Una Luna de Avellaneda en Llavallol


Muchos pasan por su puerta, sobre la calle Antártida Argentina, sin reconocerlo. Pero, en su interior, el mundo del celuloide evidencia que todo es posible. Por ejemplo que el Club Luna de Avellaneda, aquel que después de tantas reuniones de comisión y kermeses se salvó de la venta en la película filmada por Juan José Campanella en 2004, sea en realidad el Club Juventud Unida de Llavallol, en cuya sede se le sigue haciendo culto a los valores y las tradiciones del club de barrio.

Entre sus paredes se defendió una causa en la ficción y la realidad: evitar la desaparición de estas sedes deportivas y sociales en el Conurbano. Así, durante más de dos meses la tranquila localidad lomense se vio convulsionada con presencias como la de Ricardo Darín, Mercedes Morán y Eduardo Blanco.

“Campanella y Fernando Castets, que escribieron la historia, vinieron durante un año a presenciar los partidos de basquet, el ballet, el patín y las sesiones de la comisión directiva y en la película está la prueba porque todos los que integran el Club están representados”, apunta a este medio Atilio Pozzobón, que además de su rol en el film es vecino de Llavallol y quien propuso filmar en el lugar. “Campanella me convocó para contarme la historia, que en principio pensaba filmar en el Deportivo Dock Sud, de Avellaneda. Pero ese no era un club barrial porque estaba afiliado a la AFA, ya era profesional. Entonces se asombró y me preguntó dónde podía conseguir un club de barrio, yo le dije que había miles y que tenía uno a cuatro cuadras de mi casa, ahí comenzó todo”, resume.