“La violencia es un problema estructural de la sociedad”


El asesinato de Micaela Ferreira (16), en Quilmes, y el de Matías Jano Fernández (20 en Balvanera, volvieron a poner a la nocturnidad en el centro del debate, porque ambos crímenes sucedieron de forma brutal – e inentendible- en marco de peleas que se destararon a la salida de los boliches y que terminaron de la peor manera: con la muerte.

Si bien desde 2009 rige en la provincia de Buenos Aires la Ley de Nocturnidad, que pone el acento en los controles para evitar la venta de alcohol a menores y que fija horarios para la noche- casos como los dos que conmocionaron el feriado de Carnaval obligan otra vez a cuestionar qué es lo que falla, y en este sentido, desde las asociaciones que luchan contra la violencia, sobre todo entre los jóvenes, resaltan que las normas “no se cumplen del todo” y señalan, por otra parte, la existencia de un problema aún mucho más profundo.

“Esto es producto de la violencia estructural que hay en la sociedad”, señaló a Info Región Oscar Castellucci, que puso su mirada y su trabajo en el tema desde diciembre de 2006, cuando un patovica del boliche La Casona, de Lanús, mató a golpes a su hijo menor, Martín, que había intentando defender a un amigo que fue discriminado por el personal de la disco.

“Los jóvenes terminan reproduciendo este sistema violento porque una situación de violencia que surge a partir de la nada misma termina con la vida de una persona, como en estos casos”, reflexionó.

En este marco, y pese a las inspecciones que realiza la Provincia en los locales nocturnos cada fin de semana, Castellucci volvió a criticar que no todas las disposiciones de la 14.050 se cumplen a “rajatablas”.

“Sabemos que la ley no se cumple en su totalidad, es muy difícil, porque los empresarios de la noche se resisten, y el tema es que gran parte del descontrol en los alrededores del boliche está relacionado con el altísimo porcentaje de alcohol que se consume”, aseguró.

Para el titular de la ACMC esto tiene que ver con la “falta de decisiones” políticas y por otro lado con una suerte de “inacción” por parte de las fuerzas de seguridad.

“Lo que dice la gente de los boliches es que ellos sólo pueden garantizar la seguridad de las puertas para adentro, entonces deberíamos preocuparnos respecto a lo que pasa de las puertas para afuera, tendría que haber personal policial suficiente. Pero el no control de la policía tiene que ver con cierta connivencia de dejar que las cosas pasen”, acusó.

El domingo, Matías Jano salió del boliche Fantástico, en Once, con un grupo de amigos, y un grupo que pasaba en un auto le gritó algo a lo que el chico respondió. El auto dio una vuelta, volvió, y del vehículo bajo un joven que con un bate de béisbol le destrozó la cabeza.

La historia de Micaela Ferreira, es similar. La chica había ido a bailar junto a su novio y una amiga al boliche Osiris, de Bernal. Allí habría discutido con otro grupo chicos que le pegó entonces decidió volver a su casa, pero antes de cruzar el umbral de la puerta, los agresores la interceptaron hubo otra pelea y le dispararon.

Por el caso de Jano, hay tres jóvenes detenidos de 25, 23 y 22 años.

“Salieron a jugar con la muerte, y mataron a mi hijo”, se lamentó el padre de la víctima.