El cumplimiento de la Ley de Talles, una asignatura pendiente


Conseguir una prenda en un talle grande era una tarea imposible hace unos sietes años, motivo por el cual se debatió, sancionó y reglamentó una ley que exigía a todos los comercios –mayoristas y minoristas- contar con todos los talles de las prendas exhibidas en vidriera. En un relevamiento realizado por Info Región se pudo constatar que la realidad ha cambiado poco y nada. Son muchísimos los locales que aún no cubren las exigencias de la norma. Los organismos que nuclean a los comerciantes admitieron que no siempre se cumple con la ley y apuntaron contra los fabricantes.

La ley 12.665 es aquella que el 21 de diciembre de 2005 entró en vigencia en la provincia de Buenos Aires, la comúnmente denominada “Ley de Talles”. Pasaron siete años, pero la industria de la indumentaria parece no poder cumplir con la normativa. Poco después de reglamentada la Ley se realizaron controles, con sus correspondientes sanciones a los comerciantes que no cumplían con la norma, pero nada logró regularizar la situación.

Es por esto que a siete años de la Ley de Talles, no hay talles grandes en todos los negocios de indumentaria. Si bien es cierto que es más factible encontrar un talle grande que hace tres o cuatro años atrás, sigue siendo una tarea complicada vestir a la moda si una persona tiene algunos kilos de más. Eso pudo ser constatado a partir de un relevamiento realizado por Info Región.

Y las organizaciones que nuclean a los comerciantes reconocen esto como una realidad, a mejorar, pero realidad al fin. El presidente de la Cámara de Comercio de Lomas de Zamora, Alberto Kahale, consideró que “una vez que se va vendiendo es muy difícil reponer porque los industriales, los que venden la temporada, ya tampoco fabrican más, ya están fabricando para el invierno”. “Cuando hay una ley hay que cumplirla y si no la cumplen hay que sancionarlos, pero pasa que también se compra por partidas, por ejemplo un jean, dos de cada número y cuando llega al talle central se compran seis, y en los más grandes de nuevo uno o dos”, completó.

Estas frases justifican de alguna forma que los comerciantes no cuenten con todos los talles, y apuntan la responsabilidad contra los fabricantes y las empresas. “Hay marcas que son moda y están dirigidas hacia un público, no todo se segmenta al mismo público, la moda no creo que pueda llegar a abarcar todos los talles”, opinó.

Por su parte, el titular de la Cámara de Comercio de Banfield, Cristian Ávila, se explayó un poco más al respecto. “Tenemos que tener en claro que nosotros los comerciantes estamos ubicados en una situación muy difícil porque los fabricantes son los que no fabrican los talles todos los talles de ropa”, sostuvo, al tiempo que aclaró “no tenemos dónde ir a comprar” talles grandes.

Por eso abogó porque haya controles a las empresas y las fábricas por la Ley de Talles. “La ley de talles se controla en los comercios minoristas, pero no se controla en las empresas y ni las fábricas, entonces al no controlarse allí no se puede solucionar la problemática porque cuando nosotros vamos a las empresas nos encontramos con que pedimos los talles y no tenemos los distintos talles porque el corte de tela en la fabricación no les conviene a las empresas cumplir con la Ley”, denunció.

Ávila se mostró preocupado por esa norma que no se cumple. “Hay mucha gente que sufre esta discriminación. Nos hemos manifestado en varias oportunidades y la verdad es que si el Ministerio de Trabajo no controla a las empresas que fabrican no se puede solucionar. Si vos me venís a comprar a mí una prenda y yo no la tengo porque el fabricante no la fabrica yo estoy atado de manos, somos los dos víctimas”, relató.

Desde la Unión de Usuarios y Consumidores, Viviana Epis, reclamó: “Tiene que haber opciones para los consumidores”. “Si se hizo una ley de talles obviamente que es por un motivo y entonces habrá que cumplirla”, consideró.

Las voces que más duelen, de todas formas, son las de las personas que no pueden comprar ropa, porque hasta vestirse se torna en un episodio traumático, en una sociedad que no parece estar preparada para lo diferente. “No es justo que la mayoría pueda vestirse con lo que está de moda y vos no”, dijo María Cristina Palermo. Y alertó que la problemática llega a todos los niveles, los chicos no están exentos. “Querés comprarle a un nene una remerita linda, canchera, y si es gordito o tiene pancita no podés, ¿y eso cómo se lo explicás?”, se preguntó.

Por su parte, Manuel Lagos relató: “Te bronca, vas con todas las ganas de comprarte algo y no podés; da bronca, porque encima los vendedores te dicen que no tienen, que no hay, como si nada”. La realidad es esa, la problemática afecta a todos, mujeres, varones, chicos y grandes, nadie queda afuera de esta situación que se intentó regularizar hace siete años. Y aún hoy, las empresas siguen discriminando.

¿Qué es lo que no se cumple? Según la ley de talles bonaerense, entre otras cosas, las empresas textiles mayoristas y minoristas deberían fabricar todos los modelos de ropa ofertadas en vidriera en todas las tallas.

Además, tienen un plazo de seis meses para que se ajusten a la medida o de lo contrario, pasado ese tiempo, se les debe aplicar una multa en un primer aviso, o bien proceder a la clausura por cinco días si la infracción es reiterada.

Por otro lado, la ley tampoco permite indicar la marcación de la indumentaria, como camisas, pantalones, remeras ni blusas bajo los rótulos de letras, sino que se debe usar desde el número 38 al 48 para eliminar las denominaciones “S”, “M”, “L” y XL”.