La Justicia rechazó un pedido de liberación de Robledo Puch


La Justicia de San Isidro rechazó ayer otorgarle la libertad a Carlos Eduardo Robledo Puch, el mayor asesino múltiple de la historia criminal argentina, revelaron fuentes judiciales.

La decisión la tomó la Sala I de la Cámara de Apelaciones y Garantías en lo Penal de San Isidro, integrada por Oscar Quintana, Ernesto García Maañón y Bernardo Hermida Lozano.

Según el fallo, los camaristas no sólo rechazaron otorgarle la libertad por agotamiento de pena, sino también la libertad condicional y el arresto domiciliario.

La defensora oficial de Robledo Puch, Patricia Colombo, había pedido en marzo la libertad de éste por "agotamiento de pena" pero el juez de Ejecución Penal de San Isidro, Diulio Cámpora, rechazó la solicitud.

La defensora presentó entonces un recurso de apelación ante la Cámara en el que consideró nulo el fallo del juez por entender que había basado su decisión en informes que "datan del año 2008".

Colombo también criticó que Robledo Puch pasó "casi toda su vida institucionalizado" y "nunca se procuró" la "posibilidad de evaluar el trabajo extramuros como modo de ampliar y evaluar su desempeño".

Respecto de la petición de la libertad condicional, el juez Cámpora había dicho que "los nuevos datos aportados relativos a una tarea en la carpintería sin especificar en qué consiste dicha labor no son útiles a ese fin" y que "el resultado del informe socio ambiental no resulta favorable, ya que la vivienda en la que habitaría el interno, no se encuentra en condiciones".

"...Si bien el gráfico de comportamiento ha arrojado como resultado un concepto bueno y una conducta ejemplar (10), la calificación preferida no puede convertirse en un parámetro que determine que haya superado definitivamente esta etapa del proceso de resociabilización", señaló el magistrado.

Y, en ese sentido, agregó: "La progresión que se espera es, justamente, ver que los cambios de conducta de los condenados, aunque lentos y paulatinos, demuestre readaptabilidad a su modo de vida. Y, en tal caso, no se observa apego al trabajo o el estudio -teniendo la capacidad intelectual suficiente para hacerlo- que posibilite su reinserción social".

La causa había vuelto a San Isidro luego del 10 de noviembre de 2009, cuando el Tribunal de Casación Penal bonaerense consideró "inadmisible" un recurso de queja de la defensa de Robledo Puch que insistió en que la reclusión perpetua ya estaba agotada.

En aquella oportunidad, los jueces Fernando Mancini, Jorge Celesia, y Carlos Mahiques, no trataron la cuestión de fondo acerca de si el condenado estaba o no en condiciones de recuperar la libertad.

Robledo Puch (59) fue condenado hace 29 años a reclusión perpetua más la accesoria por tiempo indeterminado por haber cometido 11 homicidios, 17 robos, una violación y dos raptos.

En 1973, se fugó de la Unidad 9 de La Plata, aunque fue recapturado a los cuatro días y trasladado al penal de Sierra Chica.

Robledo Puch, quien residió en las localidades bonaerenses de Tigre y Villa Adelina, donde lo apodaron "El ángel de la muerte", tuvo como cómplice a Jorge Ibáñez, a quien conoció a los 16 años.

El 18 de marzo de 1971 los dos cometieron su primer asesinato cuando entraron a una "boite" de Olivos y mataron al sereno Manuel Godoy y el encargado Pedro Mastronardi, al sorprenderlos dormidos.

Ese mismo año, el 9 de mayo, ejecutaron a tiros a José Bianchi, sereno de una casa de repuestos, y 15 días después, acribillaron a Juan Saettone en un supermercado y brindaron con whisky sobre su cadáver.

A Robledo Puch e Ibáñez se los veía juntos a bordo de autos costosos con los cuales en dos días raptaron a dos jóvenes, las violaron y una de ellas fue acribillada a balazos por el "Ángel de la muerte" cuando ya la habían liberado semidesnuda sobre la Panamericana.

Robledo Puch aseguró públicamente que Ibáñez no era su amigo sino "un compañero de andanzas", lo que quedó plasmado cuando lo mató a tiros, tras chocar con un flamante Torino.

Luego de asesinar a Ibáñez, Robledo Puch consiguió un nuevo cómplice, su vecino Héctor Somoza, con quien el 15 de septiembre de 1971 asesinó a Raúl Del Bene en un supermercado, dos días después a Juan Rozas en una concesionaria y el fin de semana siguiente a otro sereno de agencia de autos, Bienvenido Ferrini.

Este dúo se dedicaba a asaltar en horas de la noche, robaban a sus víctimas y luego las mataban.

Así fue que el 3 de febrero de 1972, fusilaron a Manuel Acevedo en una ferretería, pero se pelearon, por lo que Robledo Puch mató a Somoza prendiéndolo fuego con un soplete. Ese cadáver fue la clave para que este asesino múltiple cayera preso al día siguiente del crimen, cuando tenía 20 años.