de no realizar suficientes esfuerzos y falsear información, lo que llevó a cancelar una de las sesiones informativas sobre el rescate.

Por otra parte, el capitán del Sewol fue detenido de madrugada por abandonar presuntamente el barco sin asegurar la puesta a salvo de los pasajeros, tal y como muestran las imágenes de su evacuación.

También fue arrestado un timonel de 55 años y la tercera oficial de 26 años, de apellido Park, a la que -según las primeras indagaciones- el capitán cedió el timón poco antes del accidente.

La teoría de que el barco volcó tras un giro brusco que desplazó a un lado 180 vehículos y 1.157 toneladas de carga, lo que implicaría una negligencia al timón, cobra más peso respecto a la hipótesis de la colisión con una roca o un arrecife submarino.

El capitán, que habló hoy con el rostro cubierto ante las cámaras tras ser arrestado, no aportó luz sobre esta incógnita aunque sí reconoció haber demorado la evacuación del barco, una decisión considerada errónea al dejar atrapados en la nave a la mayoría de los 476 pasajeros.

"Pensé que los pasajeros serían arrastrados al mar en caso de ser evacuados precipitadamente", declaró Lee Joon-seok, de 69 años, tras explicar que en la zona donde el miércoles ocurrió el accidente las aguas son frías y presentan olas altas y fuertes corrientes.

El naufragio dejó hasta el momento 270 desaparecidos, 32 muertos y 174 personas puestas a salvo, según los últimos datos oficiales.

El hundimiento del Sewol, que mantiene a todo el país en vilo, apunta a ser una de las mayores tragedias humanas de la historia de Corea del Sur en tiempos de paz.