El Gasolero colmó el Beranger y vivió una noche soñada


Se anticipaba una fiesta y eso fue lo que vivieron las 15 mil personas que ayer disfrutaron del ascenso del conjunto dirigido por Ricardo Rezza. Temperley despidió como un grande la categoría y ahora tendrá un enorme desafío.

La previa fue larga. El estadio se empezó a poblar cerca de dos horas y media antes del comienzo del partido y a falta de una ya su capacidad estaba completa. Las entradas se habían vendido muy rápido y por eso mismo desde el club habían anunciado que llegaran con anticipación.

Pese a la derrota en el partido de ida, desde un primer momento no faltó entusiasmo ni color en las tribunas. En la platea hubo cajas de cartón con papeles, mientras que fueron muchos los que llevaron su propio arsenal. La salida del equipo fue un espectáculo. El recibimiento fue abrumador y hasta los mismos jugadores se sorprendieron y miraban alucinados lo que pasaba alrededor. La gente esperaba tener un final feliz y ellos se lo dieron.

Si bien el equipo no contó con la claridad ni el ataque de otros partidos, el público en todo momento acompañó. Cantó durante los 90 minutos y cuanto más cerca se estaba del cierre y el gol no llegaba, apareció como pilar fundamental.

El tanto de Ariel Rojas desató el festejo desmedido de la gente y varios se bañaron en lágrimas. Cuando todo parecía perdido, el Gasolero se metía otra vez en carrera y forzaba los penales. La definición fue apasionante y la batalla en las tribunas volvió a tener un rol preponderante. Consumado el ascenso, el pueblo celeste se acordó de su vecino: Los Andes. El Milrayitas quedó lejos de sus aspiraciones, mientras que el Celeste se dio el gran gusto. Por lo menos por una temporada no volverán a verse las caras.

Nadie quiso perderse la vuelta a la B Nacional y se acercaron algunos ex jugadores de la institución como Mariano Campodónico y Alejandro Medina. Ellos, como la gente, disfrutaron de una noche perfecta.

Temperley regresó a la máxima categoría del ascenso y ahora tendrá la dura y exigente prueba de medirse contra elencos de otra talla. Además, la motivación también pasará por poder estar en Primera División en tan sólo seis meses. Tras el receso por el Mundial de Brasil, la ilusión se pondrá en marcha.