“Evita fue una mujer que supo estar a la altura de su destino”


Nació en Monte Grande, donde transcurrió su vida. Haber crecido en el seno de una familia constituida por un gallego hachero y una mucama la dispusieron a comprender la importancia de las conquistas del peronismo.

Vinculada a la política desde su primera adolescencia como militante, Esther Goris eligió el camino de la actuación y se puso en la piel de numerosos personajes aunque el más destacado llegó hace algunos años, cuando caracterizó a Evita en la película dirigida por Juan Carlos Desanzo, “Eva Perón”.

El sábado llegó hasta el Centro Cultural Padre Mugica para ser parte del homenaje que el espacio de Banfield propuso para la abanderada de los humildes, a 92 años de su nacimiento, y presenciar la muestra fotográfica que repasa su vida, obra y compromiso y que puede verse durante todo el mes en Hipólito Yrigoyen 7913.

Allí charló con Info Región sobre anécdotas del film que protagonizó junto a Víctor Laplace, proyectado en la ocasión para los vecinos, quienes recordaron con emoción a Evita, entre ellos compañeras que trabajaron palmo a palmo con ella en la Fundación durante aquellos años felices.

Realidad o ficción, Esther Goris manifiesta a cada paso su compromiso con causas de este tiempo, como la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual o la Asignación Universal por Hijo, entre otras, y lo justifica a viva voz: “Este es el mejor gobierno desde que yo nací”. Aquellos trajes y vestidos, réplicas de los que usaba Evita, el rodete y la plena caracterización habrán servido, quizá, como disparador de una mirada exponencialmente nuestra, la de Esther Goris, la de este lado del mundo.

-Pasaron 15 años de la filmación de “Eva Perón”. ¿Qué vestigio nuevo podés encontrar hoy en la película?

-La película tiene una actualidad que le agradezco a José Pablo Feinmann, le debemos haber escrito la película con una lucidez tal que todavía hoy, lamentablemente, muchas cuestiones tienen vigencia, como el conflicto con el campo, con los medios. Mi padre era un campesino gallego, hachero, quien estuvo internado 14 meses en el Muñiz por una enfermedad de pulmón por trabajo forzado, por trabajar y dormir al intemperie. Esas cosas siguen teniendo actualidad, sucede que nunca han dejado de tenerla pero ahora nos enteramos que hay un gobierno que las hace visibles para ponerle una solución. De esto nos desayunamos los argentinos. Que el emporio Clarín ha sido desbastador. Algunos no hemos sido tan ingenuos sobre esta cuestión puntual, sobre todo en los últimos años, sobre todo cuando amenazaban a (el ex presidente) Néstor Kirchner. Acá hay una revolución profunda, como la Ley de Medios, la Asignación Universal por hijo. Todas las demás bendiciones son hijas de esas.

-Desde hace un tiempo se te ve muy comprometida con algunas causas, entre ellas la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, el Programa de Desarme…

-Es que este es el mejor gobierno desde que yo nací. Yo comencé a militar a los 14 años.

-¿Dónde?

-En la Juventud Guevarista, en la JG. Hacía poco había cumplido los 14 años, ahora me doy cuenta de que era muy chiquita. Nos creíamos grandes. Teníamos la maravillosa ilusión de que el mundo iba a ser cambiado y que íbamos a poder hacerlo. Era demasiado pequeña para asumir determinadas responsabilidades y de alguna manera con la dictadura militar que llegó después todos quedamos amputados de una parte nuestra, de una mitad nuestra, de una identidad. No es sólo que nos desaparecieron a nuestros amigos, y a nuestros compañeros de militancia y a nosotros mismos. Empezamos a deambular con la mitad nuestra de por vida. Y creo que ahora no es verdad que todo lo hacemos por el bien del país, sino por nosotros mismos, porque es sentirse completos de una vez por todas. Pero desde que tengo uso de razón no había sucedido nunca. Yo fui antimenemista y lo decía, lo cual me supuso quedarme sin muchos privilegios, justo cuando se estaba filmando la película. Tuvimos muchos conflictos para tener la Casa Rosada, que sí la había usado Madonna para hacer la película, el musical, por lo pronto bastante contra Eva Perón.

-Con una mirada que se plantea desde otro lugar del mundo, al menos no es la nuestraÂ…

-Sí, es una mirada que tiene que ver con un género, que es el musical, que trata las cosas de una manera maniqueísta, en blanco y negro, pero nosotros no podríamos hacer nunca una cosa así, ni por presupuesto. Ellos tardaron nueve meses y nosotros un mes, gastaron 95 millones y nosotros un millón (risas). Al haberla prestado para la película de Alan Parker no tuvieron más remedio que darnos la Casa Rosada, después de muchas idas y venidas, porque esta versión no era la que gustaba. Se proponían otras versiones donde Eva Perón era la Santa de la Espiga.

-Elegís participar de un homenaje a Evita en la región...

-Como vos decías, pasaron 15 años desde que filmé la película, y en todo este tiempo no quise hacer un show de la imagen de Eva. Ni el 7 de mayo, ni el 17 de octubre o el 26 de julio. Y es la primera vez que lo hago. Son esas asimetrías que tiene la vida y lo hago en el lugar que me vio crecer, aquí transcurrió mi vida, aquí crecí, me enamoré por primera vez, aprendí a escribir. En este lugar donde por primera vez el día del cumpleaños de Eva Perón decido compartirlo con todos, porque me parece que sí ha llegado el momento de festejar en esta tierra nuestra.

-Te habrán sucedido muchas cosas a la hora de interiorizarte en la vida de Evita, su lucha, su compromiso. ¿Qué recordás de aquel momento?

-El día que se filmó la Fundación los extras estaban muy cansados, y el asistente de dirección también, y tuvo un destrato. Pensé que los extras no podían actuar luego de estar horas esperando, a los gritos no podrían actuar. Me vestí de Eva Perón y dije que tenía que repasar un discurso. Me puse a hablar como Evita, me saqué fotos con cada uno de los casi 300 extras. Luego me pedían que me ponga tal o cual vestido, que eran réplicas de sus trajes. Otra vez, cuando estaba en la Casa de Gobierno, pedí un vaso de agua, y me sorprendí porque en vez de acercarme el típico vaso de plástico que utilizamos en las filmaciones me llegó una copa que parecía de cristal, tallada; un señor muy viejito me miró y se le empezaron a caer las lágrimas, y me dijo: `Yo era el que le alcanzaba el agua a la señora`. Lo abracé y empezó a llorar como un chico. Esa fue una de las anécdotas más conmovedoras.

-¿Qué te conmueve de Evita?

-Que pagó el precio y que no le importaba el precio que había que pagar. Fue una mujer que supo estar a la altura de su propio destino y casi nadie se anima a hacerlo. Todos nos modificaríamos si nos atreviéramos a ser quienes somos pero muy pocos tienen el coraje de hacerlo.

-Imaginemos que entra Evita por esa puerta. ¿Qué le dirías?

-Me gustaría decirle o preguntarle: ¿`Te gustó? Porque me esforcé todo lo que pude´.

-¿Qué trabajo te mantiene ocupada por estos días?

-Estoy haciendo la vida de “Cocó Chanel” en la Ciudad de Buenos Aires, los jueves a las 21:00 en el Centro Cultural Caras y Caretas. Es un unipersonal que recrea la vida de la diseñadora francesa. Y se va a hacer el musical sobre mi novela “Agatha Galiffi, la flor de la mafia”. Eso es algo que me tiene muy contenta, se filmará la versión italiana



Beto Solas